Las reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei están transformando la economía argentina, marcando un punto de inflexión tras décadas de crisis. Con una inflación en descenso, un auge récord en los sectores inmobiliario y automotor, y una notable recuperación del poder adquisitivo, el país experimenta un renovado clima de confianza que atrae inversión, impulsa el crédito y sienta las bases para un crecimiento sostenido. Todos los datos, de la mano de Diego Sánchez de la Cruz

Por LibreMercado. La economía argentina sigue dando señales claras de recuperación, no solamente en los principales indicadores macroeconómicos, sino también en el comportamiento cotidiano de los ciudadanos. Tras décadas de crisis, con una inflación desbordada y un franco estancamiento productivo, las reformas liberales del gobierno de Javier Milei están sentando las bases de un nuevo ciclo económico, caracterizado por la reactivación del crecimiento, la relajación de la inflación, la mejora del poder adquisitivo y el regreso de la inversión, el crédito y la confianza.
Uno de los sectores más dinámicos es el inmobiliario. Conocido es el impacto tan positivo que tuvo liberalizar el mercado del alquiler, una decisión que Milei adoptó nada más llegar a la presidencia y que ha traído consigo un fuerte incremento de la oferta de viviendas para el arriendo, con el consecuente abaratamiento de los precios. Pero, además de estos avances en el campo del alquiler, también se empiezan a conocer datos muy positivos referidos al segmento de compraventa.
Horacio Riggi analiza cómo el gobierno de Javier Milei cumple su promesa de “pulverizar” la inflación, logrando un 1,5% en mayo, el menor en cinco años, y un superávit fiscal, pero alerta sobre el creciente endeudamiento.
— Visión Liberal (@vision_liberal) June 13, 2025
Con un plan de deuda por hasta US$7.000 millones y un… pic.twitter.com/ohf9rcKo3r
Así, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, en marzo de 2025 se registraron 62.808 operaciones de compraventa de viviendas, lo que supone un aumento interanual del 40,6 % y el mejor resultado para un mes de marzo desde el año 2007. En el acumulado del primer trimestre, el crecimiento fue del 20,7 %, impulsado especialmente por la vivienda nueva (+64,2 %) y con un sólido desempeño también en la vivienda usada (+34,8 %). Los datos para abril aún no están del todo disponibles pero sí disponemos del adelanto para la Ciudad de Buenos Aires, donde el aumento interanual fue del 50,5%.
La mejora no se limita al mercado de la vivienda. El sector de la automoción también bate récords. Según la Cámara del Comercio Automotor, en abril se vendieron 158.960 vehículos usados, lo que supone un incremento del 16,7 % respecto al mismo mes del año anterior y un 11,6 % más que en marzo. El primer cuatrimestre de 2025 se cerró con 620.383 unidades vendidas, un 33,5 % más que en el mismo periodo de 2024, consolidando el mejor abril desde que existen registros mensuales (es decir, desde 1995).
Pero el dato más relevante de abril para la automoción no fue el de los automóviles de segunda mano, sino el repunte observado también en el segmento de compra de coches nuevos, vehículos que hasta hace poco eran inaccesibles para la mayoría de los hogares argentinos. Pues bien, según cifras de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), en abril se registraron 41.534 vehículos nuevos, lo que representa un crecimiento del 26,9 % en clave interanual. De hecho, en el acumulado anual del primer cuatrimestre, la subida ronda el 18,3%, un cambio de tendencia muy significativo tras años de caídas pronunciadas.

La mejora del poder adquisitivo, clave
Estos resultados no son casuales. Desde que Milei asumió el poder en diciembre de 2023, la inflación mensual ha caído del 25% registrado al comienzo de su mandato al 1,5% alcanzado el pasado mes de mayo. Esta desaceleración ha devuelto margen al salario real, que venía deteriorándose sin freno durante los años previos, pero que ha vuelto a ganar terreno desde mediados de 2024, apoyado en unos sueldos que van a más y una inflación que va a menos.
En paralelo, el riesgo país (diferencial de financiación entre el Tesoro argentino y el estadounidense) ha caído de más de 2.000 puntos a niveles por debajo de los 650, mejorando el acceso al financiamiento externo y reduciendo significativamente el costo del capital a base de devolver al país del Cono Sur a los mercados internacionales. El impacto también se percibe en los niveles de actividad productiva. De acuerdo con las estimaciones del Ministerio de Economía, el Producto Interior Bruto crecerá más de un 5 % en 2025, después de haber esquivado la recesión en 2024 gracias a una rápida e histórica corrección de los desequilibrios fiscales y monetarios, con un ajuste valorado en el 15% del PIB.
[La inflación podría perforar el 2% en Mayo, marcando un hito histórico]
— Visión Liberal (@vision_liberal) June 12, 2025
Si el dato oficial del INDEC confirma una inflación del 1,6% como sugiere la Ciudad de Buenos Aires, se trataría de la mejor cifra desde julio de 2020.
El Ministerio de Economía confía en que esta baja,… pic.twitter.com/8hG07WDD2N
Parte esencial de este cambio ha sido la eliminación del cepo cambiario y la supresión de los instrumentos de esterilización monetaria, como las LELIQ, que mantenían al sistema bancario absorbido por la deuda del Tesoro y alejaban el crédito de la economía real. Ahora, con el superávit fiscal primario consolidado desde el primer mes de gobierno de Milei y una política monetaria orientada a la estabilidad que ha dejado la emisión de nueva moneda a cero, los bancos están volviendo a prestar a hogares y empresas.
En definitiva, Argentina ha entrado en un círculo virtuoso: los votantes respaldan políticas de apertura económica, los mercados reaccionan positivamente, el crédito y el empleo se recuperan, y los hogares vuelven a consumir e invertir. El desafío ahora es consolidar este rumbo con más reformas estructurales, especialmente en los planos laboral, tributario y energético, y sostener la estabilidad institucional frente a los riesgos internos y externos. Después de años de estanflación, el país ha dejado atrás el cortoplacismo populista y el socialismo peronista, gracias a lo cual empieza a ver los frutos de un cambio de régimen económico propiciado por el giro al liberalismo. La economía vuelve a moverse, y lo hace con fuerza, sacando a millones de la pobreza.



