Las tres caras del 24M: “Memoria completa”, las fotos de la marcha y el juicio de la historia según Borges

Las polémicas no faltaron en otro 24 de marzo en Argentina. Desde temprano comenzaron los mensajes cruzados entre el gobierno y los organismo de derechos humanos del país, que fueron a la confrontación directa, dejando en claro sus puntos de vista.

Por la mañana del domingo, el Gobierno compartió un video en el que daba su versión sobre los hechos ocurridos durante la década de 1970 y la dictadura militar. “Memoria, Verdad, y Justicia completa” es la consigna que utilizaron los mandatarios del país a través de la cuenta oficial de la red social X.

El clip fue grabado por el equipo del documentalista personal de Javier Milei, Santiago Oría, en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Participaron el periodista Juan Bautista “Tata” Yofre, el exguerrillero Luis Labraña y María Fernanda, la hija del capitán Viola, asesinado tras una emboscada del ERP en Tucumán.

La vicepresidenta Victoria Villarruel no tardó en compartir un mensaje en sus redes en el que reivindicó a “las víctimas del terrorismo” ocasionadas por agrupaciones políticas, al mismo tiempo que cuestionó la cifra de 30.000 desaparecidos por la última dictadura cívico-militar.

“Los DDHH son para Todos. La Memoria también. Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del terrorismo. Los responsables de estos crímenes no pueden quedar impunes. #NoFueron30000”, afirmó.

Más tarde, la vice no tuvo piedad con la titular de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo: “Carlotto, a vos no te votó nadie, votó a Javier Milei. Respetá al pueblo argentino que les dijo no a ustedes también”, contestó, para luego cerrar con el hashtag “#NoFueron30000″.

Pero no todo fue confrontación este 24M.

Por la mañana del domingo, miles de personas hicieron el típico recorrido a pie desde la ex ESMA hasta Plaza de Mayo. Desde la expresidenta Cristina Kirchner, que llamó a pensar “sin dogmatisnos ni odios” lo ocurrido durante la dictadura cívico-militar hasta el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que aseguró que “es un 24 marzo en el que hay negacionismo”, referentes políticos se hicieron eco de la movilización, que dejó impactantes fotos que dan idea del alcance de la marcha.

Antes de terminar el acto, las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo remarcaron que  siguen “reclamando una ley contra el negacionismo”, abriendo una nueva disputa con el gobierno de Milei.

Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo por el 24M (Reuters, X, AFP)

Para darle profundidad al debate y anclarlo a una reflexión profunda de la realidad, vale la pena releer este texto de Borges sobre el Juicio a las Juntas Militares. Él estuvo ahí y lo que sintió perdura en la memoria de una Argentina que no puede avanzar si no cicatriza las heridas del pasado. Curarlas, no negarlas, no revivirlas.

“Lunes, 22 de julio de 1985

He asistido, por primera y última vez, a un juicio oral. Un juicio oral a un hombre que había sufrido unos cuatro años de prisión, de azotes, de vejámenes y de cotidiana tortura. Yo esperaba oír quejas, denuestos y la indignación de la carne humana interminablemente sometida a ese milagro atroz que es el dolor físico. Ocurrió algo distinto. Ocurrió algo peor. El réprobo había entrado enteramente en la rutina de su infierno. Hablaba con simplicidad, casi con indiferencia, de la picana eléctrica, de la represión, de la logística, de los turnos, del calabozo, de las esposas y de los grillos. También de la capucha. No había odio en su voz. Bajo el suplicio había delatado a sus camaradas; éstos lo acompañarían después y le dirían que no se hiciera mala sangre, porque al cabo de unas sesiones cualquier hombre declara cualquier cosa. Ante el fiscal y ante nosotros enumeraba con valentía y con precisión los castigos corporales que fueron su pan nuestro de cada día. Doscientas personas lo oíamos, pero sentí que estaba en la cárcel. Lo más terrible de una cárcel es que quienes entraron en ella no pueden salir nunca. De este o del otro lado de los barrotes siguen estando presos. El encarcelado y el carcelero acaban por ser uno. Stevenson creía que la crueldad es el pecado capital; ejercerlo o sufrirlo es alcanzar una suerte de horrible insensibilidad o inocencia. Los réprobos se confunden con sus demonios; el mártir, con el que ha encendido la pira. La cárcel es, de hecho, infinita.

De las muchas cosas que oí esa tarde y que espero olvidar, referiré la que más me marcó, para librarme de ella. Ocurrió un 24 de diciembre. Llevaron a todos los presos a una sala donde no habían estado nunca. No sin algún asombro vieron una larga mesa tendida. Vieron manteles, platos de porcelana, cubiertos y botellas de vino. Después llegaron los manjares (repito las palabras del huésped). Era la cena de Nochebuena. Habían sido torturados y no ignoraban que los torturarían al día siguiente. Apareció el Señor de ese Infierno y les deseó Feliz Navidad. No era una burla, no era una manifestación de sí mismo, no era un remordimiento. Era, como ya dije, una suerte de inocencia del mal.

¿Qué pensar de todo esto? Yo, personalmente, descreo del libre albedrío. Descreo de castigos y de premios. Descreo del infierno y del cielo. Almafuerte escribió: “Somos los anunciados, los previstos, / si hay un Dios, si hay un punto omnisapiente; / y antes de ser, ya son, en esa mente, / los Judas, los Pilatos y los Cristos”.

Sin embargo, no juzgar y no condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice.

Es de curiosa observación que los militares, que abolieron el código civil y prefirieron el secuestro, la tortura y la ejecución clandestina al ejercicio público de la ley, quieran acogerse ahora a los beneficios de esa antigualla y busquen buenos defensores. No menos admirable es que haya abogados que, desinteresadamente sin duda, se dediquen a resguardar de todo peligro a sus negadores de ayer.”

Al salir de Tribunales, Borges agregó ante la prensa: “Convendría que cada persona asista a este juicio al menos una vez. Es necesario.

Pero debo confesar que no pienso volver porque quedé muy impresionado”.

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