04/07/24

¿Buscás la felicidad? Primero, encuentra la libertad

Por qué la libertad promueve la felicidad

Para Aristóteles, la felicidad “es una cierta actividad del alma conforme a una virtud perfecta”, que se corresponde con la más elevada clase de vida, y resulta deseable por si misma: “…no es carente de nada, sino autosuficiente”1.

Ayn Rand puntualiza que la felicidad “es aquél estado de conciencia que procede del logro de
los propios valores
”, y conseguirla es “el exitoso estado de vida2.

Si consideramos la felicidad como fin en si mismo, nuestro máximo propósito en la vida, el estado deseable a ser alcanzado a través de nuestra realización como rectas personas, o como eudaimonía -buen vivir-, hay que prestar atención a las condiciones que la permiten y promueven.

Y, de acuerdo a lo que veremos enseguida, comprendemos que inevitablemente debe hacerse foco en la libertad y sus implicancias.
Entendida como ausencia de coerción, la libertad permite al individuo actuar según su criterio y no según imposiciones externas.

Entendida como el derecho que brinda la posibilidad de elegir en base a la propia voluntad, la libertad asegura la búsqueda y realización de los intereses particulares sin ataduras a dictados ajenos.


Entonces, constituyendo la libertad un sólido fundamento para la autorrealización a través de actuaciones no forzadas y decisiones no restringidas, erguir un marco libre para el desenvolvimiento del potencial humano resulta auspicioso para el alcance de la felicidad.

Los individuos autosuficientes son aquellos que identifican a conciencia lo importante para ellos y racionalmente se ponen en marcha para concretar sus valores. La libre elección y jerarquización de valores e intereses precede a la actuación virtuosa, que es el desempeño moral en pos de su consecución.

Y a través de escoger y obtener o mantener lo que valora, el individuo es el artífice de su propia felicidad.

Una felicidad no determinada por acontecimientos externos o reducida a pasajeros y fluctuantes estados de ánimo, sino a un estado de completa y efectiva realización personal que es un premio a la virtud y una sonrisa a la vida bien aprovechada.
Por lo tanto, como foco de interés para personas que buscan la felicidad, que actúan para conseguir lo que valoran y ponen en práctica virtudes morales, tiene que permanecer la promoción de la libertad en tanto derecho individual y en tanto sistema social donde se interactúa con las demás.

La libertad como derecho inalienable permite la realización personal. La libertad como sistema social permite el intercambio de individuos libres e independientes para la mutua realización.

1 Aristóteles; Ética a Nicómaco, Alianza Editorial, Madrid, 2001
2 Rand, Ayn; Atlas Shrugged, SIGNET, New York,

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