Sin descuidar la economía, Milei deberá lidiar con lo político y empezar a buscar candidatos “de peso”

El economista Roberto Cachanosky escribe en su última columna de opinión sobre el año que le espera al Presidente Milei. De la batalla en el Congreso, donde deberá cambiar la floja performance de las elecciones adelantadas del 2024, a que no haya ningún acontecimiento externo haga tambalear la economía argentina. Para Cachanosky, el gobierno está esperando que asuma Trump para que llegue a salvarlo con fondos frescos del FMI y así salir del cepo antes de las elecciones. ¿Estás de acuerdo?

Roberto Cachanosky analiza algunos posibles escenarios de cara a las elecciones 2025.

Se inicia un año en que la economía tendrá que lidiar con lo político. Para Javier Milei, las elecciones de medio termino son fundamentales para fortalecer la magra cantidad de diputados y senadores que actualmente tiene en el Congreso que lo obliga a negociar permanentemente. En rigor era algo que se sabía que iba a pasar al lanzarse solo. Tenía que hacer una extraordinaria elección en la primera vuelta, que es cuando se eligen diputados y senadores, como para poder haber tenido una mayor cantidad de legisladores.

El gran interrogante que se presenta para este año es si Milei podrá transferirles a sus candidatos a diputados la intención de voto que puede tener él. Al respecto cabe recordar que en las elecciones de 2023 varias provincias adelantaron las PASO y LLA hizo un muy mal papel en cada distrito. En el único distrito que le fue mejor fue en La Rioja con la candidatura de Martín Menem.

Adrián Ravier fue postulado como candidato a diputado nacional por La Pampa y lo tuvieron que bajar porque no le reconocieron el partido político. Bussi que era su candidato a gobernador en Tucumán obtuvo el 4% de los votos aliado con Milei. Es decir, tuvo 10 puntos menos que en la elección anterior cuando fue solo. Podríamos seguir con los ejemplos en los cuales los candidatos de Milei tuvieron una muy mala performance en las PASO.

En septiembre, Milei había presentado ante el Congreso su ley de presupuesto, que proyectaba para 2025 una inflación del 18.5% y un crecimiento del PBI de 5 por ciento.

Tanto es así que en un reportaje que le hicieron por televisión, cuando le marcaron la mala performance de sus candidatos dijo que era porque no estaba su cara en las listas. Es más, en las elecciones que se hicieron en 2024 en Río Cuarto, LLA tuvo un resultado muy pobre con un 6,8% de los votos en tanto que el año pasado, en la segunda vuelta, Milei obtuvo el 73,21% de los votos.

Todo lo anterior es solo para mostrar que Milei no necesariamente transfiere tan fácilmente su imagen al voto de sus candidatos, salvo que él encabece la lista. Y, por cierto, en la primera vuelta LLA obtuvo el 30% de los votos. Con los 24 puntos se los prestó JxC y algo del Peronismo llegó al 56% en la segunda vuelta. Tampoco Milei tiene grandes figuras para presentar como candidatos, al menos en los grandes distritos.

En general, por su forma de ser se ha rodeado de los más mediocres. También es cierto que del otro lado no hay grandes candidatos en tanto el kirchnerismo sigue teniendo un piso electoral del 25/30 por ciento. Por ahora todo es fiesta porque se supone que el oficialismo hará una excelente elección. La realidad es que eso puede cambiar de aquí a las elecciones dependiendo del avance de la economía y del avance de la campaña.

O La Libertad Avanza hace una extraordinaria elección. Algo que también puede ocurrir.

Eso sí, en la medida que comiencen a crecer las expectativas de una recuperación del kirchnerismo, el escenario económico puede complicarse. En cambio, si el PRO va por su cuenta y no hace alianza con LLA, desde el punto de vista económico el escenario puede ser mejor porque ambos captarían un escenario de más legisladores de centro o centro derecha.

Puesto de otra forma, que el PRO no haga una alianza con la LLA no sería un inconveniente para las reformas estructurales. Ambos apuntan en la misma dirección en cuestiones económicas, pero le ponen límites a Milei en temas institucionales como es el caso de Lijo, boicotear la ficha limpia y otros comportamientos extraños que hacen pensar en acuerdos con el kirchnerismo.

Pero el gran interrogante está en el contexto económico en el cual se va a desenvolver la campaña electoral. El escenario cambiario es clave porque el atraso del tipo de cambio está complicando seriamente al campo y las economías regionales. Con el blanqueo los depósitos en dólares aumentaron notablemente. Pero, al mismo tiempo, los créditos en dólares al sector privado también subieron en forma pronunciada.

La combinación de estas dos variables muestra que, una vez anunciada la intervención del BCRA en el CCL y que los tipos de cambio libre se iban a mantener estables por un tiempo debido a esa intervención, los exportadores tomaron créditos en dólares al 6%. Esos dólares que tomaban prestados se los vendían al BCRA al tipo de cambio oficial y compraban LECAPS que rendían 42% en agosto. El costo anual del fondeo era 27% por el crawling peg, más 6% de tasa en dólares, es decir, 33% de costo de fondeo contra un rendimiento del 42% anual.

El tema es que ya se armó demasiada bicicleta financiera y desarmarla no es tan fácil sin que haya corrida. En particular por un Banco Central que está con reservas netas negativas.

En efecto, el gobierno termina el año con reservas netas negativas en US$ 10.500 millones, es decir, casi lo mismo que recibió del kirchnerismo a pesar de haber tenido una buena cosecha comparada con la sequía de 2023. En síntesis, el gobierno está esperando que asuma Trump para que llegue a salvarlo con fondos frescos del FMI y así salir del cepo antes de las elecciones.

Si esta ayuda no ocurre, Milei habrá transcurrido medio mandato con cepo cambiario y sin un horizonte a la vista de salida del cepo y sin una definición clara de cuál será la política cambiaria que seguirá de ahí en adelante si es que sale del cepo.

Por ahora la economía parece dejar de caer, el mercado de cambios está tranquilo, la inflación sigue en baja por el ancla cambiaria y la menor emisión monetaria. Pero habrá que estar atentos al mercado de cambios cuya estabilidad depende del salvataje del FMI o bien de que continúe el carry trade, al menos hasta las elecciones y, por supuesto, que ningún acontecimiento externo haga tambalear la economía argentina, caso Brasil devaluando el real, China el yen y Estados Unidos fortaleciendo el peso.

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