01/05/24

Misión imposible: para armar una Pyme en la Argentina hay que llamar a Ethan Hunt

Reorganizar la Argentina

Tengo una Pyme, llamen a Ethan Hunt (Ay demagogos)

N. de la R.: Todos saben que la Pyme (pequeña y mediana empresa) resulta un motor importante de toda economía. Las Pymes revelan el espíritu emprendedor de una sociedad, el capitalismo original, y en muchos casos el riesgo empresarial auténtico. Pero el Estado castiga a las Pymes con carga tributaria escandalosa, costos y legislación laboral horrible, facilidades logísticas deficientes, ausencia de costos financieros competitivos, estructura de precios relativos inescrutable e inexplicable. Los políticos se dicen interesados en asistir a las Pymes -una fuerza electoral poderosa- pero son incoherentes. Sin ir muy lejos ¿cuánto tiempo antes Brasil o Chile facilitaron el ‘factoring’ antes que la Argentina? Ni hablar de la burocracia de AFIP. ¿Qué opinará Naty Motyl? Se lo preguntamos y aquí va la respuesta (Aclaración Ethan Hunt es el personaje central de la franquicia Misión Imposible):

Lamentablemente, emprender en la Argentina es toda una misión imposible. 

Somos unos de los pocos países del mundo que castiga al que produce riqueza y crea puestos de trabajo. El empresario que con tanto esfuerzo asume un riesgo, pone capital e innova, es vapuleado constantemente desde la política y es tratado diariamente de forma, completamente, peyorativa por aquellos que viven de él. No es novedad, el que tira de la carreta en éste país es el que peor la pasa.

En primer lugar, vamos a definir lo que es una Pyme. Una Pyme es una micro, pequeña o mediana empresa que realiza sus actividades en el país, ya sea en sectores comerciales, de servicios, de industria, minería o agropecuario. Puede estar integrada por varias personas según la actividad y sus ventas totales anuales en pesos no pueden superar los montos establecidos según su categoría.

Las ventas anuales rondan entre los $38 millones, depende de la actividad, y los $7 billones para que sea considerada una empresa una Pyme.

El 47% del empleo total registrado del sector privado es generado por las Pymes. Por sector de actividad económica las Pymes generan el 62% del empleo registrado en el comercio; el 46% en la industria y el 43% en los servicios.

Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entre las mayores dificultades para emprender en la Argentina se encuentra la falta de capital inicial (25%), incertidumbre por la coyuntura económica actual (23%), desconocimiento de los servicios de apoyo a emprendedores vigentes (16%), falta de incentivos para emprender (16%), entre otros. 

Vemos que las perspectivas del sector hacia adelante tampoco son favorables ya que el índice de confianza de la Pyme, que muestra el ánimo empresarial del sector, se encuentra un 5% por debajo de principios de 2022. Más específicamente, en el sector industrial la desconfianza es mayor con un desplome del 13% en su índice de confianza en comparación con febrero de 2022. 

Un dato que llama la atención es que, de las 110 Pymes encuestadas por la CAME, 9 de cada 10 eran empresas de menos de 30 años y 6 de cada 10 eran microempresas. Es decir, empresas relativamente jóvenes y enanas. 

Más precisamente, según datos de AFIP, en nuestro país el 84% de las Mipymes son microempresas, el 13% son pequeñas y sólo el 3% son medianas. Del total de empresas de nuestro país, las empresas grandes ni llegan al 1% pero generan más de la mitad del empleo registrado. 

Eso es muy común en países en dónde el exceso de regulaciones ahoga la iniciativa privada. Cada nuevo impuesto o regulación fuerza a las empresas a renunciar a recursos que podrían haber aprovechado o a asumir costos mayores. 

En Argentina una Pyme de 60 empleados, según datos del Banco Mundial, paga un 106% en impuestos sobre sus ganancias netas. O sea, si todas asumieran el costo de las regulaciones e impuestos estarían quebradas. Esto explica que la mitad de la economía se encuentre en negro. 

Entre 2007 y 2016 nacieron por año cerca de 70.500 empresas y cerraron 69.000. Es decir, menos del 3% lograba sobrevivir a fin de año y de ese 3%, el 20% no logra llegar a fin del segundo año. Sólo 3 de 10 llegan a los 8 años. 

¿Qué sucede en el resto de la región latinoamericana? 

El promedio de empresas nuevas que logran sobrevivir a fin de año es del 45%, mientras que en Europa asciende al 80%. 

Vamos a un ejemplo sencillo para poder entenderlo: de cada 1.000 empresas nuevas que se crean en Argentina, sólo 30 logran sobrevivir a fin de año, luego de esas 30, 6 no logran llegar a fin del 2do. año; luego, de esas 24, sólo 6 llegan a los 8 años. 

En cambio, en el promedio de la región latinoamericana, de cada 1.000 empresas nuevas que se crean, 450 logran sobrevivir al 2do. año; mientras que en Europa son 800 las que sobreviven al 2do. año; muy por encima de lo que sucede aquí en nuestro país.

El promedio de empresas nuevas que logran sobrevivir a fin de año es del 45%, mientras que en Europa asciende al 80%.

El promedio de empresas nuevas que logran sobrevivir a fin de año es del 45%, mientras que en Europa asciende al 80%.

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Por lo general en los países más ricos las empresas van creciendo a la par de la economía: amplían su estructura productiva; se integran verticalmente aguas arriba o abajo; se fusionan con otras empresas; etc. Se vuelven empresas a gran escala, lo que es sinónimo de mayor capital y productividad salarial sobre capital. Una empresa en expansión puede brindarle bienes más baratos y de mejor calidad al consumidor final. 

En nuestro país, sólo US$ 1 de cada US$ 10 de inversión que genera la empresa, se destina al desarrollo de nuevos productos y procesos. 

Por el contrario, si la economía sufre de fluctuaciones continúas, las empresas tienden a deshilacharse y terciarizar producción con el fin de amortiguar los ciclos económicos y reducir riesgos. Nuestro país es un ejemplo claro de que se da así. Es más, 3 de cada 10 Pymes, por el contexto económico, se vieron forzadas a reducir puestos de trabajo en el último año. 

Si vamos a los últimos datos, en diciembre, plena época en la que la gente compra más con el aguinaldo, las ventas minoristas de las Pymes han caído en un 1,8%. Muchos aprovecharon para cubrirse frente a un año que se perfila difícil tratando de consumir menos y volcándose hacia activos más seguros como el dólar. Esto explicó, en parte, la mayor presión sobre el mercado cambiario de los últimos días del año. 

Además de la falta de estabilidad macroeconómica, otro de los problemas del sector es la presión impositiva que genera la falta de capital inicial. Debido a la cantidad de regulaciones e impuestos exorbitantes que hay que pagar para iniciar un negocio, emprender es imposible. Según el Banco Mundial, el tiempo para iniciar un negocio es de 12 días, cuando en Chile es de 4 días, en Uruguay de 7 y en Colombia de 10. En tanto, los procedimientos iniciales para registrar una empresa, en números, es de 12, cuando en Chile es de 6 o en Uruguay de 5. 

Los impuestos son los más altos del mundo. La Argentina es uno de los países de la región que más impuestos cobra a sus empresas. Las empresas argentinas pagan en impuestos un 106% por sobre sus ganancias. Es decir, de cada US$100 que gana un empresario, US$106 le debe pagar al Estado. 

Cualquier empresario argentino no sólo no obtiene ganancia, sino que debe pagar impuestos inclusive con su inversión inicial. Es más, se estima que de US$1.717.111 que factura anualmente una mediana empresa de 60 empleados, deberá pagarle al Estado US$ 1.820.137; no sólo no gana, sino que debe pagarle US$ 103.026 más. Mientras que, sólo con cruzar el río, en Uruguay estarían pagando cerca del 42% de su ganancia y, cruzando la cordillera, en Chile no superarían el 34%.

Las empresas argentinas pagan en impuestos un 106% por sobre sus ganancias. Es decir, de cada US$100 que gana un empresario, US$106 le debe pagar al Estado.

Las empresas argentinas pagan en impuestos un 106% por sobre sus ganancias. Es decir, de cada US$100 que gana un empresario, US$106 le debe pagar al Estado.

LEER MAS: Desde los faraones a los presidentes, los impuestos tuvieron el mismo fin

Además, otro dato a tener presente, y que dificulta la actividad empresarial, es que, según el Banco Mundial, las empresas pierden 312 horas al año en pagar impuestos cuando en Chile ascienden a 296 horas al año y en Estados Unidos sólo a 175 horas. Es decir, en nuestro país se invierte el doble de tiempo que en cualquier país desarrollado en el pago de impuestos. 

Los impuestos son altos y complicados. Tenemos alrededor de 165 impuestos totales y sólo 11 de ellos se ocupan de recaudar el 90% de la recaudación total. Definitivamente, nuestro sistema tributario es completamente corrosivo e insostenible. 

En un año electoral vamos a ver a muchos llenándose la boca hablando de las Pymes, sacándose fotos con emprendedores locales como si ellos tuviesen algo que ver en que esa empresa familiar milagrosamente todavía siga a flote, y, fingiendo empatía y solidaridad mientras les exigen más y más a través de impuestos exorbitantes el fruto de sus esfuerzos. 

Todo en ésta vida se demuestra con hechos no palabras, aprendamos a exigirles como ciudadanía a los políticos que nos demuestren con reformas económicas lo interesados que están en nosotros. Bajar los impuestos, regulaciones y establecer un marco de previsibilidad es imprescindible para lograr sacar adelante las Pymes de nuestro país. 

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