Cómo es el sistema ‘flat tax’ que podría pensarse para la próxima reforma tributaria

Fundación Internacional Bases, el Consejo Argentino de Contribuyentes y Somos Innovación elaboraron una propuesta para cambiar el sistema tributario de la Argentina con el pago de un único impuesto. La opinión de los que saben y un informe que vale la pena entender. No te lo pierdas.

Tres organizaciones del tercer sector proponen una reforma del sistema impositivo con la eliminación de la mayoría de los tributos y la creación una alícuota del 13%. Los detalles de que sería necesario y cómo se implementaría.

Fue el propio ministro de Economía, Luis Caputo quien dijo que de continuar el superávit fiscal se avanzará en la eliminación de tributos. En ese marco, desde el tercer sector surgió una propuesta de reforma tributaria: adoptar el sistema flat tax, impuesto plano.

Si bien en el proyecto para la creación del Impuesto a los Ingresos Personales (Ganancias), el oficialismo se comprometió a enviar al Congreso a lo largo de este año una reforma integral del sistema tributario para implementar a partir del 1º de enero de 2025, a poco más de un mes para el cierre del año los tiempos legislativos no alcanzaron.

“Argentina, a pesar de los esfuerzos que se está haciendo el actual Gobierno, sigue ocupando el puesto tres de los “infiernos fiscales”, por lo que necesita un cambio gigantesco para poder salir”, afirmó la Senior Research Fellow de la Fundación Internacional Bases, Marianela Mendoza.

Frente a esta situación, desde la Fundación Internacional Bases, el Consejo Argentino de Contribuyentes y Somos Innovación elaboraron una propuesta para cambiar el sistema tributario de la Argentina con el pago de un único impuesto.

La adopción de un sistema flat tax puede conducir a una mayor eficiencia fiscal, un crecimiento económico sostenido y una atractiva inversión extranjera, aspectos clave para países en desarrollo o en proceso de transformación económica como Argentina”, destacaron en el informe.

Y con ello, una mayor recaudación para las arcas públicas, que lo explican por medio de Curva de Laer y la existencia de un punto máximo en la recaudación fiscal. “Un sistema tributario con una tasa impositiva baja y un bajo umbral de exención puede estimular la actividad económica, aumentar la base impositiva y, en última instancia, genera más ingresos fiscales, debido al crecimiento económico que permite su implementación”, aseguraron.

Para alcanzarlo, los autores de la iniciativa que encabeza Mendoza, aseguran que se deben lograr un consenso para “eliminar todos los tributos que no influyen en la recaudación, pero que significan una importante carga administrativa”.

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A los fines de identificarlo, citan el reporte de mediados del año pasado del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) en donde se detectó que existían 148 tributos de los cuales 138 representan el 9% de la recaudación y el restante 83% corresponde a seis impuestos (cinco nacionales y uno provincial).

Lo que llevo a que se conforme un “ranking” de lo que más ingresos le aportan el estado, encabezado por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) con 22,9%; seguido por Ganancias, 18,8%; Aportes y contribuciones a la Seguridad Social, 16,4%; Ingresos Brutos, 13,2%; Derechos de exportación, 6,6%; Créditos y débitos, 5,4%; Derechos de importación, 2,6%; Tasas de seguridad e higiene municipales, 2%; Combustibles, 1,7%; e Internos coparticipados, 1,7%.

A la par, destacan que se debería derogar las resoluciones generales de la ex Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), hoy Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que intervinieron en el mercado cambiario.

Una vez que se logre, como impuesto nacional, se propone una tasa del 13% de la base imponible en reemplazo de Ganancias, Derechos de Exportación, Débitos y Créditos, el Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes y Autónomos.

“La tasa única sería tanto para personas humanas como para negocios, por lo que las actuales cuatro categorías pasarían a dos; trabajadores en relación de dependencia y negocios organizados en forma de empresa o unipersonales (actuales empresas, autónomos y monotributistas)”, explicaron. Y aseguraron que si el Gobierno Nacional se limita a las funciones que le delegaron las provincias “deberían ser suficiente”.

En el caso de las personas humanas, según especifican, la base imponible sería el resultado de restar los ingresos a las deducciones y exenciones. En estas últimas se mantendría la escala actual (actualización por inflación cada tres meses hasta que la economía se estabilice y luego de forma anual).

Mientras que, en las deducciones, se propone deducir gastos de salud; educativos propios y de hijos; aportes a la seguridad social; aportes a cajas profesionales; seguros de vida y retiro; ganancia de premios de concursos deportivos, académicos y culturales que no sean actividad laboral habitual y recurrente; y las donaciones de fundaciones registradas, entidades de bien público, iglesias y partidos políticos.

“Además de este impuesto, se mantendrían los aranceles de importación, bajándolos en todos los casos hasta el mínimo permitido por el Arancel Externo Común del Mercosur y tratar de unificarlo en un único arancel de acuerdo con los socios comerciales”, deslizaron en el informe sin hacer mención durante la presentación.

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En cambio, para los negocios, la base imponible serían los ingresos brutos menos todos los gastos del período, lo que incluye salarios, contribuciones a la seguridad social y reinversión de utilidades. “Un caso particular de este punto es el de los autónomos y monotributistas que quedarían todos englobados en la categoría de autónomos, pero sus exenciones y deducciones deberían ser tanto las de las personas humanas como las de empresas”, comentaron.

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