El Presidente tuvo un fin de semana con foco en la política exterior. Recibió a Emmanuel Macron en la Casa Rosada, quien se manifestó contra el acuerdo comercial con el Mercosur-UE y buscó convencer al liberal de que no actúe solo en materia climática. En Francia, temen un aumento de la carne de la región y advierten de una competencia desleal de productos que no están sujetos a las estrictas normas medioambientales y sanitarias en Europa. La parada difícil la tiene por estas horas en Brasil, donde se realiza el G20. Totalmente distanciado de Lula da Silva, Milei fue el único jefe de Estado que no se mostró sonriente junto a su par brasileño. Aceptó firmar la declaración final del organismo, pero subrayó, punto por punto, las diferencias que tiene con la mayoría de los firmantes. Todos los detalles.
Emmanuel Macron visitó este fin de semana Buenos Aires donde habló con Javier Milei sobre el doble objetivo de “defender” a los agricultores franceses movilizados contra el acuerdo comercial con el Mercosur y convencer al liberal de que no actúe solo en materia climática.
Después de un homenaje muy simbólico a las víctimas, especialmente francesas, de la dictadura militar argentina, el jefe de Estado francés llegó a la Casa Rosada.
“Con Javier Milei no siempre pensamos lo mismo sobre muchos temas”, explicó Macron antes de la reunión, “pero es muy útil debatir para preparar el G20”, en el que participan los dos por estas horas en Río de Janeiro, Brasil.
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En Francia, apoyados por una clase política unida en una rara unanimidad, los agricultores se movilizan contra el tratado de libre comercio que la Comisión Europea, impulsada por varios países como Alemania y España, espera firmar a finales de año con Mercosur, el bloque regional que incluye a Argentina y Brasil.
Temen un aumento de la carne de la región y advierten de una competencia desleal de productos que no están sujetos a las estrictas normas medioambientales y sanitarias vigentes en Europa.
“Le dije muy sincera y claramente al presidente argentino que hoy Francia no firmaría este tratado del Mercosur tal como está”, dijo Macron a la prensa en la pista del aeropuerto de Buenos Aires, antes de partir hacia Brasil. “Milei mismo me dijo que no estaba satisfecho con este texto”, agregó.
En este asunto, Francia debe convencer principalmente a los demás europeos si quiere evitar la entrada en vigor del acuerdo. Macron dijo que no creía que la UE pudiera anular la posición francesa.
“Seguiremos trabajando con firmeza para defender nuestro modelo”, insistió, considerando que “si todos somos razonables, hay un camino posible, pero no será en detrimento de nuestros agricultores”.
Además de las normas medioambientales para la agricultura, Macron pide que el acuerdo UE-Mercosur integre las recomendaciones del Acuerdo Climático de París. Sin embargo, Javier Milei es un admirador del presidente electo estadounidense Donald Trump, cuyo escepticismo climático comparte.
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De hecho, Argentina retiró a su delegación de las negociaciones climáticas COP29 en Bakú. Sobre este tema, “mantuvimos un debate, pero no estamos de acuerdo”, comentó Macron tras su reunión con Milei. Sin embargo, el presidente argentino “no confirmó” que quisiera, como Donald Trump durante su primer mandato en la Casa Blanca, retirar a su país del Acuerdo de París, subrayó.
El domingo, el jefe de Estado francés, acompañado de su esposa Brigitte Macron, comenzó la jornada con un homenaje a las víctimas de la dictadura militar argentina (1976-1983), organizado en la iglesia de Santa Cruz, un lugar de memoria de la resistencia contra el régimen.
“No los hemos olvidado”, dijo a los familiares de las víctimas. En diciembre de 1977, varias integrantes fundadoras del movimiento Madres de Plaza de Mayo, que exigían información sobre sus seres queridos desaparecidos, fueron arrestadas, torturadas y asesinadas luego de reunirse en esta iglesia. Entre las víctimas se encontraban las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, que fueron secuestradas y luego asesinadas. En total, al menos 22 franceses figuran entre los muertos o desaparecidos en dictadura.
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Milei se lució en el juego de poder del G20
A pesar de haber firmado la declaración final del G20, Milei explicó a los demás jefes de Estado que no estaba de acuerdo con varias partes del texto y afirmó que su país no hizo respetar sus límites para la elaboración del documento.
“A Argentina le preocupa que no se hayan respetado sus límites, que son fundamentales para el funcionamiento del consenso. Pese a ello, Argentina no se desvincula del G20, sino que busca fortalecerlo, con su ejemplo de no obstaculizar la declaración de los líderes”, afirmó el presidente. En el discurso, Milei afirmó que la adhesión de su país a la declaración final del grupo se enmarca dentro de los términos de su presentación oral, expresando sus desacuerdos con el texto, que afirmó que siguen siendo “límites”.
Uno de los pedidos del argentino fue la eliminación de las expresiones “desinformación y discurso de odio” del apartado en el que los países del G20 llaman a la responsabilidad digital. “Es de singular importancia la libre expresión de ideas a través de la prensa y plataformas digitales que ya han sido censuradas por varios Estados”, expresó.
“Cualquier calificación formal de la información podría constituir censura, salvo que se trate de un delito, en cuyo caso deben determinarlo jueces independientes”, argumentó. Milei también cuestionó lo que definió como la “implementación de la Agenda 2030”, diciendo que considera que aspectos del programa de las Naciones Unidas con objetivos para el desarrollo sostenible “afectan la vida, la libertad y la propiedad de las personas”. Otro punto criticado por Milei es la mención de los superricos, a quienes los países del G20 afirman que quieren que se les “graven efectivamente”. Para la administración argentina, la mención genera “consecuencias negativas” sobre la acumulación de capital y, como consecuencia, sobre el “crecimiento económico”.
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Además, el libertario afirmó que la referencia a estos contribuyentes es “discriminatoria” e implica “un trato desigual ante la ley”. Finalmente, el presidente argentino también enfatizó que su país entiende la palabra “género” de acuerdo con el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, y “no apoya ningún tipo de discriminación positiva, ya que viola la igualdad ante la ley y vulnera los derechos de las personas y otros grupos”.
El Estatuto de Roma define “género” como una referencia a dos sexos, masculino y femenino, sin dejar lugar a otras interpretaciones.