18/05/2025

Fernando Iglesias: “Sin el PRO bancando, para el gobierno las cosas serían muy distintas hoy”

Una de las figuras que tiene el PRO en la Cámara de Diputados. Su acérrima oposición al peronismo lo llevó a ser uno de los pilares en la lucha contra el kirchnerismo. A pesar de ser un total disidente a la gestión de los Kirchner, su preocupación está puesta en la “organización” del peronismo. Colocando a Perón como el “peor gobierno” por querer implementar una autocracia, Fernando Iglesias le brindó una entrevista exclusiva a Visión Liberal. Explicó cuál es su mirada sobre la gestión de Javier Milei, que acuerdos y disidencias tiene. Además, dio un panorama cómo se encuentra el plano internacional tras el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.


Visión Liberal: ¿Cómo ves la gestión de Javier Milei en este primer año?

Fernando Iglesias: Al país lo veo con muchos problemas. Lo que me hace ser muy optimista y muy elogioso de la gestión. Porque cuando se unió Milei no teníamos problemas, íbamos derecho a una catástrofe. Estamos en terapia intensiva. No comparto la euforia. Pero estábamos camino al cementerio.

Me parece que el balance es altamente positivo, sobre todo en las dos áreas más claras que reclama la ciudadanía. Las elecciones de Estados Unidos son claras en este sentido. Cómo la gente despreció absolutamente toda una agenda de derechos inclusivos, LGBT, la ecología y qué sé yo. Sintieron completamente ajenas sus preocupaciones centrales, que en todas partes son la economía y la seguridad. Creo que en economía, “Toto” Caputo, ha hecho un gran trabajo. Mauricio Macri, presidente de mi partido, el PRO, lo ha calificado de “milagro” lo que han hecho en economía. La gestión de seguridad de Patricia Bullrich también me parece impecable. La baja de la criminalidad, en especial en Rosario.

Me parece que es muy significativo de una gestión que, más allá de los desacuerdos que podemos tener con el presidente, de estilo confrontativo, ahí podemos analizar muchas cosas. Pero está muy claro que ese estilo, por un lado, logra consolidar una base social que lo apoya. Eso es muy importante porque este gobierno no tiene otro apoyo que el de los ciudadanos. Es minoría, no tiene gobernadores, no tiene intendentes. Sin el PRO bancando, para el gobierno las cosas serían muy distintas hoy. Y tiene el apoyo de los ciudadanos. Así que el estilo del presidente es eficaz en eso. Más allá de las disidencias que uno puede tener. Yo a veces lo manifiesto personalmente.

La gestión de economía y de seguridad es esencial, es excelente, es muy buena. Está también la gestión de Sturzenegger, que me parece que está haciendo un trabajo encomiable en todo lo que es romper con la burocratización y con las cadenas que hacen que la Argentina no crezca desde hace más de 10 años.

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VL: ¿Qué diferencias podría marcar con el Presidente?

FI: Las disidencias, una, yo creo que hace bien el presidente, yo también tengo un estilo confrontativo. Me parece que a veces Javier se excede en el vocabulario. Y una cosa es cuando sos candidato a presidente y otra cosa cuando sos presidente. Eso es una disidencia. Creo que no siempre elige bien los enemigos. A mí me ha dolido cuando ha criticado tan duramente a López Murphy o a Fernández Díaz. Personas con las que hoy tengo enorme disidencia, pero que considero que son honestas. También confrontar con Lali Espósito, me parece que hay que elegir mejor los objetivos. Hay suficientes personajes execrables en la política argentina que serían mejores objetivos de la ira presidencial.

Y tengo algunas disidencias con este giro que hay en relaciones exteriores con el tema de las agendas. No porque no esté de acuerdo en muchas de las críticas que el presidente hace a las Naciones Unidas, que son justificadas, o al uso que se ha hecho de las agendas 2030 y ahora el pacto por el futuro, la 2045, que ha sido vergonzoso en terrenos como las políticas de género, el ecologismo al estilo Greta Thunberg. Pero una cosa es criticar lo que se ha hecho con los objetivos. La agenda no viola la soberanía nacional, no obliga a ningún país a tomar ninguna medida, no establece sanciones y no cumple los objetivos. Es una declaración de objetivos que cada país puede llevar. Lo que correspondería ahí es señalar la debilidad de la agenda en temas centrales, como es la función central de la ONU, que es asegurar la paz en el mundo, que está completamente desatendida y que necesita una reforma de las instituciones, y la agenda de seguridad, que es la convención de Palermo de la ONU contra el crimen internacional organizado, que también se hace poco y que no está en la agenda. Me parece que lo criticable no son los derechos humanos, lo criticable es Hebe de Bonafini. En la agenda 2030 los objetivos están, en general, más o menos bien. Se pueden criticar, se pueden mejorar, se pueden plantear terrenos o caminos alternativos para conseguirlos, pero salirse de ahí es una complicación.

Nosotros no somos el problema, somos la solución. En el gobierno anterior te regalaban el gas y nafta. Lo mismo que han hecho con el feminismo, se ponían pañuelos verdes para pegarle a la mujer. Así que me parece que todo eso son críticas que se pueden hacer sin salirse de la agenda, compartiendo estos objetivos con los países. Javier dice que la Argentina tiene que hacer en economía lo que hacen los países que han logrado éxito. Yo creo que es lo mismo para los temas de la agenda global.

VL: ¿Cómo ve la posibilidad de que el PRO y La Libertad Avanza vayan unidos en 2025?

FI: Se debe ver lo que viene pasando. El bloque del PRO ha sido el sustento de este Gobierno. Se hubieran caído todos los decretos de necesidad de urgencia y no se hubiera aprobado ninguna ley, es decir, estaríamos ya con el club del helicóptero festejando su triunfo, está claro. Hay que reconocerle al PRO, sobre todo a su bloque de diputados, al que yo formo parte, una coherencia absoluta en bancar una orientación que compartimos. Creemos que el gobierno de Cambiemos abrió las puertas para esto, hay que verlo como lo que fue, una especie de antecedente, que con sus errores, con sus dudas, abrió el camino para la defensa de una serie de valores. Nosotros compartimos el rumbo general. Tenemos algunas objeciones en algunos temas, nos preocupa la Ciudad de Buenos Aires, que el PRO gobierna hace mucho tiempo. Está el tema de la coparticipación, hay un fallo de la Corte Suprema, siempre hay una tensión con respecto a eso, razonable también porque el Gobierno dice con razón, no hay plata, de todos modos es plata que le corresponde a la Ciudad, eso es un tema.

En la interna también tenemos alguna disidencia. Yo, por ejemplo, y el PRO en general, no estamos de acuerdo en la designación de Ariel Lijo, pero tampoco nos confundimos de pensar que eso es una amenaza a la democracia o se viene en autocracia o se viene en la corrupción generalizada. Me parece que el PRO y La Libertad Avanza tienen muchísimas más coincidencias que diferencias.

Son elecciones legislativas, cada distrito tendrá que decidir, pero me parece que en Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad, que son dos distritos muy importantes, deberíamos llegar a un acuerdo para ir con listas unificadas sin disolver ningún partido, manteniendo nuestras características pero expresando una coalición del cambio. Yo le pondría un nombre tipo, “La Libertad Cambia”, hay algo ahí que tenemos que buscar de confluencia y de acuerdos con respecto a las candidaturas.

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VL: ¿Hay interna en el PRO?

FI: En la política nunca nada está completamente mal ni nada está completamente zanjado. Hay una tensión, hay dos visiones válidas con respecto a la distancia que tiene que tener el PRO con respecto al gobierno, ¿no? Más cercano o menos cercano, y eso es una polémica razonable.

En el medio de esta polémica y estas tensiones que, efectivamente ha habido, nosotros hemos sido siempre, en todas las situaciones decisivas, absolutamente coherentes, hemos apoyado la Ley Bases, hemos bloqueado el intento de derogar los DNU, no hemos dado quórum en la sesión que era una clara sesión del club del helicóptero para dejar sin gobernabilidad al presidente. Así que las discusiones y las visiones son plurales como corresponde a cualquier organismo democrático, donde cada persona tiene puntos de coincidencia y puntos de desacuerdo con las demás. Imaginate en un bloque más de 30 personas, pero siempre hemos llegado a acuerdos y hemos mantenido la disciplina muy clara de respaldo institucional al gobierno, así que no veo que esto haya cambiado para nada.

VL: ¿Y cómo está tu relación con Mauricio Macri y Patricia Bullrich? ¿Tenés alguna preferencia?

FI: Soy amigo personal de Patricia. A veces, pasamos fin de año juntos, es una relación muy vieja. En política, yo entré junto con Patricia en el 2007 en la Coalición Cívica. Ella fue primera candidata a diputada nacional y segundo yo. En el 2011 también, nada más que ahí, Patricia entró y yo me quedé afuera.

Después coincidimos también en el hecho de que la Coalición Cívica había perdido el rol que había desempeñado, estaba la deriva con Carrió, y nos fuimos. Patricia más rápido, y yo más lento terminamos en el PRO. Pero también reconozco, Mauricio ha sido el que en el 2017 me llamó, me ofreció que fuera diputado, le parecía que yo podía hacer un buen trabajo, y acá estoy también por él. Tengo una buena relación con los dos y creo que tenemos que buscar alguna forma muy clara de hacer que este apoyo del PRO al Gobierno continúe, se profundice, termine en listas únicas en lo posible, por lo menos en los dos distritos que me parecen que en esta elección son decisivos, y sean reconocidos por todos.

Iglesias recibe a Javier Milei durante el G7 en Italia.

VL: ¿Cómo fue que terminó acompañando a Javier Milei en su gira por Europa?

FI: Porque arrancó la gira con el G7 y el que le sugirió a Javier que participara en el G7 fui yo, entonces él me dijo “bueno, me gustaría que me acompañes. Además es en Italia, vos sos ciudadano italiano, hablás un buen italiano, venite”. Participé del G7, participé de la reunión que se tuvo ese fin de semana en Zurich por la paz en Ucrania, que organizó el Gobierno de Ucrania, y Javier asistió y recibió la medalla de la condecoración de Zelensky por su apoyo. Después volvió la delegación y yo me quedé en Roma donde trabajamos todo el tema de la antimafia, donde Italia tiene un expertise, un know-how muy importante y hace mucho tiempo que vengo manteniendo eso.

Hay propuestas que estamos haciendo bien concretas que se derivan de esta relación con Italia, que es la creación de algo así como la Dirección Nacional Antimafia Italiana a nivel del Mercosur, o las reformas de la Ley de Antimafia que ha planteado Patricia Bullrich, que surgieron en el Seminario Antimafia que organizamos en el 2018, en la Cámara de Diputados. Después acompañé a Javier Milei a Alemania, en la reunión con el Canciller Scholz, que acaba de renunciar, y con los checos que fuimos con el Presidente y con el Primer Ministro.

VL: ¿Escucha el Presidente los consejos que le da?

FI: A veces sí y a veces no. Él había anunciado en la campaña electoral que iba a demoler el Mercosur. Y dice que yo lo convencí de que era un error, de que el Mercosur, así como está, no sirve para mucho, pero que es una plataforma que si se la reforma puede ser un puente de integración formidable de la Argentina con el mundo, a través del acuerdo con la Unión Europea, principalmente, pero eso sería solamente un primer paso. Y sí, me escucha en muchas cosas, en otras no tanto.

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VL: ¿Los consejos son solamente de política exterior o nacional también?

FI: En cuestiones de política nacional me meto menos. Me parece que el Presidente tiene ya suficientes personas orientadas. Mi tema específico de estudio desde hace 30 años es el tema de la globalización, es mi especialización. Tengo un Máster en Relaciones Internacionales de la Universidad de Bologna, es decir, es mi tema de estudio. He sido profesor universitario de estos temas, y es donde creo que el Presidente me reconoce una expertise particular y me escucha con atención, así que trato de focalizarme en eso.

VL: Como especialista en política exterior, ¿cómo ve la salida de Diana Mondino?

FI: Lamento la salida de Diana, se lo he dicho a Milei, creo que hizo una buena gestión en circunstancias que no eran fáciles. Argentina estaba alineada con los chicos malos del planeta, es decir, estábamos con Maduro, estábamos con Putin y estábamos con las Ayatolás de Irán. Hoy estamos con Zelensky, con María Corina Machado y la oposición venezolana y estamos con Israel y su derecho a existir y a defenderse. Eso es lo fundamental y ocurrió durante la gestión de Mondino. Entiendo también lo que dice el Presidente. Me parece bien que se vaya con posiciones más firmes con respecto a las dictaduras de la región como es Cuba y me parece que era razonable también un cambio de voto.

Tengo buena relación con el nuevo Canciller, quien me invitó inmediatamente al asumir a la recepción al Canciller húngaro. Como venía también con un parlamentario me pidió que estuviera presente. Se firmaron cinco acuerdos y espero tener la misma relación de colaboración con Werthein.

Ayer me lo decía Cobos, que es miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores: “Mirá este gobierno, lleva aprobado unas 70 leyes. Más de la mitad son acuerdos internacionales aprobados por la comisión que vos presidís”, así que me parece que más de la mitad de las leyes han salido de la Comisión de Relaciones Exteriores, tengo que chequear los números, pero me parece que es una definición de lo fuerte que hemos trabajado en esto y esperamos seguir trabajando ahora con Werthein.

VL: Uno imagina que en esos acuerdos servirán en parte para conseguir inversiones…

FI: Estamos hablando de acuerdos de cooperación internacional en materia de inversiones. Acuerdos de no doble imposición de manera que las empresas invierten en dos países, paguen los impuestos solamente en el país de origen, acuerdos de aeronavegación, acuerdos de extradición judicial. Había acuerdos que tenían 20 años, estaban ya firmados y dormían ahí, juntaban polvo. Con un trabajo conjunto en Cancillería estuvimos viendo cuáles eran los valiosos, cuáles servían al país, rescatamos todos y aprobamos todos los que pudimos y vamos a seguir haciéndolo, seguramente, con Werthein.

VL: En continuidad con el plano internacional, ¿qué mirada tenés respecto al triunfo de Donald Trump en Estados Unidos? ¿Es positivo para Argentina?

FI: Nadie lo sabe en el corto plazo. Es probable que sea buena noticia en el sentido de que Argentina tiene que cerrar el tema FMI. Estados Unidos es el principal país en el Fondo. Es el 16% y no decide por sí solo, pero obviamente una voz más favorable. Podría ser una buena noticia en el corto plazo. En el largo plazo, nadie lo sabe. A mí me preocupan las relaciones de Trump con Putin, qué impacto puede tener esto en la invasión rusa a Ucrania. Me preocupan determinadas características. Un mayor proteccionismo de los Estados Unidos significa mayor inflación mayores tasas flight to quality. Es decir, capitales que salen de los mercados emergentes y se refugian con mejores tasas en los bonos de Estados Unidos.

No adhiero a esta euforia de que ahora con Trump no sé qué cosa y con el FMI siempre hay que tener cuidado. Me permito recordar que las dos veces que el FMI tomó una medida de no dar fondos que ya estaban comprometidos y provocó no digo la caída, pero sí corridas cambiarias y bancarias que llevaron a la caída fueron con presidentes no peronistas acá, Alfonsín y De la Rúa, y con presidentes republicanos en los Estados Unidos, Ronald Reagan y George Bush. Así que la euforia me parece injustificada.

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VL: La Cámara de Casación acaba de ratificar la condena a Cristina Kirchner, ¿qué opinión le merece la condena?

FI: Yo fui denunciante junto a la doctora Carrió, Patricia Bullrich y varios diputados que estábamos en la Coalición Cívica en el año 2008 del gobierno kirchnerista, como lo que se demostró que era, una asociación ilícita. Me alegro de que, por lo menos confirmen, la sentencia. Me hubiera gustado que la ampliaran a jefa de la asociación ilícita, que es lo que ha sido. Creo que merece estar no solamente inhabilitada, sino presa. Y todo esto de la proscripción es una gran cortina de humo para justificar lo injustificable.

Hablan de lawfare y seis de los ocho jueces de Comodoro Py, que es el tribunal más importante que juzga este tipo de delitos, fueron designados, tres por Néstor y tres por Cristina. En la Corte, tres de los cuatro jueces han sido funcionarios del partido que ella preside. Y el presidente, Horacio Rosatti, fue el ministro de Justicia de su marido. Es el lawfare más loco del mundo. Que miren un poquito los numeritos, porque el nivel de la corrupción que han tenido y la desproligidad, que ha sido una cosa evidente, han dejado los dedos pegoteados en todo. Los propios jueces que ellos han designado, sobre los cuales no tengo ningún motivo por recelar, los condenan. Así que la excusa de que es una proscripción política se cae simplemente viendo quién designó a esos jueces y qué funciones han cumplido en el pasado.

VL: Se viene el debate por Ficha Limpia, ¿la puede perjudicar si se quisiera postular en 2025?

FI: La verdad es que ni me he fijado, porque no sé si opera algún tipo de retroactividad. La condena doble conforme, que es lo que se pide, es decir, no solamente que un juez, que puede ser venal y corrompible desde el Estado, dicte una sentencia de corrupción, sino que eso sea confirmado por Casación. Eso se llama doble conforme, es una sentencia y confirmación de sentencia. Esto se produce anteriormente a la sanción de Ficha Limpia. No sé si hay alguna cláusula de retroactividad que la puedan parar, pero la verdad es que no me importa.

Yo creo que en la Ficha Limpia tenemos que avanzar porque es el futuro del país. No podemos tener corruptos como funcionarios elegidos. Ya están inhabilitados para ser funcionarios del Estado, mucho menos pueden aspirar a cargos electivos. Ojalá que Cristina termine presa. Y repito, Cristina no está proscrita, está inhabilitada. Y el Partido Justicialista, siguiendo una tradición que los ha distinguido, han elegido como presidenta a una persona condenada por la justicia. Es una admisión de responsabilidades. El problema es la organización. El peronismo es eso, no es una adhesión, no es la marcha peronista, eso son coberturas. Lo central es una organización autocrática, nacionalista en el peor de los sentidos y delictiva, eso es lo que son y eso lo voy a combatir siempre.

VL: Decís de luchar contra el peronismo y en 2025 deberías renovar la banca, ¿vas a ser candidato?

FI: Vamos a ver. Creo que sí, pero realmente quiero ser útil. Yo tengo 38 años en el sector privado y puedo volver. Cuando entré la última vez en la Cámara de Diputados, ganaba bastante más en el sector privado, pero es un trabajo que a mí me apasiona.

VL: ¿Qué análisis hace del peronismo durante la actual administración?

FI: El peronismo, desde que ha aparecido, ha sido la fuerza hegemónica política de la Argentino. Aún cuando ha estado proscripto. Estaba proscripto justamente porque era hegemónico porque si lo dejaban se hacía con el poder. No estoy justificando la proscripción, estoy diciendo que ha tenido una potencia en la política argentina enorme, que ha coincidido con la decadencia del país, que era el octavo más rico del mundo en 1945. Hoy no somos el octavo país más rico del mundo y ni hablar que teníamos la legislación social y las condiciones de vida mejores de Latinoamérica por lejos y mucho mejores que la mitad de Europa. Hoy estamos lejos de todo eso. El peronismo actuó siempre como una mafia en el poder. Y como el club del helicóptero cuando no está en el poder.

Todos los presidentes del siglo XX, de origen radical, que son 5, fueron destituidos con la participación de Perón o del peronismo de diferentes maneras. El peronismo arranca como la continuidad de un Golpe de Estado que es el golpe del GOU de 1943 y Perón fue el candidato, así lo decía. El golpe del GOU fue el 4 de junio de 1943 y la asunción de Perón, vaya la casualidad, fue 4 de junio de 1946. Fue la asunción de lo que él llamaba “la revolución argentina” que era el golpe del GOU. De ahí salen los muchachos.

Sacaron escupiendo sangre a Alfonsín, voltearon a De la Rúa, lo intentaron con Macri y no pudieron, pero terminaron con el impulso porque el cambio y la renovación que pudo hacer el gobierno de Cambiemos, prácticamente, se terminó en diciembre de 2017. De ahí en adelante fue tratar de subsistir y terminar el mandato. Por ahora no han podido a pesar de que el Presidente tuvo el 56% de los votos y tiene 8% de los senadores y 15% de los diputados. A pesar de eso no han podido y creo, en parte, porque el PRO ha bancado muy claramente y los ciudadanos siguen apoyando.

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VL: ¿Se denomina antiperonista o antikirchnerista?

FI: El año que viene se cumplen 10 años que publiqué el libro “Es el peronismo, estúpido”. Es un libro que fue el betseller político del año y vendió más de 100 mil copias. Si mal no recuerdo, el último capitulo se llama “El kirchnerismo, etapa superior del peronismo”. Muchos creen que el kirchnerismo fue peor. Yo creo que fue peor el gobierno de Perón porque logró muchísimos de los objetivos que el kirchnerismo se propuso y no consiguió como por ejemplo con los medios.

Los Kirchner se quisieron quedar con Clarín, quisieron meter la Ley de Medios, pero no les funcionó nada. Perón agarró el principal diario, que era La Prensa, lo cerró y se lo dio a la CGT así de rápido. Cristina quiso quedarse completamente con la Justicia, pero la Corte Suprema declaró inconstitucional la reforma. Perón llegó y sacó a la Corte Suprema que había y se acabó la historia. Terminó metiendo preso a Balbín por su discurso en la Cámara de Diputados, es decir, el gobierno de los Kirchner no logró, a pesar de que tienen ese gen autoritario, autocrático y autoritario que les viene del peronsimo, no muchos de los objetivos. Así que yo sigo manteniendo mi crítica… “es el peronismo, estúpido” el principal problema de la Argentina. Nos ha sumido en la decadencia. Voy a seguir combatiendo al peronismo como lo que es, no contra los peronistas.

Hay muchos peronistas es este gobierno, también los hay en el PRO. Ritondo viene del peronismo, Santilli creo que viene del peronismo, Pichetto… El problema no es la doctrina, es la organización más que nada. La doctrina la cambian, un día son socialdemócratas con Cafiero, después son neoliberales con Menem y terminan siendo chavistas con los Kirchner. La doctrina se la pasan por donde todos sabemos.

Perón arrancó siendo fascista a la Mussolini y terminó en la Rosada con el hermano de Eisenhower.

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