En 2025 Corrientes será escenario de la primera elección a gobernador de la era Milei. El actual mandatario correntino, Gustavo Valdés no tiene re re y llega muy “Pato rengo”. Pero aún así, en un arranque de nepotismo, está encaprichado en que su sucesor sea su hermano Pablo, sin otro mérito que ser familia e intendente de Ituzaingó.
Mientras tanto y a caballo de la figura de Javier Milei, varios se anotan con la chapa de LLA. ¿El peronismo? Es una entelequia.
Por Noticiero9. Asi como en el desierto de Nevada se erige lumínica la ciudad de Las Vegas, salvando las distancias, nadie duda “lo que resaltan a la vista” las primeras elecciones a gobernador en plena “era Milei” en la provincia de Corrientes.
La cuenta regresiva ha comenzado, y el 2025 promete una competencia intensa por “el sillón de Ferré”. En la línea de partida se alistan figuras consolidadas, nuevas apuestas, y hasta más de un desconocido. Todos juegan por llegar “sanos” a la grilla de largada, pero -como cualquier Colapinto- pueden terminar estrellados contra el guardarrail, y esto… encima en plena clasificación. ¡Ni qué te diría, en el tramo final de la carrera a lo más alto del podio del gobierno provincial!
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Sin “carro favorito” en las encuestas, salvo Ricardo Colombi -el eterno ex gobernador- por caudillo y Eduardo Tassano -el intendente de la capital correntina- por buena gestión, nadie que no sea del oficialismo gobernante puede acelerar demasiado; incluido Pablo Valdes, intendente de Ituzaingó y hermano “delfín” del actual gobernador.
De todas maneras, los mas “notorios” (por lo menos los que mas ruido causan) son los de L.L.A. y quizás a eso habrá que imputar “el desaire institucional” del gobernador Gustavo Valdés al Ministro Luis Caputo este pasado viernes en el XI°Congreso de “El Club de la Libertad”. Evidentemente, con el imán de Javier Milei a la cabeza, el espacio de La Libertad Avanza se llenó de candidatos. El problema es que pueden ser “notorios” pero al menos hasta ahora, de todo los que se ven, no aparece ninguno como “el notable”.
La saga Valdés-Colombi: Un clásico que amenaza con agotarse
Si algo no falta en la política radical correntina, es la habilidad para convertir internas partidarias en peleas familiares dignas de una telenovela.
La trama es conocida: Gustavo Valdés, actual gobernador, quiere asegurar su sucesión colocando a su hermano Juan Pablo. Entonces, Colombi, mentor político de Valdés pero ahora su principal detractor, se opone frontalmente. “Nos alejamos de la gente”, repite Ricardo, como quien advierte que la brújula política del radicalismo se desvió hacia un mar de nepotismo.
Pero el problema no es sólo la falta de creatividad en los apellidos, sino el mensaje que envía: ¿acaso no hay en toda Corrientes alguien más capacitado que un hermano para continuar con la gestión?
Colombi, fiel a su estilo combativo, ya lanzó su candidatura sin rodeos. El “nuevo radicalismo” que Valdés promociona, parece más un intento por maquillar viejas prácticas con caras jóvenes que una transformación real.
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Los peronistas: a la búsqueda de una oportunidad en el caos
El peronismo, dividido pero esperanzado, ve en esta disputa un terreno fértil para resurgir. Candidatos como Martín Ascúa o Marlen Gauna ya se han lanzado, mientras que Emiliano Fernández intenta negociar desde su puesto como intendente de Virasoro. Sin embargo, el PJ sigue enfrentándose a su mayor enemigo: su incapacidad para unirse.
La Libertad Avanza: ¿sorpresa o un espejismo?
El fenómeno Milei ha dado alas a varias y desconocidas “figuras”; aunque sí hay que destacar algunos aventajados, -aunque las encuestas ni los registren- podrían ser: “Pochito” Romero Brisco, un autonomista con tradición familiar, que aún sin el respaldo de su propio partido, se aferra a una posibilidad y “Caito” Leconte, que desde “El Club de la Libertad” se envalentona con la posibilidad de que su excelente relación con Milei, le sirva para volver a poner al Partido Liberal (PL) en los primeros planos electorales. El hombre también tiene “tradición” y es hijo de don Ricardo Guillermo Leconte, último gobernador del pacto autonomista liberal entre 1987 y 1991.
Aún así, la mal llamada “anticasta” de La Libertad Avanza parece encontrar eco en un electorado cansado de estos apellidos de ahora y las alianzas de siempre. Aunque en “la República de Corrientes” ¿quién sabe qué es suficiente? Por ahora, la estrategia se basa más en captar el descontento que en ofrecer un proyecto claro. De hecho, hasta se piensa en un “experimento híbrido” entre La Libertad Avanza y el “Menemismo” para llevar como opción electoral al “surfeador” Camau Espinola.
Y por último, casi como “un giro digno de una tragicomedia”, aparece Lisandro Almirón -cada vez con el pelo más revuelto- que ya cambió de partido más veces que “un jugador de fútbol en el mercado de pases”. Sin embargo, según dicen, ahora se presenta como una figura viable. ¡Ponele!. Su historial de traiciones y alianzas fugaces es tan extenso que se podría escribir un manual sobre: “Cómo sobrevivir en la política sin morir de coherencia”.
El caso Loan y el desgaste del oficialismo
Entre tanto ruido electoral, hay un tema que el oficialismo no logra sacudirse: el caso Loan, el niño de cinco años desaparecido hace más de 150 días. Aunque los titulares sobre el caso han disminuido, la memoria colectiva no perdona. En cada debate, surge como recordatorio “la falta de respuestas del gobierno” y los recuerdos del “audio viral” denunciado -sin pruebas- como “falso” por Gustavo Valdes, pero que finalmente terminó siendo “demasiado verosímil” para todo el pueblo correntino.
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Y claro está, en este contexto, la prédica “anticasta” de Milei y compañía encuentra terreno fértil. No hay mejor caldo de cultivo para el descontento que un sistema político que parece más ocupado en sus disputas internas que en resolver los problemas urgentes de la gente.
¿Quién tiene las mejores cartas?
Si algo queda claro es que el tablero político correntino es un caos organizado. Gustavo Valdés apuesta por un sucesor con su mismo apellido, confiando en que las lealtades partidarias y los acuerdos estratégicos con Pullaro sostendrán su jugada. Pero Ricardo Colombi, con décadas de experiencia, sabe cómo jugar al desgaste irrecuperable.
Mientras tanto, el peronismo y La Libertad Avanza intentan sacar partido de la grieta radical, pero su falta de claridad o de cohesión siguen siendo su peor enemigo.
La política es dinámica, pero también tiene memoria. En una provincia donde los ciudadanos esperan respuestas y proyectos claros, la insistencia de Valdés por poner el “apellido repetido” como el del hermano Pablo (Plan A), o sus “maniobras desesperadas” por hacer circular los nombres de Eduardo “Peteco” Vischi (Plan B) y “Perucho” Cassani (Plan C); nos lleva a pensar que para el oficialismo gobernante, el camino a las urnas será tan vertiginoso como “impredecible”, porque sumado a las improvisadas alianzas que se insinúan, todos estos “combos” pueden convertirse en “un boleto al fracaso”.
Queda por ver si Gustavo Valdes entiende de una buena vez que “el Nepotismo no es continuidad, es complacencia”. Y si algo aprendimos los argentinos de las últimas elecciones, es que el electorado “joven y no tanto” termina castigando la soberbia y premiando la autenticidad. Al menos así parece, y más ahora, que en la economía asoma un poco de esperanza.
Un “verde” de esperanza, … justo el mismo color que usa E.C.O., la alianza gobernante en su logo. Pucha, ¡cómo van corriendo! … a ver si “la chocan” como el auto de Franco en la “cuali”. Ahhhhh no, los Williams son “azules”. Veremos…, capaz terminan saliendo con la frente “morada”. Que dolor..”my god”!.