Parte 2
Por: Daniel Olivera / Fotos y edición fotográfica: Marcos Olivera
César Pelli murió el 19 de julio de 2019 en New Haven (sede de la prestigiosa Universidad de Yale), Connecticut, Estados Unidos. Y exactamente 3 años después, en julio de 2022 -apenas terminada la segunda oleada de la pandemia por el Covid-19- arrancaron los trabajos en Altos de la Viña, San Salvador de Jujuy, de lo que será su obra póstuma para el mundo: el Museo Lola Mora que cobijará a las 6 obras de la artista plástica tucumana que fueron “canceladas” y retiradas de las escalinatas del Congreso Nacional en 1921, obras que fueron acogidas, rescatadas y restauradas por la provincia de Jujuy.
En la Primera parte de la nota publicada en Visión Liberal el pasado martes 5, contamos la fenomenal historia que involucró al presidente Julio Argentino Roca, a Dolores Candelaria Mora Vega, los radicales Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear, el ex gobernador jujeño desde 1924 y su “protector” (Benjamín Villafañe), el ex gobernador Gerardo Morales y su esposa, Tulia Snopek, y claro está el “Messi” de los arquitectos del planeta.
Parte 1: El “hilo rojo” (y prohibido) que unió a Lola Mora y Julio A. Roca y que César Pelli inmortalizará en Jujuy
Hoy, en una Segunda parte, entrevistamos al arquitecto Ramiro Tejeda, secretario de Planificación del Ministerio de Infraestructura del gobierno de Jujuy y “leader project” del próximo Centro Cultural Lola Mora, el proyecto cultural más ambicioso hoy en construcción en toda la Argentina, que será “la envidia” de Eduardo Costantini y su Malba en la zona de Puertos en Escobar en el Conurbano.

Visión Liberal: ¿Cuál es el avance de obra y para cuando crees que estará inaugurado el Centro Cultural Lola Mora?
Ramiro Tejeda: Hoy tenemos una ampliación de plazos de obra que fijan la fecha de inauguración para abril del 2025, ya que estamos en un porcentaje de avance de un 85%.
VL: ¿Y qué es lo que falta? ¿Es muy difícil ese 15%?
RT: No, no es complejo. Falta la colocación de paños de vidrio, pisos y terminaciones de casi todos los espacios. También estamos en el tema del traslado de las esculturas, que es todo un ítem importante que se está gestionando, estamos en el momento justo para hacerlo.
VL: ¿O sea que las esculturas tienen que estar dentro de la obra para poder terminar?
RT: Exacto. Porque no podemos, por ejemplo, cerrar el edificio con los paños de vidrio, porque tienen que ingresar primero las esculturas. Van a llegar todas cubiertas y bien cuidadas.
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VL: ¿Cuántas esculturas son?
RT: Seis. Las cuatro que se encuentran en Casa de Gobierno, la obra “El trabajo” de la Plaza Maipú y “Los Leones” que están en la Plaza de Ciudadanía.
VL: ¿Cuánta de la superficie total del Lola Mora será vidriada?
RT: Bueno, toda la “piel” del edificio es de vidrio. Todo el perímetro. El museo en sí tiene todos los paños perimetrales de vidrio y los apéndices, que son el restaurante, la biblioteca-mediateca y el taller, tienen hormigón armado y revestido en piedra.
VL: ¿Ese toque visual 360° es de Cesar Pelli?
RT: Una de las ideas es que se luzcan absolutamente todos los espacios. Además, una de las premisas que tuvo Pelli, y digo creo porque nunca lo pude conversar con él, era que la arquitectura que él diseñó no compita ni genere alguna competición entre lo que es la escultura y lo que es la arquitectura en sí. Él quería que mantuviera una armonía y que lo único importante donde iban a estar implantadas las seis obras de arte sea las esculturas en sí, no la arquitectura que él diseñó.

VL: O sea que Pelli privilegió la obra de Lola Mora por encima de una estructura que él diseñó.
RT: Exactamente, para que ustedes vean lo austero y generoso que era César Pelli, que quería que el telón de fondo de las esculturas sea el propio paisaje de Jujuy. Por eso toda la fachada oeste es vidriada, para que el visitante vea y saque fotos con el fondo del paisaje de San Salvador, las Yungas y el recorte de la Puna.
VL: No deja de sorprender esa humildad en alguien que es considerado un ícono de la arquitectura moderna en todo el mundo.
RT: Nosotros consideramos -y creemos- que esta construcción es en sí misma una obra de arte. Esto va a ser un apéndice del edificio del museo en sí: Un restaurante de doble planta, una biblioteca futurista y un taller donde se van a dictar clases. Ahí se harán exposiciones menores porque el centro del museo son las obras de Lola Mora. Exclusivo para esas seis esculturas. Es muy interesante porque en la Argentina no hay un espacio así, donde sea todo para un solo (o una sola) artista.
Fue todo un tema porque César Pelli decía “quién soy yo para agarrar y encerrar las esculturas de Lola Mora”. Él quería hacer un parque pero estaban los problemas de la exposición al aire libre, la lluvia ácida y otras malas praxis como las que tuvieron las esculturas. Jujuy tiene que, ya que tenemos de patrimonio esas esculturas, resguardarlas y qué mejor que un edificio cerrado que las proteja.

VL: ¿Por qué se eligió este lugar?
RT: Este es un lugar en los Altos de la Viña, como decimos, y desde acá se puede observar las cuatro regiones de Jujuy. Las yungas, el valle (San Salvador), los cerros de la Quebrada y los de la Puna. No sé si fue casualidad o no, pero de que es el terreno para esto, estoy completamente seguro que sí.
VL: ¿Cuántos metros cuadrados tendrá el CC Lola Mora?
RT: Entre 4.500 y 4.600 metros cuadrados.
VL: Creo que no hay en la Argentina una obra de estas características, que involucre a una artista de la talla de Lola Mora y al Messi de la arquitectura global…
RT: No hay nada igual. César Pelli trabajó mucho en Buenos Aires en las décadas del ’90 y el 2000, hizo algunas obras muy importantes como el edificio República en Catalinas, y las torres de YPF, el Bank Boston y el Banco Macro, en Puerto Madero, en Córdoba hizo la Universidad Siglo XXI. Pero esta obra en Jujuy tiene y tendrá siempre el gran valor de ser su última obra de arquitectura, su legado. Terminó de diseñarla y en el año 2019 falleció. Desde entonces tenemos la asistencia técnica del estudio Pelli- Clarke-Pelli. Es por eso que aún hoy siguen viniendo los arquitectos desde los Estados Unidos. En realidad Pelli tenía tres estudios en Estados Unidos, tres estudios en Asia, y 100 arquitectos que trabajan en todo el mundo. Es un verdadero lujo que el estudio que creó Pelli siga haciendo la asistencia técnica del Lola Mora.
VL: La historia de amor de Pelli y la que fue su esposa, Diana Balmori, es una de las claves por la cual él aceptó este trabajo, ¿no?
RT: Se alinearon todos los planetas, porque como todos pueden comprender era dificilísimo llegar a Pelli, y muchísimo más difícil aún que aceptara un proyecto en Jujuy. Para que todos lo entiendan, es como que Lío Messi acepte venir a jugar en una canchita de la Quebrada de Humahuaca. Pero yendo a la historia personal, cuando el ex gobernador Morales viajó a New Haven para pedirle que aceptara el proyecto, hacía poco (creo que dos años) que había fallecido su esposa Diana Balmori, que además de acompañarlo durante 66 años, fue una archi reconocida arquitecta y paisajista. Ella era española pero vino muy joven a la Argentina con su familia y se radicó en Tucumán, allí en las aulas de la Universidad de Tucumán se conocieron, se enamoraron, se casaron y vinieron de luna de miel a Jujuy.
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VL: Es evidente que pesó mucho en la decisión de Pelli la cuestión emocional
RT: Sin dudas, y eso se nota mucho en un dato: él (Pelli) decidió diseñar una obra de “apenas” 4.000 metros cuadrados cuando una de sus últimas obras, la de San Francisco, es de 170.000 metros cuadrados. Y también sobre el final de su vida, llevó adelante la construcción del Museo de Historia Natural de Chengdu en China. Ese museo tiene 60.000 metros cuadrados y recibió el premio al mejor museo de Asia.
VL: ¿Cuánto conocía Pelli de la historia de Lola Mora?
RT: Pelli, por supuesto, conocía la historia de Lola Mora, lo que no sabía era que Jujuy tenía la colección de seis esculturas y sobre todo la historia que tienen esas esculturas que no fueron unas piezas que compró el gobierno de Jujuy, sino que hubo mucha controversia alrededor de las obras y de la misma Lola Mora. Otro dato que hay que aclarar, es que las obras que tenemos nosotros en Jujuy, en realidad no eran seis obras sino que eran dos grupos escultóricos que estuvieron en el Congreso de la Nación hasta 1921, y que siempre se dijo eran controversiales porque había desnudos. Yo creo que más que por los desnudos, fue una cuestión política ya que a Lola Mora se la vinculaba ideológicamente con Julio Argentino Roca
VL: ideológicamente y sentimentalmente…
RT: Esa es la parte de la historia que no me animo a contar. Si puedo decir que se la vinculaba a Julio Argentino Roca. Por eso en 1921 deciden (N de R: era el último año del primer mandato de Hipólito Yrigoyen, que luego fue sucedido por Marcelo T. de Alvear) que no hayan vestigios de Lola Mora en el Congreso Nacional y sacan estas y otras cuatro esculturas que estaban en el Salón Azul del Congreso para reemplazarlas por jarrones. Esas esculturas fueron a Córdoba, a Jáchal en San Juan, a Corrientes, a General Alvear y a Salta. Como estas esculturas no tenían una identidad porque no representaban a ningún héroe, ni a ningún prócer, se las desinstaló, se las sacó del Congreso. Es entonces cuando Benjamín Villafañe, que después fue gobernador de Jujuy (entre 1924 y 1927), terminó de construir la casa de gobierno jujeña y pidió en donación las esculturas. En el pensamiento porteño, mientras más lejos estuvieran de Buenos Aires mejor, así fue como nos las mandaron a Jujuy a las esculturas.

VL: Benjamín Villafañe era radical hijo de un ex líder unitario y políticamente estaba alineado con los radicales “antipersonalistas”, o sea anti yrigoyenistas.
RT: Sí, y lo interesante es que Villafañe además la contrató a Lola Mora, quien vivió en Jujuy hasta 1926, y es ella misma quien en 1924 re instaló las esculturas en Jujuy y las resignificó, porque repito: no eran sólo 6 esculturas, eran 2 grupos escultóricos que en tiempos de Roca había sido instaladas a ambos lados de la escalinata del Congreso de la Nación. Ella reinterpreta todo y también hace la parquización de los jardines de casa de gobierno jujeña e instala “El Progreso” en la calle Santibáñez y hace todo un diseño urbanístico del paseo. Y “Los Leones”, primero pasaron por el Parque y finalmente terminaron en la plaza de Ciudad de Nieva. Esa es la única de las 6 esculturas que no están en el sitio que Lola Mora predestinó. Luego, con la intervención de Lola Mora, pasaron de grupos escultóricos a 6 esculturas con su identidad: Los Leones, La Fuerza, La Libertad, El Progreso, La Justicia, y El Comercio.
VL: A casi un siglo de la llegada y re instalación de esas obras de Lola Mora en Jujuy, ¿Cuál es el estado en que se encuentran?
RT: La verdad es que el motivo por el cual teníamos que construir un museo y trasladarlas lo más pronto posible, es por la vandalización o las malas praxis que se sucedieron en cien años. Muchas veces, por apuro, se les hizo una restauración rápida sin los elementos imprescindibles. Hoy ya tienen ciertas patologías que nos obligan a resguardarlas en un lugar cerrado.
VL: ¿Cuál es el espíritu filosófico que dominó a la hora de construir el Centro Cultural y Museo Lola Mora?
RT: El Museo representa las cuatro regiones de Jujuy. Aquí, en Altos de la Viña, estamos en el corazón de las yungas, y el Museo va a atravesar con un puente hacia un balcón que está sobre el valle (donde se sitúa San Salvador) desde donde se ve el Río Grande, que es el que estructura la Quebrada de Humahuaca y los cerros de la Puna. Además de ser el Museo para las esculturas de Lola Mora diseñado por César Pelli entendemos que es un gran centro de interpretación de las cuatro regiones de Jujuy, haciendo hincapié especialmente en lo que son las zonas verdes del valle y de la yunga, que son las zonas menos desarrolladas turísticamente.

VL: De alguna manera el Museo Lola Mora pone en valor y resignifica la Yunga jujeña.
RT: Sí, porque creemos que esta zona de la provincia es tan rica como la de la Quebrada de Humahuaca, que tomó gran protagonismo tras ser declarada Patrimonio de la Humanidad. También lo que se busca con este tipo de construcción es que, por ejemplo, desde el restaurante se vea la yunga y no la ciudad. No olvidemos que Jujuy es la segunda provincia argentina que más áreas naturales protegidas tiene después de Misiones. El estudio de César Pelli estaba tan involucrado con la filosofía de la sustentabilidad, que se mantuvieron los árboles autóctonos de la yunga para el exterior del museo.
VL: ¿Cuántos árboles hay, aproximadamente?
RT: No sabría decirte pero sí se resolvió arquitectónicamente algo que tiene que ver con la topografía y con los árboles. Fíjate la forma del techo, lo que hace es traer el agua hasta el huaico, que es un desnivel, que se usa de escurrimiento natural de las aguas. Quizás otro arquitecto hubiera hecho un muro de contención o rellenar para ganar la superficie plana. Pero Pelli ideó este huaico, que funciona para ralentizar e infiltrar el agua.
Otro dato alegórico: Pelli termina diseñando un edificio que su cuerpo principal tiene la forma de un cincel, el elemento con el que Lola Mora esculpía sus obras. Empiezan a aparecer un montón de mensajes dentro de la obra, que la hacen particular al sitio y a lo que se quiere resguardar. Pelli decía que el mejor fondo para la arquitectura era el paisaje y el cielo de Jujuy, por eso el museo es vidriado. César quería que las esculturas se luzcan en el paisaje y su arquitectura.
VL: ¿El techo va a ser vidriado también?
RT: No. Él habla de una gran pasarela vidriada. También tendrá baldosas solares (más de 700) en los pisos de acceso y paneles solares en los techos y la turbina eólica que es única en Sudamérica, ya que es de eje vertical y las que nosotros conocemos son de eje horizontal. Estas fueron diseñada especialmente para el museo. Son 5 turbinas de eje vertical que van a generar 7 megavatios al año entre todos esos elementos, entre todas esas fuentes de generación eléctrica, el edificio va pretendemos que califique para ser Net Zero.

VL: ¿O sea?
RT: Net Zero son los edificios que generan toda la energía que necesitan para funcionar. Dependen de la intensidad del sol, del viento y se acumula la energía en baterías de litio que en Jujuy tenemos. Estas baterías están instaladas debajo del cuerpo principal donde se almacena la energía y de ahí se la reconvierte se la transforma y se la pone disponible para funcionamiento del museo.
VL: ¿Es cierto que todas las obras son del famoso mármol de Carrara?
RT: Sí. La idea es que cada visitante, en el Centro de Interpretación, pueda ir descubriendo e investigando sobre la historia de Lola Mora y de dónde vinieron las esculturas. Ella tenía un taller en Roma y las obras muchas veces se trasladaron con las partes ya trabajadas, en los gruesos, desde los talleres de Roma, y ella era la que terminaba de darle forma. Por eso su obra es de mármol de Carrara, porque el origen son de las canteras de Italia.
VL: ¿Qué significó para vos este desafío en términos arquitectónicos?
RT: Primero, me siento un privilegiado de haber podido ser parte de esta obra, que me permitió una relación permanente con un estudio como el de César Pelli (nos reuníamos casi una vez al mes porque ellos estaban construyendo la torre del Banco Macro en CABA). Poder interactuar con los arquitectos del estudio ha sido para mí un gran orgullo, una gran satisfacción, un gran aprendizaje. Entiendo que desde las relaciones uno puede crecer de manera increíble. Y por eso también es que éste siempre ha sido un museo abierto, porque la idea es poder transmitir eso a los colegas arquitectos de la provincia y de la Argentina, y ahora desde su apertura, también a todos los argentinos.
Hay una frase que la tomé de un arquitecto que desarrolló para el estudio de Pelli el plan de Bilbao, que su objetivo era que los arquitectos de Bilbao trabajen en el mundo. Pero primero los arquitectos del mundo tenían que trabajar en Bilbao. Y la aplico, por mi experiencia, para Jujuy.
Esta idea arrancó hace siete años por gestión del ex gobernador Morales y su esposa Tulia Snopek, y lo continúa y ahora tendrá el orgullo de inaugurarla el actual gobernador Carlos Sadir. Hace siete años, parecía muy lejano el objetivo de poder construir el museo. Si todo sale ccomo esperamos, el 2025 será una realidad.

VL: Que lo pueda hacer la Provincia, con recursos propios, también es muy paradigmático…
RT: Tal cual. El Museo Lola Mora no es parte de un plan de obras del gobierno nacional, sino que es parte de una estrategia de posicionamiento de San Salvador y de la provincia de Jujuy como un destino turístico y cultural. Entonces entendimos que Lola Mora era un gran motivo, y entendimos que César Pelli podía darnos un gran proyecto, como lo que en definitiva es.
VL: Con un plus no previsto: fue el último proyecto que diseñó César Pelli.
RT: Terminó siendo su último proyecto, eso es parte del destino. Hubiéramos querido que César siga viviendo eternamente y siga generando obras que en definitiva van más allá de ser una obra de arquitectura. Son realmente obras de arte, la arquitectura es un arte, pero estas son obras de arte que tienen implícitas muchos mensajes que entiendo que se van a ir descubriendo con el tiempo.
Espero estar a la altura de la circunstancia en el sentido de que tanto la comunidad de Jujuy como de la Argentina, cuando esté terminada, sienta la misma pasión que uno siente al recorrer y al haber sido parte de la obra. Soy arquitecto, me formé en la Universidad Nacional de Tucumán y soy un NyC de Jujuy.
VL: Una vez más las historias personales pueden tener un peso específico muy grande a la hora de que un grande de verdad, como César Pelli, se decidiera a diseñar un museo en honor a una extraordinaria artista como Lola Mora, nada más ni nada menos que en Jujuy. El lugar en el mundo donde 70 años atrás él y su mujer Diana vivieron su luna de miel.
RT: Todo es parte de todo. Esas cuestiones muy personales que terminan haciendo más rica la historia. El amor y los recuerdos de un tiempo muy especial para César y su mujer. Gerardo Morales llegó a la oficina en New Haven con una carpeta con el sitio, con fotos del lugar, el libro de Lola Mora y su paso por Jujuy. Entiendo que todo eso hicieron que él se enamorara del proyecto. Tenía 89 años. Nosotros decimos que él nos eligió, en definitiva.