19/10/2025

Entre el modelo “Baradel” y la educación “Tech”

Si hoy Sarmiento escribiera “Civilización o barbarie” podría ilustrar su tesis con dos fotos. En una estaría Roberto Baradel, el gremialista de los docentes que no quiere que las escuelas se abran, escudándose en un virus que”tapa” otros: el virus de la ignorancia que se expande por todos los niveles (cerrados) de la educación.

Y en la otra foto, simbolizando la civilización, las herramientas que la tecnología dispone para que hoy la educación sea accesible, económica, plural y adaptable.

La pandemia ha obligado al mundo a adoptar metodologías nuevas para la educación, tanto para los alumnos como para los docentes. La tecnología revoluciona la educación y esa revolución, obliga a “mover” todos los paradigmas para adaptarla a los nuevos escenarios.

Mientras más “Baradeles” haya, más difícil será implementarla. Pero las trabas burocráticas y políticas no pueden ocultar la realidad: la educación cambió para siempre en el mundo y la Argentina, tarde o temprano (por costumbre, será tarde) debe incorporar herramientas modernas a la escuela

¿Cómo sería una educación “Tech”?

  • Aulas accesibles y abiertas. El aprendizaje en línea permite intercambios de planes de estudio internacionales. No hay barreras geográficas. Esto posibilitaría que haya más niños escolarizados, porque el traslado dejaría de ser un problema.
  • Libros de textos digitales. No sólo abarata los costos (parece mentira, pero hoy se siguen pidiendo “manuales” en las escuelas, un sistema tan arcaico como el pizarrón). Los textos digitales permiten una interacción personalizada para el estudiante, “acomodada” a sus necesidades, fortalezas y debilidades. La tecnología “individualiza”, permite un perfil propio que favorece la integración de contenidos. La Inteligencia Artificial y el Big Data también son aliados fundamentales para integrar el conocimiento según los “algoritmos” personales de cada estudiante.
  • No todo es para todos. Los “programas” son obsoletos. La tecnología hoy permite adaptar la currícula de cada año al ritmo de cada estudiante. Los contenidos “a la carta” revolucionarían la educación desde el momento en que el protagonismo está en el alumno y no en lo que impone un ministerio de educación, abstraído de la realidad de cada escuela.
  • Instituciones digitalizadas. Exámenes en línea, bibliotecas digitales, escritorio virtual y plataformas digitales permitirán que el alumno tenga una “escuela” paralela en su propia computadora, de fácil acceso y con un sentido de apropiación del conocimiento

En definitiva, la educación es civilización. Mientras en la Argentina un gremialista protesta por abrir el aula y los docentes husmean en su larga enciclopedia de “permisos” que “artículo” puede sacar para prorrogar su licencia, el mundo ofrece un abanico digital de propuestas que no solo mejoran la educación, sino que la transforman.

Otra vez la dicotomía Civilización y Barbarie. Otra vez, la sospecha de que se elegirá la primero

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