Ceferino Reato presentó su libro “Padre Mugica”: ¿Quién mató al primer cura villero?

La noche del viernes se vistió de reflexión y memoria en el Centro Universitario de Estudios (CUDES), donde se congregaron más de 150 personas con motivo de la presentación del último libro de Ceferino Reato, «Padre Mugica». El panel que acompañó a Reato estaba compuesto por destacadas personalidades: Roberto Bosca, director académico del CUDES, Julio Bárbaro, Rosendo Fraga y Sergio Rubin, quienes aportaron valiosas reflexiones sobre la obra y el legado del padre Carlos Mugica.

En el nuevo libro de Reato, se plasman los hechos históricos sobre la vida, legado y asesinato del Padre Mugica. El autor, en más de una ocasión, dejó en claro que se dedicó a investigar y narrar los hechos, sin realizar opiniones personales que podrían pecar en lo que reiteradas veces sucedió en el pasado: reescribir la historia. Es por eso que, Reato, invita a una lectura reflexiva, donde cada uno pueda sacar conclusiones sobre los posibles autores del asesinato: Montoneros o la Triple A.

La audiencia se sumergió en el debate, planteando preguntas agudas y compartiendo anécdotas personales sobre el sacerdote.

La presentación comenzó con la reproducción de un video con las palabras del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva: “Mugica, un hermano sacerdote, con sus luces y sombras, como nosotros. Entregó su vida por Jesús y el evangelio en una Argentina convulsionada y violenta. La mirada anacrónica, cargada de ideologismos, nos empañó los ojos y no pudimos acercarnos a él sino solo desde la grieta.”

El presentador Roberto Bosca destacó la relevancia del libro como un minucioso estudio que aborda las dos principales hipótesis sobre el asesinato de Mugica, arrojando luz sobre un crimen que aún hoy sigue sin resolver por completo.

Julio Bárbaro, por su parte, contó que mantuvo una conexión personal con el padre Mugica al haber sido su confesor. Destacó la autenticidad y el compromiso de Mugica con los sectores más vulnerables de la sociedad, subrayando su lealtad tanto a la Iglesia Católica como al peronismo. En ese sentido, afirmó que “Mugica nunca estuvo a favor de la guerrilla. Era de clase alta, pero expresaba a los humildes.”

Siguió con la palabra Rosendo Fraga, quien enfatizó la naturaleza histórica y periodística de la obra de Reato, destacando la rigurosidad de su investigación y la manera en que aborda las complejidades políticas y judiciales que rodearon la muerte de Mugica. Fraga concluyó que Mugica fue un personaje ambiguo y redobló la apuesta: “Perón, su líder político, era híper ambiguo: de la juventud maravillosa a la expulsión de la Plaza de Mayo en menos de dos años. Pero cuando llega ese momento, Mugica se queda con Perón”.

Finalmente, el autor, Ceferino Reato, compartió sus reflexiones sobre el proceso de escritura y las expectativas que tenía respecto a la recepción de su libro. Reato expresó sus dudas iniciales sobre cómo sería recibida su obra, especialmente por parte de la Iglesia y los curas villeros. Sin embargo, se mostró gratamente sorprendido por la acogida positiva que recibió, incluso entre autoridades eclesiásticas importantes.

En ese sentido, Reato expresó: “el kirchnerismo secuestró a Mugica en un esfuerzo, vano para mi, de santificarse ellos. Los curas villeros aceptaron eso, y la prueba fue la misa del año pasado, en plena campaña electoral, que fue una misa no sólo a favor del Papa sino en contra de uno de los candidatos. Y dije ‘voy a tener trabajo acá, porque el libro no les va a gustar’. Y me equivoqué, porque algunas autoridades importantes de la Iglesia leyeron el libro y les gustó.”

Reflexionando sobre las características del sacerdote, Reato comentó que “Mugica fue una persona auténtica, aún en sus errores que los tuvo y de alguna manera reconoció, especialmente lo que él definió después como el ‘scoutismo católico’, es decir esa idea de que a los jóvenes de clase media, clase media alta, clase alta, había que llevarlos sin ninguna preparación, conmoverlos con la pobreza en el acto. A nosotros nos gustan las personas honestas, y él lo era. Y yo creo que su reconocimiento de esos errores tiene que ver con su asesinato.”

Con optimismo, Reato señaló la importancia de dejar atrás las divisiones del pasado y trabajar juntos en los desafíos presentes, como la pobreza y la educación, evitando que las disputas políticas nos distraigan del bienestar de la ciudadanía.

La sala, colmada hasta el último rincón, dejó en evidencia que la historia del Padre Mugica, a pocos días de cumplirse 50 años de su asesinato, sigue vigente. Sin embargo, esta vigencia se ve también como una resistencia ante los intentos de reescribir la historia por parte del kirchnerismo y otros sectores políticos.

Durante años, se ha intentado manipular el legado de figuras como Mugica para ajustarlo a narrativas ideológicas particulares, distorsionando su verdadero compromiso con los más desfavorecidos y su rechazo a la violencia guerrillera.