19/10/2025

La señal que espera el mercado: la libre flotación del dólar y la eliminación de restricciones cambiarias

A casi dos años de gestión, el esquema de bandas cambiarias y la obligación de liquidar divisas contradicen la filosofía libertaria de Javier Milei. Liberar el dólar y eliminar restricciones es la señal que Argentina necesita para consolidar la estabilidad y desatar su potencial exportador, explica el economista Miguel Braun.

El Gobierno de Javier Milei llegó al poder con promesas ambiciosas: cerrar el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y dolarizar la economía. Sin embargo, a casi dos años del inicio de su gestión, todavía nos encontramos con un esquema de bandas cambiarias, y el mantenimiento de la obligación que tienen los exportadores de liquidar sus dólares contra pesos. Esto no solo contradice la filosofía del presidente y los derechos de propiedad, sino que perpetúa un sistema de controles que asfixia la libertad económica y genera incertidumbre en los mercados.

La señal que el mercado espera, y que Argentina necesita, es clara: liberar el dólar para que flote libremente y eliminar la obligatoriedad de liquidar las exportaciones contra pesos. Estas medidas, lejos de ser temerarias, serían un paso contundente hacia la estabilidad y la confianza que el país necesita.

La contradicción de las bandas cambiarias

El esquema de bandas que tiene el gobierno es inconsistente con la acumulación de reservas y el pago de la deuda. Argentina no está en condiciones de seguir gastando dólares que no tiene. Las reservas del BCRA y el Tesoro son escasas, y usar los fondos del FMI para intervenir en el mercado cambiario no solo aumentaría el riesgo país, sino que pondría en peligro la continuidad del gobierno de Milei en 2027. Si el dólar flotara libremente, el panorama sería otro. 

Primero, el gobierno dejaría de perder dólares para defender el tipo de cambio, lo que reduciría significativamente el riesgo país. Segundo, al eliminar la obligatoriedad de liquidar divisas, el Estado podría empezar a cobrar las retenciones directamente en dólares, asegurándose un flujo constante de divisas sin necesidad de salir a comprar en el mercado. Esto, sumado al superávit fiscal que el gobierno ha logrado mantener como bandera, fortalecería la confianza de los inversores y consolidaría la estabilidad macroeconómica.

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El camino hacia la estabilidad

Es cierto que liberar el dólar podría generar un overshooting en el corto plazo, con un aumento inicial del tipo de cambio. Sin embargo, el superávit fiscal y la política de no emisión monetaria -logros clave de este gobierno- garantizarían que el peso encuentre rápidamente su punto de equilibrio. El mercado no necesita más controles, sino libertad para determinar el valor real del dólar

Además, con la Reserva Federal de Estados Unidos a punto de iniciar un ciclo de baja de tasas de interés, el contexto global es favorable para que el peso se fortalezca, siempre y cuando se eliminen las restricciones cambiarias. El gobierno ya ha hecho el trabajo más difícil: eliminó el riesgo de hiperinflación, controló el problema de las Leliqs, resolvió la deuda con importadores y consolidó el superávit fiscal. No hay razones fundamentales para temer una suba descontrolada del dólar. Por el contrario, liberar el mercado de cambios sería la señal de confianza que los mercados esperan, demostrando que Argentina está comprometida con reglas claras y predecibles.

Una deuda con los votantes y el sector exportador

Milei fue votado por su compromiso con las ideas de la libertad, pero sus votantes más fieles -aquellos que apoyamos sus propuestas más audaces- sentimos que está en deuda. Mantener un esquema de bandas cambiarias y controles sobre las divisas es inconsistente con la filosofía libertaria que lo llevó al poder. Argentina es una máquina de producir dólares: el campo, la minería, el sector energético y los servicios basados en el conocimiento tienen un potencial inmenso. Pero ese potencial está limitado por la obligación de liquidar divisas contra pesos, una medida que desincentiva a los exportadores y perpetúa la desconfianza en el sistema. 

https://twitter.com/vision_liberal/status/1967589228855845141

Eliminar esta restricción no solo liberaría al sector exportador, sino que le daría al gobierno un respaldo político clave que necesita de cara a las elecciones legislativas de octubre. Los productores, que generan las divisas que el país necesita, apoyarían un esquema donde puedan disponer libremente de sus ingresos. Además, el gobierno seguiría teniendo herramientas para controlar el mercado cambiario, controlando la oferta monetaria de pesos y las tasas de interés, como vienen haciendo en el actual “apretón monetario”. Sin embargo, este apretón solo tiene sentido si el dólar flota de verdad; de lo contrario, es un esfuerzo que termina asfixiando a la economía sin resolver los problemas de fondo.

El RIGI y la necesidad de igualdad ante la ley

El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) es un intento positivo para atraer capitales, pero tiene un problema: al ofrecer beneficios tributarios y acceso a divisas para grandes proyectos, viola el principio de igualdad ante la ley. La verdadera estabilidad para las inversiones no viene de regímenes especiales, sino de un mercado cambiario libre donde todos los agentes económicos -grandes y pequeños- operen en igualdad de condiciones, sin la intermediación del Estado o el BCRA.

La encrucijada del gobierno

Si el gobierno aguanta el techo de la banda vendiendo dólares, se queda con menos dólares para pagar la deuda. Esto eleva el riesgo de default y además hace que ellos mismos tengan que salir a comprar dólares en un futuro para afrontar los vencimientos de deuda, con lo cual volverían a generar demanda en el dólar y volverían a aumentar su precio.

Esto es porque vender dólares eleva el riesgo de default, y en consecuencia el riesgo país, lo que imposibilita al gobierno la posibilidad de acceder al mercado de deuda y hacer el roll over de la misma. De esta manera, la única solución de largo plazo que tiene el gobierno es abandonar el esquema de bandas y liberar el dólar por completo. Esta medida no solo es más coherente con la filosofía de Milei, sino que también es lo que le permitiría al país dar un batacazo en términos de confianza y estabilidad.

Liberar el dólar y eliminar la obligatoriedad de liquidar divisas es la señal contundente que los mercados esperan. Si Milei explica y fundamenta esta decisión, nadie podrá cuestionarlo por abandonar un esquema de bandas que, en esencia, contradice sus propias ideas.

Es hora de que el gobierno dé el paso definitivo hacia la libertad económica. Argentina tiene todo para ser una potencia exportadora, pero solo lo logrará cuando quienes generan las divisas puedan disponer de ellas sin restricciones. El mercado está esperando. Presidente Milei: es momento de actuar y dar el batacazo.

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