Hong Kong, Zurich y París son las ciudades más caras para vivir. La trigésima edición del Índice de Inteligencia que publica The Economist reveló cómo la pandemia afectó el costo de vida en 133 ciudades de todo el mundo durante este año.
En promedio, el costo de vida aumentó sólo 0.3% durante este año y dos ciudades europeas desplazaron a Singapur y Osaka, las otras dos ciudades asiáticas que encabezaban el top three de las ciudades más caras del mundo hasta que llegó el COVID.19
De las diez ciudades más caras del mundo, cuatro son europeas: Zúrich, París, Ginebra y Dinamarca
El top 10 de las ciudades más caras del mundo quedaría así: Zúrich, París y Hong Kong (empatadas en 1º lugar); Singapur (4º lugar); Tel Aviv y Osaka (empatadas en 5º lugar); Ginebra y Nueva York (empatadas en 7º lugar); y Copenhague y Los Ángeles (empatadas en 10º lugar).
Las ciudades latinoamericanas son menos costosas año tras año. Esto tiene que ver con el valor de las monedas europeas que se encarece frente al dólar. El rubro que marcó ese leve crecimiento en el encarecimiento del costo de vida es el tabaco y el entretenimiento
El índice WCOL se centra en cómo ha cambiado el coste de los bienes teniendo en cuenta: la volatilidad de la moneda, los problemas de la cadena de suministro, el impacto de los impuestos y los subsidios y los cambios en las preferencias de los consumidores, y la capacidad de adaptación de las empresas globales de bienes de consumo.
De las diez categorías cubiertas por el informe, el tabaco y la recreación (incluido el producto de consumo electrónico) han experimentado los mayores aumentos de precios, mientras que los precios de la ropa han sufrido la caída más pronunciada.
En América Latina, las mayores caídas de precios se han producido en Río de Janeiro y São Paulo (Brasil), lo que refleja la debilidad de las monedas y el aumento de los niveles de pobreza.
En la parte final de la tabla se encuentran las cinco urbes de esta lista donde la vida es más baratala encabezan Damasco, Tashkent, Lusaka, Caracas y Almaty.
Latinoamérica y África son las dos regiones donde se han registrado las mayores caídas de precios debido a la debilidad de las divisas locales y a un aumento de la pobreza.