Desnacionalizar el dinero
El dinero surge como invento espontáneo en respuesta al problema de la doble coincidencia comercial, característica del trueque. Viene a participar de los intercambios de forma indirecta entre los agentes y posteriormente a cumplir la función de reserva de valor.
Su nacimiento espontáneo, de las fuerzas impersonales del Mercado, no tardó en ser monopolizada por el Estado. El incentivo que implica la distribución monetaria privada no es la misma que la pública y en función a esto las diferentes Escuelas Económicas buscaron herramientas para regular, frenar o quitar el monopolio de emisión.

Las cuentas públicas y el suministro monetario deberían ser dos instituciones totalmente separadas, de hecho, en la carta orgánica del BRCA deja implícita su autárquica respecto a las arcas Estatales. Pero la teoría difiere con la práctica.
Los déficits financiados con emisión, implica una expropiación, un impuesto no legislado y distribución de la riqueza de forma deliberada.
La teoría económica ya encontró la solución a dicho problema, lo que pasa, es que tomar ciertas herramientas implican renunciar a un poder extraordinario y afrontar las reformas fiscales.
“La desnacionalización del Dinero” Hayek
“El misterio de la Banca” Rothbart
Fueron los principales aportes, entre otros, a la teoría económica de la Banca Libre con coeficiente del 100% y competencia monetaria.
En donde las diferentes bancas privadas tendrían la posibilidad de emisión con coeficiente de caja del 100% (para que se invierta ahorro real, genuino para evitar la mala asignación de recursos tanto de capital, humano y natural que son los que provocan los ciclos económicos). El negocio del banquero dependería de la confianza que los usuarios depositen en su moneda, por lo tanto, este debe cumplir las expectativas demandadas.
La central planificación del crédito carece totalmente de incentivos para ofrecer al usuario una moneda estable y de calidad, ya que posee el monopolio de establecimiento de contratos en dinero de curso legal (imposición monetaria) , además de la regulación de cantidad de bancos existentes en el país .
En este sistema las dos partes pujarían por obtener el mayor provecho uno del otro. “Todo aquel banquero que quisiese empapelar la casa rosada ida y vuelta, o todo aquel que quisiera mantener una base monetaria fija, tendría la posibilidad de hacerlo, pero dudosamente los individuos aceptarían monedas tan inestables que le quitaran poder adquisitivo”.
La única restricción además de la política, sería la tecnológica. (Las ideas de la Escuela Austriaca suelen proyectar siempre al futuro), en donde los tipos de cambio estén a la mano del individuo para el cálculo económico y el cobro de impuestos.
Todo economista, estudiante de la praxeología y a favor del mercado, debería sin duda estar con la acción privada en la distribución monetaria. Los debates respecto a su aplicación son exactamente los mismos que sucedían en la Inglaterra del siglo XVIII sobre la libertad de económica y la abolición del mercantilismo.
Las ideas, por más benevolentes que fueran, se materializaran concientizando a la población