
Visión Liberal: ¿Dónde está parado hoy Martin Tetaz en la complicada trama de la política argentina?
Martín Tetaz: La definición de posicionamiento hay que abstraerla del momento, porque yo no ajusto mi posicionamiento al momento. Tengo una posición filosófica y política que es radical. Radical en el sentido de lo que era la Unión Cívica Radical de Leandro N. Alem, un partido político que nace como reacción al Partido Conservador, y como un espacio liberal. Para seguir la tradición de lo que son los espacios liberales en todo el mundo: por un lado los conservadores y los liberales en la vereda de enfrente.
VL: Este enfrentamiento ideológico que atravesó los siglos XIX y XX es muy notorio en Europa.
MT: Obviamente, acá el peronismo (desde 1945 en adelante) distorsionó la política porque, al cortar transversal las categorías políticas, se quedó con un pedazo de derecha e izquierda y obligó a construcciones diferentes. Antes de las elecciones del año pasado fui a un evento que era un importante espacio liberal, y dije en el discurso que el radicalismo había nacido como un espacio liberal y republicano por oposición a los conservadores. Y había algunos amigos conservadores que estaban ahí y se pusieron como locos. Ellos me decían que los conservadores también estaban en el espacio liberal y no, es una contradicción: no se puede ser conservador y liberal. Y así empieza este verso que muchos radicales tienen que es la idea de ser conservador en lo político, liberal en lo económico, republicano en lo familiar… No!. Filosóficamente o sos liberal o sos conservador.
VL: ¿Como López Murphy?
MT: Estoy muy cerca de las ideas de Ricardo. Me pasa en el Congreso y cuando fundamenta, nueve de cada diez veces coincido con él. A veces por razones tácticas uno no vota igual porque el juego parlamentario tiene sus particularidades. Pero cuando lo escuchás (a RLM), siempre te va a ofrecer una argumentación sólida, racional, con la que estoy de acuerdo. Es un republicano liberal. Por algo se llama Ricardo Hipólito. Pasa que como la política se complicó y la sociedad se hartó, todo se fue de un extremo al otro. Y ahora está la figura de Milei que plantea un problema identitario para el radicalismo.
VL: En realidad con Milei ese problema lo tienen todos, el peronismo también.
MT: Es verdad. Pero el peronismo tiene una solución más práctica: “me opongo a todo”. Ahí se pueden desdibujar con la izquierda, pero ya sabes qué esperar del peronismo, no va a defraudar a ninguno de sus votantes porque ya saben perfectamente qué esperar de él. Con nosotros es diferente. Cuando queda Patricia (Bullrich) afuera de la primera vuelta, la gente decía: “por favor, que no gane el kirchnerismo”. Nosotros habíamos criticado mucho a Milei durante la campaña y nuestros votantes nos pedían que no gane el kirchnerismo. Y agregaban la frase: “Después ustedes los van a controlar (a La Libertad Avanza) en el Congreso”. El votante que hoy es tan fanático de Milei, en ese momento, en octubre, sistemáticamente nos decía: “apoyen ahora y pongan límite después”. Ese era el mensaje. Pero, ¿Cómo controlás al gobierno? Creo que hicimos un gran trabajo con la Ley Bases. Entró un proyecto de ley con 665 artículos, con un montón de cosas que no nos gustaban
VL: ¿Qué era lo que menos te gustaba?
MT: Muchas cosas. Para empezar, que tuviera un arranque de fondos a los jubilados adentro de un proyecto de ley no estaba bueno. Que tuviera aumentos de impuestos, por ejemplo a las retenciones. El sesgo anti exportador de la Argentina es el principal causante de su subdesarrollo. El sesgo anti exportador hace que cada cinco años tengamos una crisis porque no tenemos dólares y como exportamos poco, el tipo de cambia que te equilibra con el sector externo es más alto. Y por lo tanto, los salarios de la población son más bajos.
VL: Basta ver a Brasil para darte cuenta que ellos crecen sobre lo que nosotros decrecemos.
MT: Exactamente. En el mundo hay sesgo exportador, no anti exportador. Porque las exportaciones, sobre todo para un país chico como la Argentina, tiene la ventaja de traccionar el crecimiento de la economía. Y sin límites, porque tenes el mercado mundial, que nunca vas a terminar de satisfacer. Siempre podés vender más y más al mundo y tener más mercados para abrir. Nosotros hemos desperdiciado sistemáticamente esa chance, nos hemos cerrado al mundo, y por eso para mí es imperdonable que en la Ley Bases se arrancara subiendo impuestos. Más cuando coincidíamos con Javier (Milei) muchas veces, en la necesidad de que la Argentina tuviera menos impuestos a la producción y ciertamente menos a la exportación. Si teníamos una coincidencia era esa. No me esperaba que de arranque viniera aumentando impuestos.
Sí me esperaba algunas otras cosas que no me gustaban, que no estaban en la Ley Bases pero vinieron después. Por ejemplo el recorte de la educación. O me lo esperaba pero con ideas distintas. Él quería hacer el recorte por ese lado pero no por los jubilados. No me gustó el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones), de hecho no lo voté porque genera un muy mal incentivo, una distorsión grande en la economía, porque favorece a un sector a expensas del otro. Todo lo que está mal y dijimos que no había que hacer, se hace. Entiendo el pragmatismo del gobierno, tiene que conseguir divisas e inversiones y está dispuesto a dar cosas que no le da al resto de la economía. Pero es pan para hoy y hambre para mañana. Todos los regímenes especiales son así.
VL: Y se los da a la casta empresarial.
MT: Finalmente se los da a algunos grupos empresarios amigos. Eso no me pareció apropiado. Muchas cosas las corrigió y otras no. Yo voté en general la ley y en la particular no voté el RIGI. Estaba más cerca de votar en contra pero no quería poner un palo en la rueda y si el gobierno lo considera una herramienta tan importante, eventualmente que explote en su propio gobierno.
VL: ¿Y la suba del Impuesto País?
MT: Bueno, eso no estaba en la Ley Bases, es una decisión por decreto del Presidente pero va en la misma línea. Más sesgo anti exportador, más suba de impuestos a la producción, todo con lo que filosóficamente estoy en contra. En un momento de negociación de la ley Bases les dije: ¿”aceptan que pongamos una escala de retenciones de cuatro años; en donde el primer año te voto las retenciones que vos querés; pero me aseguras que el segundo año bajan a la mitad, el tercero otra mitad y el cuarto las eliminamos”?. Si tenía un sendero de seguridad que se iban a eliminar me bancaba una suba en el primer año, sabiendo que había una necesidad fiscal. No hubo manera. Después la Ley Bases tuvo un capítulo de reforma laboral que me parece que era fundamental, esa sí es una gran reforma que la Argentina necesitaba. No tiene nada la Ley Bases con respecto a la educación. Ahora hicimos el dictamen para el tema del FONID y pusimos que la educación sea un servicio básico esencial. No entiendo por qué no estuvo en la Ley Bases, algo tan elemental. Que no se suspendan las clases por un paro. Los peronistas te corren por izquierda cuando dicen que el derecho de huelga no está garantizado. La Constitución del ’49 no tenía derecho a huelga. En Sanidad está garantizado el derecho a huelga pero a nadie se le ocurriría dejar una terapia intensiva desatendida porque estas en huelga. Lo mismo tiene que pasar en la educación. Finalmente, el gobierno termino cediendo en segunda vuelta y salió una ley razonable, me parece a mí.
VL: ¿Qué va a terminar saliendo de la Ley Bases cuando se vote en Diputados a su regreso del Senado?
MT: Tengo muy en claro que los senadores también tienen derecho a hacer modificaciones. Por ejemplo, algo muy importante como es la moratoria previsional, nosotros siempre votamos en contra de las moratorias porque generan una distorsión formidable. Además, en la práctica, la gente que se jubila con moratoria tiene en promedio cuatro años de aportes. ¡Cuatro! La lógica tiene si aportó 25 y le faltan cinco. Por eso habíamos eliminado la moratoria y habíamos puesto el artículo de la jubilación proporcional. La AUH de los “abuelos” está garantizada que es la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor), a los 65 años vas a cobrarla. Y el que hizo aportes va a tener un plus porque no es lo mismo el que aportó que el que no lo hizo.
A mi juicio ése (el de la moratoria previsional) es el cambio mas perjudicial que salió del Senado.
Los cambios de privatizaciones me parecen cosméticos porque, la verdad, el gobierno nunca iba a poder privatizar Aerolíneas Argentinas, ni la Televisión Pública. ¿Por qué? Sencillo, son medios que no tienen valor. El Correo sí porque la logística es muy importante, tiene un valor estratégico. Muchos van a querer tener esa empresa. Pero ¿quién va a querer comprar AA? En este mercado tan competitivo como el de las aerolíneas. Franco Rinaldi lo marca siempre a este punto: es uno de los negocios menos rentables, con lo cual tenés que ser hiper eficiente. Por decimales se mide. ¿Cuántas horas vuela cada piloto? Y un piloto estándar vuela 28,7 horas. Y si tenes 28,3 ya estás ineficiente, ya perdés plata. Tenemos métricas distintas, en plantas de personal, en superposición de gremios. No veo que alguien haga una oferta razonable por AA. Lo mismo pasa con la Televisión Pública. La televisión en general es un negocio agotado.
Mi conclusión es esta: es positivo que salga la ley, porque tiene cosas buenas como la reforma administrativa. Hice un proyecto de “silencio administrativo” y fue grato ver que había un capítulo de eso que era prácticamente el mío. No importa si copiaron o no, lo importante es que el “silencio administrativo” se interpreta a favor del peticionante y no del Estado y eso es un golazo. Hay muchas cosas que me gustan de esa reforma.
VL: ¿Había necesidad de darle a Lucila Crexell la embajada en la UNESCO para garantizar su voto en el Senado?
MT: Fue una torpeza como tantas que comete este gobierno. Comete muchos “errores no forzados”, porque creo que Crexell iba a votar igual a favor. No es que ella habló en contra de la ley: ¿te parece el timming de que salga el dictamen con su nombramiento en París en el mismo momento que se vota la ley? Es un disparate. Alguien con dos gramos de cerebro hubiera dicho: votemos la ley primero. Y dentro de un mes vemos lo otro.
VL: Eso hubiera hecho Menem.
MT: Menem era muy pragmático. Primero hubiera asegurado que salga la ley, cueste lo que cueste. Punto dos, probablemente lo hubiera ofrecido el cargo hace tiempo porque anticipaba mucho las jugadas. Era más vivo, mucho más vivo que todos los que están ahora. Él sabía que iba a tener que enfrentar un problema en el Senado y cuando la discusión estaba en Diputados, le hubiera dado ahí la embajada para asegurarse el voto. Por otro lado, también Menem (y en esto la sociedad evolucionó favorablemente) era más grosero en las formas de corrupción y “cometas” que se pagaban, y negociados con amigos. Vos conocés por tu profesión muchos empresarios, cada empresario grande de la Argentina te cuenta alguna historia con él (Menem). Y te dicen más o menos la misma anécdota: “fui a hacer un negocio con el Estado, me pidieron el 20% de coima y lo tuve que llamar al Turco para decirle que me estaban matando. El Turco pedía que aflojen y terminaban cerrando un número más bajo”. Fijate que De la Rúa gana con el caballito de batalla de sostener la estabilidad económica. Conmigo un peso, un dólar. No había discusión con la economía, el problema era que la sociedad ya no toleraba el nivel de corrupción y dijo “basta”. Ahí creo que Milei es, por lo menos él, más honesto. No pongo las manos en el fuego pero me parece que Milei es honesto y mucha gente que lo rodea también, aunque no piensen como yo. Pero se rodea con muchos menemistas y eso lo empieza a complicar. El que pasó por el menemismo… puede empezar a ser complicado. Ya no estoy tan seguro de la honestidad de mucha gente.
VL: Ahora el mileísmo quiere armar su propio partido sobre la base del menemismo. ¿Quién es Sebastián Pareja?
MT: En política, el tiempo es un jabón con extrañas propiedades en la Argentina, porque “limpia”. Cinco años atrás no se te hubiera ocurrido decir que sos menemista porque era un “quemo”. Aún cuando lo fueras, te cuidabas. Y Milei ganó diciendo que Menem había sido el mejor presidente de la historia y llenó de peronistas, y particularmente menemistas, el gabinete.
VL: Y puso una estatua de Menem en la Casa Rosada.
MT: Es más, la cercanía con Scioli no descarta la posibilidad de que reedite y la fórmula sea Milei-Scioli en las próximas elecciones. El costado menemista es grande. Pero después va a Tucumán y arregla con (Osvaldo) Jaldo, y eso es el corazón del peronismo. Mas peronista no se consigue.
VL: Otro ejemplo sería el de Catamarca…
MT: ¡Y está arreglando con Jalil! Aparentemente está siendo más pragmático de lo que pensamos que iba a ser. Arregló con lo que tenía que arreglar y sumó mucho peronismo. Mirá el quilombo en el Ministerio de Capital Humano, la piba que repartía los alimentos y manejaba todo, Gianni, es más peronista que Cristina. Son las consecuencias de no tener tu propia estructura.
VL: Como radical, ¿cómo te pega eso?
MT: Esto remite mucho a la década del ´90 en el sentido que el radicalismo prácticamente desapareció. Nosotros terminamos un gobierno con hiperinflación (en de Raúl Alfonsín) y esa es una factura que la gente te pasa todo el tiempo. Y el reconocimiento a Alfonsín por la estabilidad democrática vino después, tuvo que pasar tiempo para que la gente lo reconociera. En los 90 los radicales estábamos desorientados.
VL: ¿Alfonsín arregla con Menem el Pacto de Olivos porque está desorientado?
MT: Él seguía teniendo la obsesión de la consolidación de la democracia, la institucionalidad. Qué paradoja: Alfonsín es el más puteado por Milei, pero Milei es presidente gracias al Pacto de Olivos. Gracias a la cláusula del ballotage. Si Alfonsín no hubiera puesto esa cláusula, hoy el presidente sería Massa. Lo mismo pasó con Macri, el presidente hubiera sido Scioli. Paradojas de la vida. El desafío es reconstruir la identidad republicana y liberal tradicional del radicalismo. Se confunde con el problema de que necesitamos que a Milei le vaya bien en la estabilización de la economía. Que termine con la inflación, con los desequilibrios fiscales. Porque nos va a tocar gobernar a nosotros después y porque la Argentina tiene que salir de la trampa esa de quién es el presidente y que la inflación sea siempre un problema. Te vas a Chile y Boric te dice “no al IFE” y te vas a Uruguay y el propio Pepe Mujica te decía que al capitalista le tenía que ir bien. Y en Brasil, Lula tiene hoy la mitad de la inflación que tuvo Bolsonaro. No importa si gobierna derecha o izquierda, el consenso de estabilidad lo construyeron. Lo difícil para los radicales es cómo ayudamos a construir ese consenso sin que nos deje pegados a un gobierno con el que no tenemos nada que ver. La propuesta de Milei de que no haya más Estado no es una buena idea, porque eso quiere decir que no haya más educación pública, que no haya más obra de infraestructura, que no haya más salud pública. Y eso tiene que haber. Y funcionar mejor. Es como que no funciona tu auto y por eso le metés una bomba. Lo ideal era arreglarlo, no andar a pie.
VL: ¿Crees de verdad que los radicales van a volver al gobierno?
MT: Si, una de las alternativas políticas es esa. Leí a un filósofo que asesoró a Alfonsín en la década el ´80 que escribió hace poco una columna de opinión y decía que “nadie vuelve con la ex” en política. Si fracasa Milei, no es que vuelve Cristina. Lo que ya se agotó nadie lo quiere. Todavía no sabemos qué va a venir, a nosotros solos (por la UCR) no nos alcanza, va a venir una construcción nueva. Hay que construir figuras presidenciables competitivas, a pesar de que tenemos territorialmente buenos candidatos. Falta mucho en la Argentina. La pregunta es ¿Cómo construir alternancia política en un escenario donde no necesariamente le vaya mal a Milei? Buena parte del miedo del peronismo ahora es que piensa que si a Milei le va bien, ellos no vuelven nunca mas. Y yo creo que es una visión errada. La alternancia política es saludable, no puede estar supeditada a que al tipo que gobierna le vaya mal, porque entonces el que está en la oposición siempre tiene el incentivo de dinamitar y de que al presidente le vaya mal. Nadie va a invertir en un país donde la oposición tira misiles para que el presidente se caiga. A eso hay que desterrarlo definitivamente.
VL: El riesgo de la UCR es quedar pegada a Milei como le pasó a la UCeDé con Menem.
MT: Ese es un riesgo para el PRO, no nuestro. Nosotros no formamos parte del gobierno. El PRO tiene un grave problema de identidad. Si le va bien a Milei y en medio término la gente quiere votar a los diputados de Milei, ¿por qué votaría a los del PRO? Votará a los del gobierno y listo. El PRO está condenado a hacer una alianza electoral con Milei en la próxima elección. Y en esa alianza electoral (que va a ser forzada) también está condenado Milei, porque sin esa alianza saldría tercero. Si o si tiene que hacer alianza con el PRO; porque en los dos distritos más visibles (el de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires) no le fue bien. Los dos se necesitan mutuamente. Y si triunfa Milei, al PRO queda complicado. Y si le va mal a Milei, también. Queda como demasiado responsable y ¿cómo se despega?. El PRO va camino a ser la UCeDé. Y atención, yo respeto mucho al PRO, a Mauricio (Macri), a Patricia (Bullrich), a María Eugenia (Vidal), a Horacio (Larreta), comparto sus ideas, me parece gente muy valiosa.
VL: ¿Pero no es lo mismo Horacio que Mauricio?
MT: Pero eso pasa siempre, en todos los espacios políticos. No es lo mismo Cristina que Axel. Son cosas distintas.
VL: Y cuándo decís que los radicales pueden volver a ser gobierno, ¿con qué cara? ¿La de Lousteau? ¿Cornejo?
MT: Vuelvo a la analogía de la pareja. Con qué cara no, está bastante claro. La gente no quiere caras viejas. No quiere a Cristina, ya sabes que no va a volver. También es cierto que cuando vos estás en una crisis de pareja no tenes claro quién va a ser tu próxima pareja. Y hay muchos que no las ves como potenciales (la amiga de la oficina, por ejemplo) y en un momento se termina convirtiendo en otra cosa. Si me hacías esta pregunta dos años atrás, no se me hubiera ocurrido decirte que Milei sería la cara del próximo presidente. Si me preguntabas: ¿Con qué cara va a perder el peronismo de Alberto? Te hubiera dicho Horacio, Patricia, Vidal, o que volvía Macri. Nunca te hubiera dicho Milei. El que te lo decía, estaba para el Borda. El tipo (Milei) encontró el momento justo y lo que ofreció a la sociedad era lo que la sociedad necesitaba. Nosotros tenemos figuras fuertes, gobernadores que no tienen una posición nacional. Pullaro, por ejemplo. Me gusta mucho. Lo vi crecer, lo vi militar, recorrí Santa Fe con él. Y porque tiene unos huevos tremendos, tiene a su familia amenazada y se la banca- No tiene un perfil nacional todavía, está en nosotros ver si lo podemos formar. También me gusta De Loredo pero me gustaría que fuera primero gobernador de Córdoba. Pero si algo demostró Milei es que el camino de la nada a la presidencia puede hacerse en un año. Antes uno buscaba un “presidenciable”, alguien con trayectoria, que haya gestionado, que tenga estructura, que se haya formado. Y eso requería pensar en un tipo con una trayectoria política de veinte años. Y vino Milei y lo hizo en uno. Qué se yo si no viene otro con una impronta parecida. ¡La sociedad es tan volátil!
VL: ¿Y vos? ¿No te animás?
MT: Yo voy a encontrar mi momento y veré qué contribución puedo hacer a la sociedad. Lo dije en broma pero es verdad: una de las principales razones por las cuales me metí en política es ayudar a terminar con la inflación, a estabilizar la Argentina. Si Milei lo consigue capaz que hasta me puedo retirar de la política. Buena parte de los problemas que me motivaron a meterme son estos. Ahora bien, si consigue estabilizar la inflación pero trata de destruir la educación y nos convierte en una sociedad con colectora y autopista principal fragmentada y partida en dos como si fueran sociedades centroamericanas no me va a gustar y voy a entrar con otro perfil y voy a militar con el perfil que tenía antes cuando defendía la universidad pública y el peso de la educación. Por otro lado ¿desde qué lugar hacés una reforma educativa en la Argentina? Capaz desde una gobernación, o una jefatura de gobierno podes hacer una revolución educativa.
Volviendo a tu pregunta, no lo tengo claro. Nunca pensé en los lugares, voy construyendo y las oportunidades se van abriendo. Voy a poner el hombro en el lugar que lo tenga que poner.
VL: Pero uno mira dónde quiere ir…
MT: Cuando terminó la elección en CABA en 2021, a nosotros nos fue muy bien y fue mi debut en la política y fue bueno. De mi organización política me vinieron a ver y me dijeron que teníamos que armar algo en la Provincia de Buenos Aires porque no teníamos a nadie. Y no podes poner un Presidente si no sos fuerte en la Provincia para que pierda Kicillof. Estuve dos años caminando la Provincia de Buenos Aires. Y no lo había pensado antes. Era parte de un proyecto colectivo que le servía a mi espacio y a la Argentina y por eso lo empecé a hacer.
VL: ¿Y por qué no ser candidato a gobernador de la Provincia?
MT: Porque esa construcción se planteó en el esquema que Horacio (Larreta) iba a ser el único candidato de Juntos por el Cambio y yo podía competir con Diego (Santilli) en la Provincia y reeditar lo que había sido el Santilli-Manes del 2021. Esa competencia nos había servido mucho y nos había permitido ganarle a Kicillof. Me imaginaba una cosa así, donde el partido estaba unido y había una competencia positiva y sana para traccionar más espacios políticos. Eso me entusiasmaba mucho; porque tenía por muchas razones -por la tradición de mi espacio político en la Provincia, en el interior donde podía ganarle tranquilamente a Santilli, porque yo expresaba mejor que Santilli lo que era Juntos por el Cambio, porque era mas disruptivo que él en términos de comunicación: Tenía una oportunidad. Iba de no favorito, pagaba 6 a 1 en las apuestas pero era una oportunidad de construir. Después se mataron entre Horacio y Patricia, Horacio no quiso competencia dentro de su propio espacio y no tenía sentido porque se consideró que Diego era el mejor candidato para sacarle una ventaja a Patricia. Todo esto, con el diario del lunes, vemos que fueron errores. Pero fueron las decisiones que se tomaron.
VL: Y ahora, ¿por qué no ser candidato a gobernador?
MT: No descarto nada. Tiene que surgir a partir de una necesidad colectiva y de una oportunidad. Competir por competir, no quiero. Ya soy una persona conocida públicamente, no necesito una competencia electoral. Además, compito para ganar. Esto de ser el ganador moral porque salí segundo no va conmigo. Tengo que sentir que la competencia es difícil pero puedo ganar, si depende de mi y hago las cosas bien. ¿Cuál va a ser el escenario hacia la Provincia de Buenos Aires? Si no logramos conformar un espacio con el PRO, y si el gobierno se alía con el PRO, queda un espacio cercano al 40% de la opinión electoral en un cambio con libertad, a una alianza entre el PRO y Milei. Y del otro lado queda el kirchnerismo con otro 40%, queda 20 nada más al medio. Es difícil disputar esos 20 puntos en un contexto donde también tendría que competir con otros radicales como Facundo Manes, que por ahí también quiere ser candidato. Me encanta la competencia, me tengo fe, pero tiene que ser una competencia con posibilidades. No me interesa ganar la interna del radicalismo con el 12 por ciento. No pienso con la lógica de que lo más importante es la interna, lo más importante es ganar la elección general. Si tengo que ganar la interna y que mi partido pierda, o perder la interna para que mi partido gane, prefiero perder la interna. Me corro, no hay problema.
VL: ¿Sentís que tu personalidad puede estar cerca de la de Milei?
MT: Me preguntan mucho eso. Si te ponés a pensar, no. Somos los dos economistas y los dos tenemos una idea parecida de los abusos del Estado y de qué cosas no queremos. En eso estamos cerca. Pero tenemos formas de pensar distintas sobre qué modelo de país funciona. Él tiene un modelo anarcocapitalista que no funciona en ningún país del mundo, un modelo teórico extremo. Es una posición linda para discutir en la universidad, pero cuando tenés que gobernar hay que buscar modelos que funcionen.
¿Otras diferencia? Yo construyo dentro de un espacio político, no solo. El mérito enorme de él es que construyó solo, de la nada. Y lo que es un mérito le dio libertad para tallar su fuerza política como quería él. Elegir todas las candidaturas que quería, ordenar la estrategia en función de él. En cualquier espacio político tenés límites. No sos el único candidato, tu estrategia no es la que piensan los otros: te cansás de perder discusiones. Estar en política es tener la capacidad de asimilar que perdés nueve de cada diez discusiones, todos los días. En el Congreso nos pasa: llamamos a sesión o no, votar la ley del oficialismo o no, conviene buscar un dictamen de minoría o no: perdés un montón de discusiones. Milei arrancó sin mochila.
Y respecto a la personalidad… él es muy desconfiado de la gente que tiene alrededor. Yo, soy lo contrario, aun cuando mucha gente que está alrededor recibe críticas furibundas siempre pienso en el equipo. En eso Milei tiene una forma de ser completamente distinta a la mía. No es una persona extrovertida. Recién ahora se permite sentirse cómodo con la gente. Los otros días se viralizó un video de unos chicos de la escuela fuera de la Casa Rosada, él los vio por la ventana y les dijo “esperen que voy”. Eso es espectacular ese cambio en él, es un golazo. Él no era así, era introvertido. Yo soy una persona tolerante y él es intolerante en la política, somos el agua y el aceite en eso. Veo mas diferencias que similitudes.
VL: ¿Por qué crees que los demás te lo dicen?
MT: Por que los dos aparecimos como figuras nuevas, los dos aparecimos en el mismo momento. Yo tuve un estilo de comunicación disruptivo en los medios que, aunque él de el no era disruptivo, mucha gente cree que sí. Es cierto que no usó los medios de comunicación convencionales (no pegó un solo cartel en toda la campaña). Es cierto que los dos sacamos “agua de las piedras”, y los dos nos arreglamos sin guita, hicimos campaña con recursos no convencionales, y los dos entendemos cómo funcionan los Medios.
Él no sólo entiende mejor las redes, es el número uno por lejos, sino que logró construir comunidad en redes y nadie más lo consiguió. Y no es una cuestión de dinero. Muchos políticos han puesto mucha plata para estar en las redes, o compraron influencers para estar en streaming. Pero crear comunidad es otra cosa. Macri también logró construir comunidad pero era de replicadores. Gente más grande, que usaba más Facebook y compartía algo que le gustaba. Pero Milei agarró una comunidad de pibes creativos en armar, no son sólo replicadores sino creadores de contenidos. La mayoría de los contenidos de Milei no son de él: son creativos que hacen un meme, un corte. Si bien tiene un aparato publicitario bastante aceitado con Santiago Caputo y las granjas de trolls, además tiene un público muy orgánico. Yo tampoco sirvo para eso, para construir mucho vínculo emocional con los votantes. Milei tiene un montón de votantes que no responden racionalmente sino emocionalmente. Como cualquier populista, pero en una posición más de derecha que de izquierda. El estilo de arengar gente y lograr reacciones fanáticas. Vos salís a cuestionar algo de Milei en las redes y te comés una catarata de cinco mil puteadas. Si decís: “este artículo de la ley no está bueno”, ya te putean. Todo es emocional. Tiene un perfil de líder emocional, carismático mas parecido a un pastor evangélico que a un presidente de República. Yo no me veo haciendo eso. Tengo mucha cercanía en la calle con la gente que me escucha desde hace mucho tiempo. En especial con los “tacheros”, con los que tengo buena relación a pesar de haber apoyado a Uber. Un día le digo a Paula Olivetto que me sorprende la relación que tengo con los taxistas. Y ella me dijo: “es que vos estabas cuatro horas con ellos todos los días arriba del taxi”. Me escuchaban cuando estaba en la radio. Tengo buena relación con gente que me conoce desde antes de entrar en política. Estuve en el living de la casa un montón de años, es gente que te ve cercana. Esa cercanía sí la tengo. Pero yo no tengo una arenga emocional. Soy demasiado racional en mis argumentaciones y es muy difícil discutir con una emoción.
Y Milei es muy bueno en el manejo de esas emociones.