04/05/24

Qué entramado de ciencia, espionaje y geopolítica esconde la Base China en Neuquén

La enigmática base china en Neuquén: Un intrincado entramado de ciencia, espionaje y geopolítica en el corazón de la Patagonia

En el árido paisaje de la provincia argentina de Neuquén, se erige una imponente estructura que ha despertado suspicacias y debates desde su construcción en 2014: la base espacial china. Oficialmente, esta instalación de alta tecnología opera con fines científicos, enfocándose en la observación del lado oscuro de la Luna y la investigación espacial. Sin embargo, un manto de misterio envuelve sus actividades, alimentando las sospechas sobre sus verdaderos propósitos.

El origen data del 20 de julio de 2012, cuando la Agencia Estatal China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC, por sus siglas en inglés) suscribió un convenio con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina, el organismo nacional competente en esta materia.

La base, establecida en un terreno de 200 hectáreas cedido de manera gratuita, quedó exenta de impuestos y aranceles, incluyendo los impuestos nacionales al consumo como el IVA, por un período inicial de cincuenta años, con la posibilidad de prorrogarse.

Ostenta una antena parabólica de 35 metros de diámetro, la más grande de su tipo fuera de China. Esta colosal antena permite a los científicos chinos comunicarse con sus naves espaciales y recibir todo tipo de datos desde el cosmos. Con la asistencia de otras antenas instaladas alrededor del planeta es posible tener alcance a los más de 8000 satélites que están en órbita.

Las dudas sobre las actividades de la base china se intensifican debido a su hermetismo. El acceso a la base está restringido y la información sobre las investigaciones que se llevan a cabo allí es escasa. Esta falta de transparencia ha generado inquietud entre algunos expertos en seguridad internacional, quienes temen que la base pueda estar siendo utilizada con fines militares o de espionaje. La potente antena podría emplearse para interceptar comunicaciones, vigilar actividades en tierra o incluso realizar ciberataques.

Lo más irrisorio de esta situación es saber que obtuvo a cambio la Argentina por esta entrega de nuestra soberanía a China: la CONAE obtuvo el beneficio de acceder a solo el 10% del tiempo de uso de la antena para el desarrollo de proyectos de investigación científica nacional y de cooperación regional e internacional.

Acceder a la base a investigar qué actividades se están realizando realmente no es tan sencillo, ya que se necesita autorización expresa del gobierno chino.

Argentina y China: una relación que no paraba de crecer y parece que hoy llega a su fin

Es un hecho de público conocimiento que, durante los gobiernos kirchneristas que gobernaron la Argentina durante las últimas dos décadas, el alineamiento geopolítico con la República Popular China fue prácticamente absoluto. Numerosos analistas, con justa razón, expresaron las preocupaciones asociadas con esta estrecha relación, señalando los riesgos que podrían derivarse al someterse de tal manera ante el gigante chino, descuidando al mismo tiempo las relaciones con otros importantes actores de Occidente, como Estados Unidos.

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El gobierno de Alberto Fernandez es ideal para ejemplificar esto: múltiples visitas oficiales a China, el ingreso de la Argentina a la Ruta de la Seda 2.0, proyecto de instalación en nuestro país de mega granjas de cerdos con inversiones chinas, controversias con la importación de múltiples insumos médicos y la vacuna Sinopharm durante la pandemia y la renovación del swap por más de 10.000 millones de dólares con el gigante asiático.

Recordemos que la persona que se hizo cargo de la Embajada Argentina en China fue Sabino Vaca Narvaja, hijo de Fernando Vaca Narvaja, uno de los fundadores de Montoneros, y hermano de Camilo, ex pareja de Florencia Kirchner y padre de Helena, la nieta de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

El peronismo no tiene tapujos en admitir su admiración y los vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh). El entonces presidente del PJ José Luis Gioja, durante el 2020 encabezó un encuentro con las autoridades de este partido para analizar “los modelos exitosos para salir de la pobreza” y manifestó: “las coincidencias con el Partido Comunista Chino son las que hacen posible este intercambio de ideas. Necesitamos que el crecimiento con justicia social que ha tenido la República Popular China pueda ser también un ejemplo para la Argentina

La corta incorporación de la Argentina en los BRICS fue otro ejemplo. En su momento, el Presidente Alberto Fernández envió una carta a su par chino, Xi Jinping, en su carácter de presidente pro tempore del foro regional, para solicitarle formalmente la inclusión de la Argentina en el bloque de los BRICS. Poco tiempo después, China anunció la incorporación de nuestro país al bloque.

El ascenso del nuevo gobierno de Javier Milei marca un punto de inflexión en las relaciones entre Argentina y China. La postura pro-occidental y pro-estadounidense del nuevo mandatario se aleja significativamente del estrecho acercamiento económico y político que caracterizó los últimos años con la potencia asiática. Milei dejó claro que pretende alejarse de China y de todo país que tenga algo que ver con el comunismo y busca un alineamiento total con Estados Unidos y las democracias liberales del mundo.

La primera acción de este nuevo alineamiento geopolítico de Argentina fue cuando la canciller Diana Mondino anunció que Argentina no se incorporaría a los BRICS, argumentando que “las alianzas internacionales serán principalmente con las democracias occidentales.”

Estos últimos días no pasó desapercibido el encuentro en Tierra del Fuego de Javier Milei con Laura Richardson, jefa del Comando Sur, para fortalecer su alianza estratégica con los Estados Unidos.

Richardson había advertido acerca de los planes de China para construir un puerto multipropósito en Río Grande, con el objetivo de vigilar el paso bioceánico y establecer una presencia estratégica en la entrada hacia la Antártida. Lógicamente, esto fue condenado por el presidente Milei, quien delante de la general norteamericana anunció: “Hoy estamos aquí para ratificar nuestro esfuerzo en el desarrollo de nuestra base naval integrada. Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco. Esta obra nos permitirá desarrollar la economía local, brindar un servicio logístico que permita las reparaciones y apoyo a los cruceros de buques comerciales que operan en el Atlántico Sur”

La última puerta de entrada de China en la región sin dudas es nuestro vecino, Brasil, gobernado por el ex guerrillero Lula Da Silva. En los últimos años, China se ha convertido en el principal socio comercial de Brasil, tanto para exportaciones como para importaciones.

Lula tiene intenciones de firmar numerosos nuevos acuerdos de colaboración en áreas como la tecnología, la energía, el desarrollo y el comercio. Uno de los acuerdos más destacados implica el establecimiento de transacciones directas en yuanes en lugar de dólares.

La reconfiguración del escenario geopolítico y la apuesta de Milei por consolidar a Estados Unidos como su principal aliado abren un panorama incierto para el futuro de los vínculos sino-argentinos.

En este nuevo contexto, será crucial observar cómo ambas naciones navegan las turbulentas aguas de la geopolítica actual y si logran encontrar un nuevo equilibrio en su relación bilateral.

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