
Invitado especial de la cadena televisiva norteamericana Newsmax, Luis Rosales, analista político y socio estratégico para América Latina del consultor americano Dick Morris, evalúa la importancia de que la CPAC haya elegido a la Argentina para realizar su primera conferencia post triunfo de Donald Trump. La importancia de las “PACs” en la política norteamericana y las diferencias respecto del financiamiento de los candidatos entre USA y nuestro país. Las claves para entender la popularidad del presidente Milei en el extranjero, y en particular entre los partidarios de Trump en Estados Unidos.
Visión Liberal: ¿Es importante que CPAC haga su primera conferencia en Argentina a pocas semanas de haberla hecho en Estados Unidos?
Luis Rosales: CPAC nace hace ya varios años, desde 1974 (N de R: fue fundada por la Unión Conservadora Estadounidense y por los Jóvenes Estadounidenses por la Libertad, y el primer discurso lo dio Ronald Reagan varios años antes de ser presidente de USA), con el ánimo de difundir, promover, defender y hacer lobby por las ideas más conservadoras dentro del Partido Republicano de los Estados Unidos. Es decir, las ideas que representan dentro de las variantes de la derecha, más a Trump, Milei y Bolsonaro, fueron enarboladas por CPAC hace ya 50 años, en busca de ir corriendo al Partido Republicano y sus candidatos para que vayan defendiendo esas posturas conservadoras.
Que esos candidatos republicanos pasen de los sectores menos conservadores a los sectores más conservadores.

VL: ¿Quienes son los cerebros detrás de esta idea?
LR: Fueron clave Matt y Mercedes Schlapp en poner todas las piezas en conjunto para poder armar esto. Tiene mucho prestigio en los Estados Unidos porque se trata de una especie de thin tank. CPAC significa “Conferencia de Acción Política Conservadora”. En Estados Unidos surgen para promover causas que contribuyen a la discusión electoral, pero que no tienen que ver directamente con la promoción de candidatos. Como está todo reglamentado en cuanto a leyes electorales y financiamiento, empezaron a aparecer “PACs” que legalmente estaban autorizados a promover causas sin que fueran parte de las campañas.
Y PACs fueron creciendo de una manera enorme, porque son casi cruciales para ganar o perder elecciones.
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VL: ¿A qué se parecería en la Argentina?
LR: Es difícil de comparar porque acá la ley de financiamiento es trucha. Acá todo va por abajo o por el costado. Allá como es tan estricta y, realmente no hay financiamiento legal o oficial del Estado a los partidos políticos, todo lo tenés que conseguir en el mercado. Conseguir plata para un candidato tiene limitaciones legales muy estrictas. Por eso aparecieron estos fondos que se juntan con un objetivo que termina ayudando una causa, ergo, a un candidato, pero no son directamente publicidad.
Sobretodo la CPAC ha permitido que el Partido Republicano vaya seleccionando candidatos mucho más coherentes con posturas más conservadoras y de derecha. Tuvo mucho que ver CPAC en la derechización conservadora del Partido Republicano.
VL: Eso podría explicar la elección del vicepresidente de Trump, J.D. Vance…
LR: Sí, pero no tanto. Vance llega más por una idea de Trump de premiar a los Hillbillys, que son aquellos habitantes de los Montes Apalaches, inmigrantes europeos muy pobres que llegaron a Estados Unidos a trabajar las minas de carbón. Eran como un trasplante del capitalismo explotador inglés que se trasladó a EE.UU. cuando ese país (Gran Bretaña) se sofisticó. Los Hillbillys se mudaron al Medio Oeste de los Estados Unidos y conformaron la gran masa de trabajo de norteamericanos blancos, de clase media-baja, de las llanuras norteamericanas.
Cuando se empieza, por la globalización, a vaciar industrialmente Estados Unidos, los Hillbillys entraron en decadencia y la familia de Vance es un símbolo de eso: madre alcohólica y drogadicta, criado por la abuela, y donde él triunfa aprovechando las herramientas que Estados Unidos le ofrece.
Se hace marine de los Estados Unidos y pasa a ser miembro de las Fuerzas Armadas. Luego gana una beca por mérito, entra a una universidad prestigiosa, hace plata en las punto.com, escribe un libro exitoso -que se transforma en una película con Glenn Close- y es electo senador muy joven de Ohio. Trump lo selecciona por todo eso. No es exactamente una acción del CPAC, aunque las ideas de Vance tiene mucho lugar y representa el pensamiento mayoritario del Partido Republicano.

VL: Pensando en Argentina, no hay un Partido Republicano al cual influir, ya que el único partido grande sigue siendo el peronismo. El partido de Milei no es un partido a influir porque sus seguidores ya están “concientizados”, digamos.
LR: Hay una realidad institucional tan diferente en Estados Unidos que el antisistémico tiene que cooptar un partido, porque el antisistémico sin partido no va a llegar nunca al poder.
VL: Es al revés acá.
LR: Ya tenés los casos de los terceros candidatos, por izquierda o por derecha. Ross Perot, Ralph Nader sacó algunos votos, pero estaba muy verde, en la década del 90′. El antisistémico en Estados Unidos tiene que cooptar al sistema, no tiene que destruirlo o reemplazarlo, porque los partidos siguen siendo máquinas importantes, representativas y bastante prestigiosas, a diferencia de la Argentina.
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VL: ¿Qué importancia le das al hecho de que vengan representantes de Hungría, de Italia, de Vox? ¿Cuál es tu mirada respecto de eso? ¿Hay un faro en Buenos Aires?
LR: Sin duda. Por dos días, Buenos Aires puede pasar a ser la capital mundial de la derecha conservadora.
VL: Pero Milei es una anarco libertario…
LR: Sí, pero en materia de políticas sociales, en su oposición a la Agenda 2030, en el anti-wokismo, es parte del club de candidatos del neoconservadurismo del mundo. En materia económica, sí, es capitalista liberal.
Pero Buenos Aires se ha transformado en el epicentro de la derecha conservadora. Éramos el país que siempre estaba en el otro lado, el más lejano de las políticas liberales o capitalistas, por lo menos dentro de la retórica, alabando a personajes como el ‘Che’ Guevara, el Papa Francisco o Cristina Kirchner y ahora aparece el Gobierno eligiendo a personajes del otro extremo.
Esa historia, que se cuenta en el mundo entero, de un país que supo ser y perdió el lugar, llama la atención. Todos quieren venir a ver el experimento Milei.

VL: Esa narrativa es exitosa, evidentemente…
LR: Es muy exitosa. Además del estilo, que lo ha hecho muy popular entre los seguidores de todos los dirigentes conservadores. Todos los dirigentes, de izquierda, de derecha, de centro, lo que sea, le prestan mucha atención a lo que su base les pide y les reclama. Y en todos los casos, así como lo viví en la campaña de Trump, debe ser exactamente lo mismo en Italia con los seguidores de Meloni, en Francia con los de Le Pen. A esa gente les gusta Milei, les cae simpático, les parece atractivo. Y mucho más a los extranjeros que no tienen que vivir el combo completo. Porque Milei es muy atractivo en sus dichos y todo eso, pero sus políticas pueden ser discutibles. Es como el Milei de la campaña electoral, que eran atractivos sin costos. Milei para los argentinos es un fenómeno comunicacional, ideológico.
VL: Tiene similitudes con Carlos Menem en los 90′, ¿no?
LR: Sí, pero era simpático Menem más que nada. Acá le ha dado presencia y disrupción a una ideología que habitualmente era la representante de las élites, de las minorías cultas o de los ricos. El discurso desenfadado de Milei penetra en otros sectores, y esa es la novedad a nivel planetario.
VL: Una especie de Margaret Thatcher que penetraba en los sectores bajos de Gran Bretaña.
LR: Algo así. O Ronald Reagan.
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VL: ¿Qué conclusión sacás del comienzo de la CPAC en Argentina? Más allá de los fuegos artificiales.
LR: Va a ayudar a que se consolide esta red internacional, este club político. Así como la izquierda se reúne y elabora el documento el grupo de Puebla o el llamado Foro de San Pablo, el grupo de este, el grupo del otro. Bueno, la derecha se está organizando a nivel mundial. Hay que ver hasta dónde llega y si tiene éxito en sus países. Porque ahí está la clave. Hay que ver si Meloni, Orban y Milei, que son los que gobiernan, les va bien, si Trump tiene resultados, y si Bolsonaro regresa al poder
VL: Un montón de factores que hoy todavía están en el aire.
LR: Mi amigo, socio y estratega de la campaña de Trump, Dick Morris, está trabajando en un libro que se va a publicar que habla de la “doctrina Trump”. Porque lo que hay que definir es la doctrina. ¿Que une a todos estos personajes de derecha? la oposición al sistema. Como en la mayoría de los países -sobretodo de la región- los sistemas estaban muy corridos a la izquierda, el antisistemismo surge de la derecha.
En Chile no, por ejemplo. O en Colombia. Petro es antisistémico y Boric también, pero izquierda. Si el sistema está muy a la derecha y no satisface, como pasaba en Chile, te termina pasando que los estudiantes incendian todo y eligen a un estudiante de izquierda.
Está con problemas ahora el antisistémico de izquierda en Chile (Boric), porque después cuando gobiernan y ponen en práctica sus recetas, en general fracasan. Vamos a ver qué pasa con las derechas.
VL: ¿Tienen el mismo programa al 100% todos los que pertenecen a ese “club conservador”?
LR: Con Morris vamos a investigar si Trump coincide con Milei, con Meloni, con Orbán o con Le Pen. Ya lo iremos verificando en la realidad.