En la industria de los vinos de alta gama, desarrollar la idea de lugar de origen asociado a la
identidad de la marca es una importante herramienta de comunicación. El consumidor actual
busca vinos de calidad asociados a la idea de terroir. En este sentido, hay un gran potencial para
desarrollar el espíritu único de Mendoza, San Juan, Salta o la Patagonia como marcas territoriales
de alta calidad basados en la combinación de tradición e innovación. A veces, las condiciones
naturales y geográficas no son suficientes. Esto implica pensar en un terroir del conocimiento
basado en la innovación y la creatividad como el complemento ideal para poder generar un valor
agregado.

A diferencia de los principales países europeos productores de vino, Argentina, así como todos los países del nuevo mundo, cuenta con una no muy larga cronología vitivinícola. en términos de branding, dada la imposibilidad de utilizar la historia como argumento de venta lo relevante pasa a ser el storytelling, es decir, una narrativa orientada a los clientes. Es una herramienta de comunicación muy importante que permite mostrar la identidad, esto es, los elementos tangibles e
intangibles que hacen a la marca, los cuales deben ser atractivos para el consumidor.

El incremento de turistas buscando experiencias memorables y únicas puede significar repensar la
estrategia de las bodegas. El desarrollo de experiencias asociadas a la exclusividad del terroir y
utilizar los puntos de venta como lugares de contacto donde el consumidor pueda sentir la
identidad de la marca como maridajes con comidas locales o eventos que involucren arte local y
vino. Esta sería la mejor forma de expresar la forma de vida o la narrativa de una marca asociada
al terroir. El componente humano y cultural de la narrativa se enfocaría en generar un sentimiento
de autenticidad en el consumidor, quién estaría, al mismo tiempo pagando para experimentar el
universo de la marca.

Debe ser tenido en cuenta que el concepto de terroir puede agregar valor para algunos
consumidores quienes perciben el lugar como algo único e irrepetible. En este sentido, las
bodegas de Argentina están frente a una gran oportunidad de ofrecer un vino genuino, alejado del
concepto de vino industrial y una experiencia de marca auténtica. El desafío para ellos será
desarrollar una identidad y narrativa de marca para lograr una personalidad exclusiva que los
ayude a posicionarse en un mercado cada vez mas exigente.