Aldo Abram y Alejandro Gómez mantuvieron un acalorado y fructífero debate sobre dos temas cruciales: economía y democracia. El economista y el historiador se encontraron en el programa Informe Económico, que todos los jueves conduce Roberto Cachanosky por radio Cultura.
A partir de los dichos del viceministro Gabriel Rubinstein: «estamos coqueteando con la hiperinflación» para sintetizar el complicado panorama que enfrenta la Argentina, se dejaron las siguientes definiciones:
Aldo Abram: «Hoy está pesando mucho la caída de la demanda de pesos. Se destruyó el valor del peso, sobre todo después de que el exministro Guzmán renunciara y la gente saliera despedida a los supermercados, al «arbolito», a la casa de electrodomésticos a sacarse el dinero que cobró en el aguinaldo»
«Lo que plantea Rubinstein es una realidad. ¿Por qué lo dice, si se tira en contra a parte del gobierno? Creo que lo hace para correr al kirchnerismo con la vara, avisándole: No hinchen, dennos margen de acción porque la cosa no está resuelta».
En Economía creen que están en terapia intensiva creyendo que están curando a un señor con una gripe gravísima. Pero ese paciente, llamado Argentina, tiene enfermedades terminales que la están corroyendo y matando de a poco. Eso tenemos que tratar si no queremos terminar en una hiper».
«Después de cierta tranquilidad cambiaria, hemos visto que la cosa se puso peliaguda. Aun con el anuncio de los 5000 millones de dólares, el dólar siguió subiendo. Se diluye la esperanza y lo primero que uno hace es salirse de cualquier activo en pesos».
Alejandro Gómez: «La mayoría de la gente quiere creer en algo. (…) Acá se cree que el Estado te va a salvar, leí un tuit de Artemio López que decía: «bono de treinta mil pesos, por ahí es el camino». Claro!, ¿entonces por qué no damos un bono de un millón de pesos y estamos todos salvados? No se si no lo ven, son cínicos o muy estúpidos».
«Hoy se celebra el Regreso de Perón, los días mas felices… están convencidos que es algo bueno. Cuando tenes una mayoría que piensa que eso es bueno, traelo a Hayek o Mises y te funden el país igual».
Luego, a partir de la frase de Luis Juez al decir: «el regreso de la democracia en 1983 no le salvó la vida a nadie», el historiador reflexionó:
«Vamos a cumplir 40 años de democracia pero eso te sirve solo para cambiar gobiernos. (…) Esto es el uso privado de la democracia para beneficio de los políticos. Por eso se vuelven locos cuando les pateás el hormiguero. Siempre están los mismos, pocas veces ves a alguien que sale de la función pública para ir a la privada: ¡no salen más!