“La tabla de los 10 mandamientos del liberalismo vs Los 7 pecados capitales del estatismo”
Comenzó el mes de marzo y en Argentina se dieron las aperturas de las sesiones ordinarias en todas las legislaturas, tanto a nivel nacional como provinciales y municipales.
Claramente, la del Congreso Nacional encabezada por el discurso del presidente Javier Milei, se llevó todas las miradas, ya que era la primera vez que él hablaba frente a la Asamblea Legislativa; pero los números de rating en medios sorprendieron, al superar incluso una final de copa internacional de fútbol, efecto en parte por el cambio de horario en la apertura, siendo el “prime time” televisivo, pero también en parte porque todos queremos comprender más al nuevo fenómeno político liberal libertario.


La contracara de la moneda fue la Asamblea Legislativa de la Provincia de Buenos Aires, que se realizó unos días más tarde en La Plata, encabezada por el gobernador Axel Kicillof, y donde no hubo más atención que los presentes en el recinto provincial; debido en parte porque es costumbre que la política provincial sea una especie de cueva oscura que nadie (de la “casta”) quiere iluminar, pero también en parte porque ya todos conocemos al viejo modelo político estatista marxista-socialista del kirchnerismo.
Si bien los extremos ideológicos entre los discursos se pueden apreciar fácilmente en el contenido, ya que el primero apeló al desarrollo del individuo consolidado por su propiedad y la libertad, y el segundo apeló al desarrollo del pueblo asistido por su gobierno y el Estado; también es cierto que existen algunos paralelismos en las formas, entre ambos discursos que están en las antípodas.
Ambos están parados en “la verdad” (objetivamente imposible), ambos criticaron las medidas adoptadas por el espacio político del otro, ambos apelaron a la autoridad religiosa para sostener la esperanza de sus caminos emprendidos.
Milei fue más como un “mesías” que nos conducirá a la salvación a la tierra prometida, apelando a las Sagradas Escrituras (Macabeos II) y las “Fuerzas del Cielo” provenientes directamente de Dios; y Kicillof fue más como un “profeta” que auguró tiempos apocalípticos para los que no sigan con fidelidad al Dios Estado, apelando varias veces en su discurso a la autoridad del Papa Francisco y sentando en primera fila al arzobispo de La Plata Mons. Mestre, quién aplaudió con énfasis junto a los sindicalistas, madres de plaza de mayo y los políticos (oficialistas) invitados al recinto.

Pero la frutilla del postre es que ambos concluyeron sus discursos inaugurales de sesiones legislativas ordinarias proponiendo una serie enumerada de un acuerdo básico para proseguir con sus políticas; el primero con diez puntos o “mandamientos” a adoptar y el segundo con siete puntos o “pecados”, ya experimentados por muchas décadas, a sostener.
El “Pacto del 25 de Mayo”:
1) ? La inviolabilidad de la propiedad privada.
2) ? El equilibrio fiscal innegociable.
3)? La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno.
4) ? Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio.
5? La rediscusión (sic) de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual.
6)⚡ Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país.
7) ? Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.
8)? Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación.
9) ? Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados.
10)⚖ La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global.
“Dios bendiga a todos los argentinos y nos otorgue la sabiduría y la fortaleza necesarias para superar los desafíos que enfrentamos como sociedad, y construir un futuro próspero para nuestra Nación. Que las Fuerzas del Cielo nos acompañen.”
Puntos concretos con las que todas las fuerzas políticas coincidirán:
1)La inmediata reactivación de la obra pública, frenada caprichosamente y que afecta a los 135 municipios de la Provincia.
2)El respeto por el federalismo y la inmediata reposición de los fondos vengativamente quitados a las provincias argentinas.
3)La devolución de los Fondos del Fonid, para los salarios docentes, de los fondos para universidades y para el transporte.
4)La urgente distribución de los recursos destinados a los comedores escolares y a los medicamentos.
5)La derogación del DNU ilegal e inconstitucional según todos los especialistas, de todas las vertientes.
6)El firme rechazo al delirante proyecto de dolarización”, que debilitaría la soberanía monetaria, multiplicaría la desigualdad y favorecería solamente al narcotráfico.
7)El dragado del Canal Magdalena. Lo que significa el respeto y la defensa irrestricta de nuestra Patria y nuestra historia con el firme reclamo de soberanía de nuestras Islas Malvinas.
“Nuestro pacto es con el Pueblo, nuestro pacto es con la Patria y con las provincias y nunca lo vamos a traicionar”.
Milei no nombró a nadie de la “casta” política con nombre y apellido, pero sí pasó informe de la realidad actual a causa de las políticas implementadas hasta el 9 de diciembre, y hablándole a cada persona en particular, explicó los resultados inmediatos en la macro economía que las políticas liberales están trayéndonos.
Kicillof, por el contrario, sí nombró constantemente a Milei personalmente, catalogando sus ideas como un “extravagante experimento” y adjetivándolo peyorativamente en muchas situaciones, su discurso fue dirigido a la “masa del pueblo” (como poseedor legitimo de éste) y direccionándolo a los demás gobernadores, tildando a Milei de centralista y posicionándose él como el defensor del federalismo.

Bajo los lineamientos explícitos de su proyecto político “gobierno protector, Estado presente y pueblo solidario”, solapó el incremento de los impuestos a ingresos brutos por más del 300% y del inmobiliario rural por más del 500%, apelando a la falsa lucha de clases entre los que más tienen y menos tienen:
“El sistema impositivo tiene que ser cada vez más justo, eso significa que deben contribuir en mayor proporción los que más tienen y más pueden”, posicionándose él como el justo garante de la equidad social; pero en realidad no es más que un “devorador de capital”, que impide el desarrollo genuino privado, imposibilitando que los que menos tienen dejen de depender de su gestión y del dios Estado, sometiendo a todos en un círculo vicioso.

Lejos de interpretar con honestidad las propuestas de Milei, que sí quiere un país federal donde, las provincias no estén sometidas al poder centralista de la caja de la coparticipación y las trasferencias discrecionales que maneja el Estado nacional, y que Kicillof supo administras en el segundo mandato de CFK, trató de poner a todos los gobernadores bajo su “ala protectora” ayudándolos a defender esas transferencias que provienen del Ejecutivo Nacional; justamente posicionándose él como el poder central que está avalado por el pueblo, todo su discurso fue una contradicción de conceptos y una negación de la realidad económica, proponiendo sacarnos del pozo en el que nos dejaron sus políticas, cavando más hondo con la promesa de salir; capaz que si le hacemos caso terminaremos en China Comunista adorando al Estado, en el peor de los infiernos.
“Ninguna provincia crece si el país salta al vacío, ninguna persona puede alcanzar su felicidad en una sociedad que se desintegra, ningún productor puede producir sin un estado que lo acompañe, lo defienda y lo promueva, ningún empresario puede enriquecerse si el pueblo no tiene recursos ni para comprar lo básico, ningún barrio ninguna localidad puede tener paz si no hay mas inclusión protección y dignidad, ningún futuro es posible si el odio el individualismo imperan en la sociedad.”