
El presidente de Argentina, Javier Milei, intentó llevar tranquilidad a los mercados afectados por un contexto de alta volatilidad ratificando el lunes su política de equilibrio fiscal, al tiempo que hizo un guiño a la sociedad con anuncios de mejoras en áreas sensibles para contrarrestar el creciente descontento popular.
“Lo peor ya pasó”, aseguró el mandatario ultraliberal en un discurso grabado y difundido a la población por cadena nacional en el que presentó el proyecto de Presupuesto 2026 que deberá ser analizado por el Congreso, donde actualmente el partido oficialista está en minoría.
El presidente ratificó su plan de ajuste en momentos en que la cotización del dólar alcanzó un valor histórico en el mercado oficial de cambios y el riesgo país continuó su ritmo ascendente por la creciente incertidumbre entre inversores sobre el rumbo del plan económico.
Milei definió al equilibrio fiscal como “la piedra angular” de su plan de gobierno y sostuvo que se trata de “un principio no negociable”.
Pero, al mismo tiempo, ensayó un tibio acercamiento a la ciudadanía para contrarrestar el malestar que se reflejó en la fuerte derrota que sufrió su partido ante el peronismo —principal fuerza de la oposición a nivel nacional— en las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, la más populosa del país.
Así, el mandatario anunció aumentos de las partidas para jubilados, discapacitados y los sectores de la salud y la educación, golpeados por su plan de la motosierra. Lo hizo en la recta final hacia el 26 de octubre, cuando los argentinos deberán concurrir a las urnas para definir la composición del Congreso nacional con el que el dirigente de ultraderecha deberá llevar adelante su gestión hasta diciembre de 2027.
Milei anunció un aumento del 5% en el gasto para jubilaciones, del 17% para la salud y del 8% para la educación, “por encima de la inflación” de 10,1% prevista para 2026 en el proyecto de presupuesto. Señaló además que, “habiendo realizado las auditorías pertinentes, el monto recibido por cada pensionado por discapacidad también aumentará en un 5% por encima de la inflación”.
Desde el inicio de su gestión, en diciembre de 2023, el presidente gestiona su gobierno con una prórroga del presupuesto que había sido aprobado para el último año de gestión de su antecesor, el peronista Alberto Fernández (2019-2023).
“Más allá del éxito que haya tenido nuestra gestión en corregir el descalabro de décadas, entendemos que muchos aún no lo perciban en su realidad material”, aseguró, a modo de autocrítica y en clave electoral, el presidente.
También advirtió de la necesidad de terminar “el proceso de cambio que hemos emprendido”. “No aflojemos; hagamos que todo este esfuerzo valga la pena”, agregó el libertario.

La tensión cambiaria se profundizó una semana después de la votación en la provincia de Buenos Aires y la divisa estadounidense alcanzó el lunes los 1.475 pesos por unidad, la cifra más alta de la que se tenga registro en el mercado oficial.
En tanto, el índice que elabora JP Morgan se ubicaba el lunes en torno a los 1.200 puntos básicos.
El alza del dólar plantea un doble desafío para el gobierno. Por un lado, corre riesgo que se traslade a los precios de bienes y servicios e impacte en la medición de inflación, cuya desaceleración en el último año constituye el principal capital político del mandatario.
También pone en jaque la política de bandas cambiarias —dejar que la cotización del dólar flote entre un valor mínimo y máximo sin intervención del Banco Central— que implementó el gobierno tras levantar las restricciones cambiarias como parte del programa acordado con el Fondo Monetario Internacional en abril para obtener un rescate de 20.000 millones de dólares.