20/10/2025

Soja en U$S400, tasas cero: ¿será otra oportunidad perdida?

Dios es argentino


En Argentina siempre ocurre lo mismo. Tal y como dice la canción de Sunvalley, “y de repente, un golpe de suerte, que me ha devuelto la vida…”, nuestro país siempre recibe uno de estos golpes de suerte en los momentos más críticos.

Por un lado, y por primera vez desde 2016, el precio de la soja supero los 400 USD por tonelada. Por otro, tenemos nuevamente un mundo a tasa cero. Ambas son condiciones muy similares a las que tuvo la suerte de disfrutar el primer kirchnerismo.

A la suerte hay que ayudarla.
Ahora bien, la suerte sola no alcanza: no basta con tener “viento a favor” si no tenemos brújulas ni mapas y las velas del buque están puestas de cualquier manera.

Es necesario definir nuestro norte, diseñar un plan de navegación y alinear las velas para orientar la nave del país en el rumbo que han seguido las naciones más prósperas, y tomar sus éxitos de guía y modelo.
Por ahora, la soja y las tasas no serán más que un analgésico, un paliativo. Tenemos enquistados demasiados desequilibrios y distorsiones macroeconómicas. Si no los resolvemos, ni bien se acaba ese “viento de cola”, quedaremos nuevamente a la deriva.

Ya la Argentina desperdició una oportunidad histórica similar, con una soja que estaba en 600 dólares por tonelada y una tasa cero que permitía endeudarse barato. La dilapidamos en populismo berreta y le añadimos el título de “década ganada”. Una patraña.

El gran sector productivo del país

Ahora bien, si hay un sector que siempre sale a “salvar las papas” es el agropecuario. El único que todavía parecería “tener resto”. A los demás, nos han aniquilado. Sin embargo, a ese campo que produce el 70% de los dólares del país, los gobernantes, en vez de “darle aire”, prefieren sofocarlo por todos los medios posibles.

Las retenciones. que Macri había empezado a desmantelar, volvieron con Alberto. El cepo al dólar, que se había eliminado –inicialmente- con Macri, volvió también “reloaded” con Alberto. Hoy al campo le pagan un dólar de aproximadamente 60 pesos cuando el paralelo cotiza alrededor de 160, sin contar las retenciones. No podemos siquiera considerar que esta locura es “parte del sistema impositivo”: es una confiscación de propiedad privada.

No podemos, ni desde un punto de vista ético, ni desde una perspectiva práctica, apoyar al gobierno en su afán por destruir al único sector realmente productivo que queda en el país.

Basta de castigar a quien produce para subsidiar a quien no. Aprovechemos el viento a favor.
Habrá que arremangarse para sacar adelante al país, sin duda. No alcanza con simplemente “recuperar lo perdido” para poder volver, con suerte, al mismo PBI per capita que teníamos hace 25 años. Necesitamos repensar por completo el modelo de país, con un enfoque fundamental en la defensa de la propiedad privada y la seguridad jurídica que habilite abrir el juego al ahorro, la inversión y un crecimiento sostenido.
Dejemos de pensar en “repartir” y empecemos a pensar en “producir”. No hay magia. Aunque Dios sea argentino y nos haya mandado de regalo nuevamente la soja a 400 y tasas baratas.

Compartir:

Más publicaciones