Nuevo estudio de opinión muestra que los latinoamericanos quieren más innovación
Bogotá, Buenos Aires, México DF, San Pablo, Santiago de Chile. En Chile inventaron un alimento de origen animal pero a partir de plantas y vegetales. Colombia aportó a toda latinoamerica un servicio centralizado de delivery, Rappi. En Brasil, crearon una app que traduce el idioma escrito u oral en lenguaje de señas que ya procesa seis millones de traducciones al mes. En México, desafiaron la naturaleza y lograron transformar el agua de lluvia en un eficiente sistema de agua potable que ya beneficia a 60.000 personas.
Ideas, ideas, ideas que se transforman en proyectos y éstos se traducen en crecimiento. A los latinoamericanos, pese a sus aciagas políticas (o quizás gracias a ellas) la creatividad y la innovación son atributos que defienden y fomentan.
Un mega estudio independiente de opinión, el más grande realizado hasta en momento en Latinoamérica reveló que la gente quiere innovación, la busca, la fomenta y la desarrolla. Saben y así lo dicen que la innovación se traduce en oportunidades.
La encuesta, dirigida por Somos Innovación que incluyó la respuesta de cinco mil personas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México no deja lugar a dudas:

- 87% de los encuestados creen que favorecer la innovación es crucial tanto para el crecimiento económico como para la creación de empleo.
- A la hora de regular productos o servicios innovadores, 82% en los cinco países encuestados piensan que es importante que el gobierno tome en cuenta la opinión de la ciudadanía.
- 85% de los encuestados sostienen que, en una democracia, los gobiernos deben alentar la innovación en tanto esta crea mayores libertades de opción para la gente.
- En todos los países, la mayoría (84%) afirmó que es usuaria de productos y servicios derivados de ideas innovadoras.
Colombia, sede del unicornio Rappi, es el país latinoamericano donde el sentimiento en favor de la innovación es más fuerte. Así, 90% de los colombianos expresaron que usan productos y servicios basados en ideas innovadoras. Por el contrario, Brasil muestra los resultados más bajos. Sin embargo, también allí una considerable mayoría de 66% afirma hacer uso de productos y servicios innovadores.
Las políticas que promueven la innovación son defendidas por los encuestados. Cuando el gobierno, por alguna razón, se opone a estas medidas, colisiona con el el apoyo popular. Así sucedió en México, donde el ministerio de Turismo quiere restringir plataformas de economía colaborativa como AirBnB pero el 87% de los mexicanos sostienen exactamente lo contrario: los bajos costos fomentan los ingresos por viajes y turismo y por esa razón, debería ser promovida.

Lo mismo sucede con los servicios de pasajeros al estilo Uber y Cabify, que son resistidos en Buenos Aires pese a que los usuarios cada vez se inclinan más por el uso de esas plataformas que -de paso- obligan a los taxis y remises a no abusar de su hasta ahora monopólico servicio.
El virus que afecta a la innovación es el de las regulaciones. Se contagia fácil en gobiernos que imponen restricciones aún en etapas donde el producto todavía no es correctamente comprendido. El 74% de los latinoamericanos piden que no pongan freno a la innovación.
La encuesta de Somos Innovación indica que el estado actual del marco regulatorio ha creado un perturbador clima de falta de certeza y confusión acerca de la legalidad de los servicios y productos innovadores.
Y confunde.
Por ejemplo, criptomonedas como Bitcoin son legales en los países encuestados. Pero sólo 45% cree que así lo sean. Los servicios vinculados a la economía colaborativa son, en principio, legales en la mayoría de Latinoamérica. No obstante, 31% alrededor de la región cree que Uber es ilegal o no está seguro de su status legal. Más de un cuarto de los encuestados (27%) piensan que rentar una habitación o una vivienda a través de servicios como el de AirBnB es ilegal o no están seguros. En Chile este número se eleva a un tercio (34%).
La percepción generalizada vinculada al vapeo guarda poca o nula relación con el hecho de que esté prohibido o permitido en los países del estudio. El vapeo es legal en Colombia, aunque sólo 46% de los adultos encuestados así lo creen. En la Argentina, adonde el vapeo está prohibido, un tercio de los adultos (33%) creen que es efectivamente legal, otro tercio cree que es ilegal (35%) y el tercio restante no lo sabe (32%).

Federico N. Fernández, Director Ejecutivo de Somos Innovación, explicó:
“Estos resultados muestran, sin lugar a ningún tipo de duda, que la gente quiere más innovación. También que la innovación es buena para los gobiernos y para el sector privado. Por otro lado, la regulación mal concebida es vista como un costo y como una distorsión de la dinámica económica, como algo que pone un límite artificial a la innovación y que fomenta la falta de reglas claras tanto para consumidores como para los innovadores”.
Al estudio completo se puede acceder en la web de Somos Innovación (SI)