05/07/24

La revuelta de los RAPPI golpeó al intendente del Conurbano que se pasó del PRO a LLA

A la izquierda, el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. A la derecha, Emanuel López Ledesma, el repartidor de RAPPI asesinado por motochorros en Tres de Febrero. De fondo, autos incendiados tras las fuertes protestas. (Captura de pantalla)
Además…

El primer chispazo ocurrió hace apenas una semana, cuando la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el intendente de Tres de Febrero Diego Valenzuela se abrazaron para la foto en el acto de Apertura Republicana, una de las corrientes liberales del PRO. «Los partidos políticos son importantes, pero ahora el cambio está primero«, dijo el intendente, uno de los pocos «amarillos» que siguen en pie.

Esas palabras, en un contexto donde La Libertad Avanza devora como un pacman a dirigentes y partidos políticos del PRO, cayó mal, obviamente, para los que ven que el partido de Macri se desperdiga en la Legislatura bonaerense por causas pasadas y promesas futuras. Y Valenzuela, quien podría ser el primer intendente converso de la Libertad Avanza en el Conurbano ve cómo tambalea su pista de aterrizaje. De hecho, Martin Yezza exintendente de Pinamar y ahora diputado amarillo, ironizó en su tuit al hacer mención a una solicitada. En ella, el PRO anuncia que nace el Bloque Libertad en la Provincia y entre otros, la firma Daniela Reich. Yezza reflexiona: «Un grupo de legisladores entraron por el Pro y teniendo cargos formales en el Pro dicen que son del Pro pero que se van del Pro. Hagan lo que quieran, tal como hicieron hasta ahora, que un grupo de «giles» nos vamos a dedicar a reconstruir lo que ustedes los «vivos» destruyeron».

Fuego, destrozos y corridas en Tres de Febrero durante la protesta por el asesinato de un repartidor a plena luz del día. (X)

Ahora, con un repartidor muerto a balazos en Villa Bosch, destrozos en la sede municipal, un patrullero quemado y un foco de violencia que bulle a fuego lento, Diego Valenzuela empieza a sentir que se resquebraja su propio blindaje político. Aunque desde «el fuego amigo» buscaron responsabilizar de los desmanes en el municipio al ministerio de Seguridad de Kicillof, Sergio Berni le dijo a Visión Liberal: «avisales que hace seis meses que yo renuncié».

Acostumbrado a quedar bien con Dios y con el Diablo, Valenzuela ahora no sabe a qué bombero acudir para apagar tanto fuego: acostumbrado a hacer su propio juego, el intendente se unió a los K cuando decidió no aumentar la tasa vial (el impuesto con el que la mayoría de los municipios afronta la obra pública).

En general, a lo largo y ancho de la Provincia de Buenos Aires, apuntan a Valenzuela por su actitud de mandar a romper los bloques del PRO en la Legislatura, molesto porque su esposa, la senadora bonaerense, Daniela Reich, no estará más sentada en ese sillón. Macri dejó a Reich sin banca y sin poder, ya que ordenó que se sumara a la ola de renuncias masivas y dejara su cargo como jefa del PRO.

Ahora no hay sobre que apague tanto fuego. Valenzuela, acostumbrado a un blindaje mediático que pocos intendentes tienen, logró sobrevivir en territorio peronistas gracias a una coraza que lo protegió en la opinión pública.

Diego Valenzuela y Patricia Bullrich. (X)

Pero ahora su municipio arde. Como una foto simbólica del poder que se consume, Valenzuela tiene que salvar a su propio municipio del derrumbe. El lunes, deliverys incendiaron un patrullero y destrozaron la comisaría de Loma Hermosa, hartos de vivir y trabajar con miedo tras el crimen de Emanuel Ledesma, un repartidor al que acribillaron de tres balazos para robarle la moto, frente a la pizzería donde trabajaba.

El que podría ser el único intendente de LLA avanza en Buenos Aires está en problemas. Y nadie sabe quién podrá socorrerlo.

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