
Rojas es uno de los juristas liberales más respetados del país y fue el Plan A del presidente Milei cuando tuvo que cubrir el cargo de Procurador del Tesoro tras la abrupta salida del cargo del menemista Rodolfo Barra. Finalmente, Rojas no aceptó integrar el gobierno y retomó su agenda laboral en Guatemala.
En una charla con Visión Liberal, Rojas se mostró firmemente alineado con el rumbo del gobierno de Milei y explica el “vendaval” de salidas de funcionarios (ya son más de 120 en poco más de un año), aunque diferenció el caso Marra, al que lo centró en un conflicto interno en el armado político de La Libertad Avanza. Y negó que el gobierno de Milei esté cooptado por “menemistas”, pese a que Martín Menem (al frente de la Cámara de Diputados) y “Lule Menem (el gran respaldo de Karina Milei) llevan el apellido Menem y están en el top five de las figuras más influyentes del oficialismo.
Visión Liberal: Atendiendo a la alta volatilidad social, ¿en qué lugar ubicás al gobierno de Javier Milei?
Ricardo Manuel Rojas: Me parece que el 2023 la gente votó por un cambio fundamental en la forma en que se venía haciendo política y varios de los paradigmas políticos imperantes. No estoy seguro de si se produjo un fuerte cambio, o si en realidad buena parte de la gente tenía claros los errores del populismo y estaba resignada, pero al aparecer Milei en la escena, proponiendo romper con la vieja política, a la que él englobaba como la “casta”, me parece que canalizó buena parte de ese anhelo.
A partir de allí, la popularidad del gobierno será directamente proporcional a dos cosas:
1) que siga el rumbo que prometió en 2023
2) que no adopte los peores modos de esa “casta” a la que desplazó.
Hasta ahora creo que la gente ha acompañado mucho. En campaña explicó los motivos de la gravísima crisis que enfrentábamos, y lo que habría que hacer para salir de ella, lo que provocaría una fuerte recesión y un esfuerzo enorme hasta poder comenzar a enderezar el barco. La gente lo acompañó, se bancó esos primeros ocho meses muy duros, en los que aplicó las recetas más ortodoxas que ningún político normalmente se anima a aplicar, y creo que desde hace un par de meses se advierte que esas reformas en la economía general comenzarán a impulsar mejoras en la economía individual.
De hecho, si se examinan todas las encuestas, de todos los signos políticos, la popularidad del presidente no cayó, al menos en el nivel en que suele caer históricamente debido al desgaste del ejercicio del cargo.
Tras la salida de Rodolfo Barra como Procurador del Tesoro de la Nación, el exjuez @rmrojas58 sonaba fuerte como su reemplazante, pero decidió no aceptar el cargo.
— Visión Liberal (@vision_liberal) January 29, 2025
Su nombre era el preferido de @JMilei en la lista de candidatos que surgieron desde la tarde del viernes, cuando… pic.twitter.com/33D5uV71DS
VL: ¿A qué atribuís la permanente sangría de funcionarios y cuadros que a diario tiene el Gobierno? El último el de Ramiro Marra.
RMR: Hay una diferencia muy grande entre el gobierno de Milei y gobiernos anteriores. Milei es un outsider de la política, llegó al cargo gracias a una relación directa con los votantes, sin estructura partidaria, sin referentes políticos, sin anhelar el poder o vivir de la política, y sin estar dispuesto a hacer concesiones.
Por eso, su relación con los funcionarios de su gobierno está basada en la eficiencia para contribuir a llevar a cabo del mejor modo posible un plan del que no piensa apartarse. Si la gente está dispuesta a hacer un gran esfuerzo para superar la crisis, es lógico que los que integren el gobierno hagan lo mismo para cumplir con su labor eficientemente. Esto marca una diferencia notable con el gobierno anterior, que funcionaba más como un club de amigos. Personalmente, si tengo depositado en el gobierno -me guste o no- parte de mis derechos y mi patrimonio, veo con agrado que el presidente le exija a sus colaboradores el apego y cumplimiento del plan que él trazó y para el cual lo votamos.
El caso de Marra es distinto, porque él no es funcionario del gobierno nacional, es un problema personal o interno propio de la creación de un nuevo partido que se tiene que ajustar. Pensá que simultáneamente se está refundando la Argentina y fundando un nuevo partido político.

VL: ¿Te preocupa que el menemismo y figuras claramente identificadas con el menemismo ocupen prácticamente los principales cargos del gobierno?
RMR: No creo que el menemismo ocupe los principales cargos del gobierno. De hecho hay mucha más gente en el gabinete vinculada al PRO y el radicalismo (como los ministros Luis Caputo, Sturzenegger, Bullrich, Francos o Petri), que con lo que pudiera quedar del menemismo.
Los principales referentes del menemismo están muertos o son bastante mayores. Hay gente que en su momento apoyó los primeros años del menemismo (fundamentalmente entre 1990 y la reforma constitucional de 1994), y es bastante lógico que hoy esté entusiasmada con este gobierno, me incluyo entre ellos. Es que esos años, según entiendo, han sido los únicos en el último siglo en los que un gobierno nacional intentó explícitamente desarrollar un plan con cierta dirección hacia el liberalismo. Con la reforma constitucional, el segundo mandato desgraciadamente borró buena parte de lo que hizo en esa primera etapa.
La llamada Marcha Federal del colectivo LGBTIQ+ contra el discurso del presidente @JMilei en Davos y una posterior ofensiva dialéctica contra "los zurdos", derivó el sábado en una multitudinaria y variopinta manifestación que unió voluntades contra la figura del Presidente.… pic.twitter.com/EvuYAlVVAn
— Visión Liberal (@vision_liberal) February 3, 2025
VL: ¿Qué te preocupa más: la falta de dólares o los errores políticos que terminan unificando a una oposición que aparecía hiper fragmentada?
RMR: En realidad no me preocupa nada de eso. Cuando tengamos en claro que el dólar es un bien más en el mercado y su precio depende de la oferta y la demanda, dejaremos de estar pendientes todo el tiempo de él. Para ello habrá que terminar de eliminar el cepo (que de a poco, imperceptiblemente, se viene quitando un poco cada día), y ese día, si faltan dólares simplemente el precio subirá. Mientras no haya inflación, ese no sería un problema. De todos modos, espero que a partir de las medidas que se han venido tomando, para generar seguridad jurídica y económica, se produzca un aumento en las inversiones que permita el ingreso de muchos dólares en el país. Los anuncios de fuertes inversiones en los sectores de hidrocarburos y minería, entre otros, es un buen augurio en ese sentido.
Respecto de la oposición, creo que Milei rompió todos los manuales de conducción política. Desde el primer día ha hecho lo contrario de lo que indica la etiqueta, y le ha salido bastante bien. No estoy seguro de que se esté unificando la oposición más allá de lo que es lógico que estuviera. Es sabido que el sector más kirchnerista, los pequeños partidos de izquierda y un sector del radicalismo y del “larretismo”, se terminarán uniendo a una opción que intente pelearle la elección a Milei, y eso no depende de lo que él haga, sino de la ideología y los intereses personales de quienes integran esos sectores.
Queda por ver qué sucederá con el resto de los partidos, con los que podrían ser aliados en esta elección. Lo que se está viendo es que, mientras los políticos de las cúpulas hablan de querer hacer alianzas y acuerdos electorales y discutir listas, muchos dirigentes, sobre todo quienes tienen cargos electivos, ya se están pasando directamente a LLA o lo están pensando. Como alguna vez dijo Bullrich durante la campaña pasada, los votos son de la gente no de los políticos. Creo que Milei es consciente que independientemente de lo que los políticos tradicionales digan o hagan, su relación con la gente es directa a la hora de buscar el voto.

VL: ¿Es bueno gobernar con un trío de hierro como el de Javier-Karina-Santiago Caputo? O sugerirías armar un dispositivo más lógico para la complejidad que presenta la Argentina.
RMR: Argentina no es Finlandia (creo que ese fue el error de base que llevó a Macri al fracaso). No es un país fácil de gobernar, mucho menos en momentos de crisis tan profundas como la que heredó este gobierno, y cuando la oposición kirchnerista salvaje hizo explícita su voluntad de voltearlo desde el primer día.
No creo que haya recetas sobre cómo organizar la toma de decisiones. Por supuesto que un sistema con una mayor apertura o participación parecería lo ideal. Pero esto es lo que hay. No sólo el país está en crisis, sino que los propios políticos y dirigentes no tienen una cultura del diálogo, el consenso y la cooperación para el triunfo. Algunas actitudes de gente del propio gobierno de Milei avalan esto, y probablemente haya pensado que al menos en estos primeros tiempos, debe tener un comando pequeño y de gente en la que tenga mucha confianza. No obstante ello, hay ministros que gozan de un fuerte respaldo y tienen mucha libertad de acción, lo que les permite hacer un magnífico trabajo. Valoro el trabajo de Sturzenegger, Bullrich, Franco y Petovello.
[La caza de brujas no se detiene en La Libertad Avanza y a Marra lo mandaron a la hoguera]
— Visión Liberal (@vision_liberal) January 30, 2025
💥Por capricho de Karina Milei o por quedar en medio del fuego cruzado entre los Macri y el Presidente, @RAMIROMARRA fue removido de su cargo en la Ciudad de Buenos Aires y se suma a la… pic.twitter.com/ZGmYIBLFMc
VL: ¿Qué deberían hacer los liberales en esta situación?
RMR: Es importante primero tener en cuenta de qué hablamos cuando hablamos de “liberales”. El liberalismo surgió en el mundo allá por el Renacimiento, como un movimiento que tenía dos objetivos principales, que eran complementarios: 1) defender el respeto a la dignidad humana, la autodeterminación y los derechos de cada individuo; 2) luchar por la limitación del poder del gobierno.
A lo largo de la historia, y especialmente en los últimos tiempos, tenés dentro del concepto de “liberalismo” un abanico de posiciones: desde el liberalismo clásico, que propugna la existencia de un gobierno fuerte pero limitado en sus funciones, y en el que prevalezca el respeto de los derechos individuales, hasta el “anarco-capitalismo”, que pregona la eliminación del Estado y su reemplazo por mecanismos institucionales espontáneos consensuados. Entre ambos existen varias alternativas. Todos ellos respetan, a su manera, los dos objetivos iniciales del liberalismo.
En ese contexto, creo que un liberal –de cualquiera de las especies conocidas– debería hoy observar la marcha del gobierno, dentro del contexto de lo que es Argentina hoy en día, y apoyar toda iniciativa que se dirija, con las limitaciones contextuales, a promover el respeto de los derechos y limitar el poder del Estado. Eso debería hacerse eliminando dogmatismos. Hay muchos “liberales” hoy que, tirados en el sillón de la sala, twittean críticas al gobierno, diciendo que no hizo tal o cual cosa, desconociendo que en muchos casos, lo que le piden al Presidente es algo que no puede hacer él, sino que tiene que hacerlo el Congreso, que mayoritariamente está en contra de sus políticas.
Hoy en día es fundamental que los liberales hagan un examen crítico, racional. En lo personal te diría que si me hubiesen dicho hace dos años que en Argentina se iban a producir la mitad de los cambios que se han hecho en este último año, hubiese dicho que no sería posible. Claro que falta mucho, el propio presidente habla todo el tiempo de lo que falta hacer, esto recién empieza y todavía ni siquiera salimos de la crisis; por supuesto que se cometen errores, todos los cometemos y gobernar Argentina no es tarea sencilla. Pero mientras quienes odian a la libertad y al liberalismo tienen un discurso monocorde y están alienados desde el primer día para perjudicar el proyecto, los liberales no estamos en condiciones de buscar ortodoxias académicas en el modo de hacer política. Al respecto, creo que hay algo que tenemos que entender, y es el bombardeo permanente de todo tipo de consignas, informaciones, falsedades, a la que hoy estamos sometidos. Cuando Menem asumió el gobierno el 9 de julio de 1989, con un 200% de inflación mensual, debió esperar casi dos años hasta poder controlar la economía, con una medida artificial como fue la convertibilidad. Dos años en los que se continuó con una alta inflación y una gran incertidumbre. Pero en esa época, la gente leía el diario a la mañana y se iba a trabajar, y a la noche mientras cenaba veía el noticiero y esas eran sus fuentes de información. Hoy por el teléfono estamos todos bombardeados con miles de microinformaciones a cada minuto, y si no aprendemos a filtrar las cosas, o darles la importancia que realmente tienen, podemos ser vencidos por una ansiedad que no es nada saludable.