16/05/24

Los ataques de “la cultura” contra el presidente que más leyó

La Feria del Libro se convirtió una vez más en escenario para la batalla cultural

La Feria del Libro se desarrolla hasta el 13 de mayo. (Ministerio de Cultura de Buenos Aires)

Por Roberto Campos. En el discurso de apertura, el presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro, cargó contra el Presidente de la Nación, Javier Milei, que presentará su nuevo libro en la feria el domingo 12 de mayo.

Vaccaro le reprochó que este año el Estado nacional no sea sponsor ni haya instalado stands propios en la Feria, a la vez que afirmó que en la fundación “no hay plata” para afrontar los costos de la presentación de Milei en la feria, que tendrá lugar en la pista central de La Rural.

La decisión del gobierno nacional de no destinar recursos a la feria no hace más que reafirmar el planteo que viene sosteniendo Milei desde la campaña y que cumple desde que asumió la presidencia: la situación de emergencia sin precedentes en la que se encuentra la Argentina obliga a reducir todo lo posible el gasto público, a los efectos de eliminar el déficit y lograr estabilizar las cuentas públicas, por lo que todo lo que no resulten erogaciones estrictamente necesarias o que hagan a la contención social más urgente, son suspendidas y revisadas. Esto se extiende por supuesto a la educación y la cultura, vistas muchas veces como vacas sagradas a las que hay que dotar de recursos sin ningún límite ni control.

«Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica», el libro que presentará Javier Milei en la feria del libro. (Planeta)

Si la pauta publicitaria oficial fue suspendida, es coherente que también el Estado suspenda su rol de sponsor de eventos. Y si las cuentas públicas están sujetas a revisión, esto vale hasta para la última dependencia pública. Sí, incluidas las universidades.

Hasta el año pasado además el Estado nacional contaba con varios stands en la feria, como el de Cultura y el del Banco Nación. Sin embargo, la semana pasada, el vocero presidencial Manuel Adorni informó que la instalación de un stand del Estado nacional en la feria tenía un costo de unos cuatrocientos cincuenta millones de pesos, que el gobierno no está dispuesto a pagar. En contraposición, este año puede verse al ingresar al primer pabellón de la feria, un gigantesco stand de la Provincia de Buenos Aires con una enorme estructura de hierro y varias pantallas. Resulta sorprendente que en este contexto dramático de crisis de la Argentina, resultado de la herencia de varios gobiernos, esto pase casi desapercibido y no se convierta en un escándalo. Así, existe la paradoja de que la ignorancia de una noción tan elemental para la acción humana como la restricción presupuestaria se hizo carne en sectores que dicen representar “la cultura”, en una feria comercial de libros.

Se trata de la misma feria en la que algunos de estos sectores hace unos años exigieron prohibirle la participación al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, agredieron a parte del público que asistía a la presentación del libro de Agustín Laje, impidieron presentar su libro a la médica cubana exiliada Hilda Molina, insultaron a funcionarios del entonces presidente Macri, o increparon al panel que presentaba el libro “Indek”, sobre las irregularidades del Indec durante el kirchnerismo, entre otros episodios. El amor vence al odio.

Roberto Campos

Milei reposiciona las ideas de la libertad articulando un discurso teórico sin fisuras, rechazando el adoctrinamiento e invitando a leer “los dos lados de la biblioteca”

Equivoca la metáfora el presidente de la fundación que organiza la feria al decir que “Milei le da la espalda a la cultura”. En realidad, solo no se asignaron recursos a una institución privada que bien puede organizar este evento de gran convocatoria nacional e internacional, sin necesidad de que el Estado intervenga o lo financie. El hecho de que hace unos años algunos sectores físicos de la feria como el largo pasillo techado que permite llegar a los últimos stands no cuenten con publicidad de empresas privadas, no debería ser visto con mayor razón para que el Estado destine recursos a la feria, sino todo lo contrario: el Estado debe intentar reconocer las señales del mercado y, al menos como principio general, no debe gastar en el sector privado donde el sector privado no lo hace.

El nombre del nuevo libro de Milei que presentará en la feria es “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”. Parte del título —“Capitalismo, socialismo…”— recuerda al clásico de Schumpeter y reafirma una vez más no solo su defensa del sistema capitalista y sus instituciones, sino que identifica como sus oponentes tanto al socialismo como a la economía neoclásica, con cuyas ideas económicas se formó Milei. Sin embargo, tras muchos años de estudiar y enseñar estas ideas, juzgó que estaban equivocadas y en cambio abrazó la Escuela Austriaca de economía y filosofía, que plantea diferencias importantes respecto de las ideas liberales anteriores de Smith, Ricardo y otros. En efecto, la escuela inaugurada por Menger en 1871 con sus “Principios de economía política”, siguió su derrotero con Böhm-Bawerk, Mises y Hayek, y hoy cuenta con exponentes de talla internacional como Kirzner, Huerta de Soto y Rallo, entre otros. El curso intelectual de Milei, por el que profundizó y reemplazó su marco teórico a partir de la lectura y la reflexión crítica, no solo que no es habitual en los presidentes argentinos sino que constituye el opuesto exacto del discurso habitual de los políticos basado en vaguedades ideológicas y plagado de falacias y mentiras. Más aún, hace algunas semanas en el inicio del ciclo de clases defendió frente a los estudiantes de la escuela de la que fue alumno, que “siempre tengan espíritu crítico, lean los dos lados de la biblioteca”.

Javier Milei participó de la Feria del Libro en 2022 y 2023. (Break Point)

La vocación por el estudio de las ideas y por la docencia no es una impostura de Milei sino que forma parte de su personalidad y resulta decisiva al momento de entender sus decisiones como jefe de Estado. De hecho, el autor de estas líneas fue un selecto destinatario de una imprevista clase de economía en un bar donde Milei se dedicó a trazar diferencias entre la escuela neoclásica y la escuela austríaca por más de cuarenta y cinco minutos, ante una simple pregunta de uno de los presentes.

Más sobre el tema.

Lejos de Cristina Kirchner, que presumía dudosamente de ser a la vez kelseniana y hegeliana —en referencia al jurista pseudoliberal Kelsen y al filósofo estatista Hegel—, de Alfonsín que decía que sus maestros intelectuales eran Krause y Rawls —incompatibles filósofos socialistas— o de los restantes mandatarios no muy afectos a la lectura sistemática, Milei reposiciona las ideas de la libertad articulando un discurso teórico sin fisuras, rechazando el adoctrinamiento e invitando a leer “los dos lados de la biblioteca”. Nada debería entusiasmar más a los autoproclamados portavoces de “la cultura”; sin embargo, sucede lo contrario y no por razones meramente intelectuales.

Es de lamentar que el presidente de la fundación que organiza la feria, conocido como autor de una biografía de Borges, presidente de la Asociación Borgesiana de Buenos Aires y “borgeólogo”, anteponga sus intereses sectoriales y sesgos ideológicos, ignorando las opiniones siempre inteligentes de Borges, acaso uno de los precursores del anarquismo individualista en nuestro país.

El autor de “El Aleph”, consideraba: “el más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profética lucidez por el casi olvidado Spencer) es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo”. Hasta el final de su vida Borges siguió convencido de esta idea, al punto de llegar a afirmar que “con el tiempo mereceremos que no haya gobiernos”.

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