14/06/2025

Joanna Guerra: “Quiero ser un puente entre Tom Sawyer y Caminos de la servidumbre de Hayek”

Por: Daniel Olivera

La divulgadora liberal Joanna Gabriela Guerra está lanzando al mercado un libro dedicado a explicar a jóvenes de entre 15 y 25 años los principios básicos del liberalismo, pero usando ejemplos de Tik Tok, Spotify o plataformas de streaming como Netflix. Una forma novedosa de abordar la difusión del liberalismo. Por ahora se podrá bajar de la web, pero en agosto próximo saldrá la edición papel.


Visión Liberal: Cómo se te ocurrió este libro, que es dedicado a adolescentes y jóvenes, ¿no? 

Joanna Gabriela Guerra: Sí, la audiencia es para chicos de entre 15 a 25 años. Vi la necesidad de que los jóvenes supieran acerca del liberalismo. Y no nada más como algo filosófico, que hay conceptos extraños, sino como algo que entendieran. Para que también vieran que siempre la responsabilidad y la libertad van de la mano.

Vivimos en un mundo donde siempre nos están hablando de los derechos, pero nunca de las obligaciones. Y no nos hablan de ejercer esos derechos con madurez. 

VL: No es un libro fácil, porque plantea que ser libre implica muchas responsabilidades…

JGG: Sí, pero intento hacerlo de manera fácil. Se lo dí a mis sobrinos de 15 y 16 años para que lo leyeran, y ver que entendían. Las palabras “libertad”, “responsabilidad”, son conceptos que no son fáciles de entender, pero que al final de cuentas siempre tenemos que pagar esas consecuencias. Les explico con ejemplos de las redes sociales, con streaming, con cosas de la cultura pop (Tik Tok, Spotify, Netflix) para que aprendan a ser responsables y proteger su privacidad. Con eso hasta puedo explicar los principios del liberalismo: el respeto a la vida, a la propiedad y a la libertad de las personas. 

VL: Comparándote con tu generación, ¿qué aspectos positivos encontrás en esta nueva y qué aspectos más cuestionables o negativos aprecias?

JGG: Hay como una tendencia de quejarnos de las nuevas generaciones. Pero yo veo en ellos mucho respeto a la naturaleza, algo muy bueno ya que el planeta es limitado y los recursos también. Pero también hay una tendencia a hacer de todo un derecho, o a colectivizar. Es grave porque no hay una diferencia entre individuo y colectivo. Todo el tema del patriarcado o el feminismo colectivo no es sano para los jóvenes. Se les olvida que la minoría más pequeña es el individuo. Eso lo veo bastante riesgoso.

Foto: PanamPost

VL: ¿Cómo ves el avance woke, que ha sido fuerte en los últimos años, pero que encuentra un freno en la Estados Unidos de Donald Trump y Elon Musk? ¿Cómo ves esa batalla que se está dando?

JGG: La veo muy interesante porque creo que el movimiento woke, que empezó con esta postura de “despertar” y hablaba justamente de suprimir esta libertad individual y de los colectivos y las causas superiores, era un arma de doble filo porque en cualquier momento esta censura y control extremo se iba a voltear o a tornar en contra de los demás.

Me recuerda un poco a Alberdi y su lema de que “los derechos no se mendigan, sino que se ejercen”. El anti-wokismo, por otra parte, tiene que ser la defensa natural a ese autoritarismo porque si nada más estamos pidiendo los derechos de las mujeres y celebramos el 8 de marzo y todas las mujeres salimos a marchar, ¿y dónde quedan los hombres? El 19 de marzo, que fue el Día del Hombre, creo que pasó desaparecido.

Lo veo como volver a ese sano egoísmo y reivindicar el derecho a pensar o a reivindicar el sentido común, a pensar y a actuar según los propios valores y no al colectivo. No necesariamente a las figuras que tú mencionas, pero sí necesitamos líderes, que lo pongan de menos en el subconsciente de la gente. Tenemos que volver al pensamiento justo o a la libertad de pensamiento.

El liberalismo o el anti-woke es defender la libertad de pensar, defender la propiedad, la libertad de las personas, la igualdad de oportunidades, la igualdad ante la ley y promover el debate. Cuando hay debate se generan nuevas ideas y nuevas ideas nos van a traer progreso para todos. 

VL: ¿Y cómo ves a la generación a la que le dirigiste tu libro, tu mensaje, parada en medio de esta batalla? 

JGG: Los veo un poco inmersos en esta cultura colectivista porque es en lo que han vivido mucho tiempo, pero no lo veo todo perdido. Creo que la libertad de pensamiento, la habilidad de crítica de cada individuo es algo que nos es inherente. Hay veces que te dejas llevar por lo que dicen en casa o por lo que dicen los amigos, pero en algún momento tienes esos minutos de reflexión y te das cuenta de que a lo mejor está mal lo que estás pensando, o dices, ah, no, estoy a favor de esto, pero no a favor de esto. 

Cuando ves que no están a favor de algo, es donde está la oportunidad de explicarles por qué el liberalismo es importante, por qué la igualdad ante la ley es importante, por qué el respeto irrestricto al proyecto de vida del otro es muy importante. Y si se lo explicas con aplicaciones cómo Spotify o Uber o el sistema de criptomonedas es más fácil que te entiendan. Ahí es donde vi la oportunidad de explicarles que el colectivismo no te lleva a ningún lado, sino que te convierte en una víctima más, en un número más de un colectivo, de un Estado que ni siquiera le importa. Y el liberalismo sí importa, porque al final de cuentas son tus decisiones, tu autonomía, tu responsabilidad y es, yo creo, es lo más bonito de la vida.

VL: ¿Vas a presentar el libro en la Feria del Libro de la Argentina de Buenos Aires en abril? 

JGG: No creo. Lo presenté en Argentina en Corrientes, en el Club de la Libertad. Lo voy a presentar en Tucumán en abril. El libro todavía se puede leer de manera digital, y en estos próximos días salen las impresiones. En agosto seguramente lo presentaré en el Congreso de Liberty International Word Conference. 

VL: Te lo planteaba porque en la Argentina de estos días está muy agitado el panorama político. Javier Milei, a diferencia del año pasado, comienzan a tener cuestionamientos sobre el plan económico. ¿Cuánto crees que afecta eso a los potenciales jóvenes liberales? 

JGG: Los afecta, sin duda. Pero en Argentina es algo diferente, porque es el único país donde alguien de esa mente liberal ha ganado, y es donde todos los liberales queremos ir, para que nuestros políticos vean como sí se puede. Argentina antes de Milei estaba muy mal. Siempre las cosas se van a poner feas antes de que cambie. Todo proceso de cambio causa dolor.

VL: ¿Cómo va a interferir en los jóvenes? 

JGG: De alguna manera va a repercutir y muchos van a decir: “es más fácil que me cuide el Estado”.

Están recortando el gasto público, hay menos liquidez… y la economía es algo que nos duele a todos, somos seres sociales y económicos. Estos jóvenes llenos de energía y ganas de cambiar del mundo resisten si estaban convencidos de que el liberalismo era bueno. Y si no es cuando es bueno que lean mi libro, porque se dan cuenta de que todos los cambios duelen, entonces tienen que resistir, y seguramente va a impactar, porque somos seres sociales, pero creo que el libro es una muy buena oportunidad para que vean que no tienen que ampararse a la espalda de mamá Estado, y tienen que ser responsables y dar la cara por sí mismos. 

VL: Sí, lo que empiezan a marcar las encuestas es que la franja juvenil, que es la que apoyó masivamente a Milei, hoy está en una posición bastante más crítica, especialmente los estudiantes, que ven en los recortes universitarios un factor peligroso para ellos.

JGG: Un ejemplo muy fácil. Es como cuando los padres pagan varios servicios de streaming al mismo tiempo y de repente por problemas laborales o de finanzas tienen que eliminar alguna suscripción. Los hijos van a pensar que son malos, que no los quieren o cosas dramáticas así, pero no ven las circunstancias de afuera. Es lo mismo que pasa cuando el Estado empieza a recortar el gasto público, que no funciona, como todas estas becas o ayudas gubernamentales.

VL: Uno de los mayores desencantos es que los jóvenes ven que en el Estado están ingresando fuerzas “trolls”, vinculados a las redes sociales, que apoyan a Milei. Entonces, eso es como un doble discurso, por un lado decimos que sacamos y recortamos el gasto público, y por otro sumamos gasto público. Un solo ejemplo es el de la vocería presidencial, que sumó 200 empleados a su cuenta. 

JGG: Sí, al final yo creo que eso siempre pasa con el Estado, ¿no? En México, con cada administración se van cambiando las secretarías, y se crean otras, se re-crean secretarías, y el sexenio que viene se vuelven a crear con secretarías y ministerios. Y eso yo creo que pasa según las necesidades que el presidente o quien esté en el poder las ve en ese momento, y según las ideologías que tenga. Puede ser que para Milei sea importante mantener su imagen pública y defenderse, y de trabajo temporal a ciertas personas.

En México crearon la Secretaría de la Mujer junto a un montón de trabajos, pero también desaparecieron las instituciones de transparencia y otras de justicia. Cerca de 50.000 personas quedaron desempleadas en el sector de justicia, y emplearon como a 300 en el sector de la mujer. Entonces dicen, ah, sí, está dándole trabajo a mujeres. Bueno, sí, a 300. ¿Contra qué? ¿20.000?

Esas cifras muchas veces son tendenciosas, y es acorde a la imagen que quiera darse su gobierno. No necesariamente van a cumplirse los principios liberales tal cual queremos, porque el mundo es objetivo y es una realidad, y la política se mueve de una manera que muchas veces no es, bueno, que de ninguna vez va a ser, como lo vemos en los libros, como lo ideal que quisiéramos, es algo que ya está establecido y dado.

No importa que tantas buenas ideas tengas durante la campaña, al momento que ya eres presidente, esas ideas cambian porque representas a un Estado que tienes que ver que pasa con los asuntos internacionales, qué vas a hacer con los de aquí, qué vas a hacer con los de allá.

VL: ¿Cómo querés que te vea una chica o un chico de 15 años que se sienta frente a un e-book, o a un libro físico tuyo, y empieza a recorrer ese tránsito tan intenso y lindo que es leer, recibir ideas, tratar de procesarlas, entenderlas, adaptarlas a tu modo de ver. ¿Cómo te sentís vos frente a eso? 

JGG: La verdad me da mucho gusto y estoy muy orgullosa de poder transmitir esas ideas de una manera fácil y digerible, accesible, porque hay muchísimas ideas y que son muy complejas de entender. La idea con mi libro es que sea más fácil que encuentren a los grandes pensadores del liberalismo y les trato de hablar en un lenguaje claro, accesible, con cosas que ellos entiendan, porque esos niños van a crecer y en unos años van a votar, entonces si tienen cierto conocimiento de que existe algo más van a tener una conciencia un poco mayor, y sus elecciones electorales van a ser mas pensadas, que al final de cuentas creo que es lo que queremos todos.

Lo que pretendo hacer con el libro es una invitación a que lean a los grandes: Hayek, Mises, Rothbard, Smith, Ayn Rand, Locke pero de una manera más fácil.

VL: Sería, traducido, como las novelas de Salgari o Tom Sawyer, te querés posicionar en ese proceso incial de que un joven tiene ganas de leer sobre el liberalismo.

JGG:  Sí, exacto, como el puente entre Tom Sawyer y “Caminos de la Servidumbre” (Hayek).

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