Diputados ratificó, con 143 votos afirmativos, los cambios realizados por el Senado y sancionó de manera definitiva la implementación de la Boleta Única de Papel. El nuevo instrumento electoral comenzará a utilizarse a nivel nacional en las elecciones legislativas del año que viene. El oficialismo se anotó una victoria pero el triunfo de fondo fue del PRO y de la UCR. En las elecciones del año pasado, sólo imprimir boletas le costó al Estado más de $100 millones.
La Cámara de Diputados sancionó en las últimas horas el proyecto de Boleta Única de Papel con el modelo que se utiliza en Mendoza, donde las categorías a elegir figuran en la franja horizontal y las agrupaciones políticas, en la vertical, con los caras de las dos cabezas de lista.
De esta manera, la boleta será apaisada, porque siempre la cantidad de alianzas electorales supera con creces a los cargos a elegir. El debut del sistema será en las próximas elecciones legislativas, cuando en 16 provincias sólo se elegirán miembros para Diputados y en las ocho restantes también se votarán tres bancas para el Senado. Como la boleta no tendrá el casillero para votar lista completa, por presión de los partidos provinciales, en el Congreso mirarán con atención si en las provincias en que se eligen dos categorías no hay voto en blanco en alguna de ellas. En ese caso, podrían impulsar una ley para que se pueda votar toda la oferta de un partido político.
Además: Una universidad no arancelada no contribuye, sino que contradice, la igualdad de oportunidad
El Gobierno, a través de la Oficina del Presidente Javier Milei, celebró que este instrumento electoral comience a utilizarse a nivel nacional en los comicios del año entrante. “Pone fin a un sistema que beneficiaba la casta”, aseguraron. A su vez, indicaron que, de ahora en más, la Boleta Única de Papel “será el sistema que los argentinos utilizarán para elegir a sus representantes en la nueva Argentina que propone el Presidente Javier Milei por los próximos 100 años, donde la trampa y el fraude electoral no dominarán el proceso político”.
“En la nueva Argentina, sin inflación, con una economía ordenada y sin déficit crónico, con un modelo de seguridad que combata el delito y un sistema judicial que termine con la doctrina en favor de los delincuentes, habrá un sistema de votación a la altura de las circunstancias”, termina diciendo el comunicado.
Durante las PASO del año 2023, Visión Liberal realizó un extenso artículo donde ponía en detalles los gastos que suponían para el Estado la impresión de las cientos de boletas diferentes. Según datos, el gasto fue de $103.351.271, para cada una de las alianzas que presentó precandidatos presidenciales.
Antes de la aprobación de esta ley, la cantidad de boletas que realmente se utilizaban era muy inferior al total de las impresiones, por lo que había una gran cantidad de dinero que se perdía.
En aquella ocasión, la fuerza más votada, “La Libertad Avanza” (LLA) obtuvo 7.116.352 votos (según el escrutinio provisorio de la DINE). Por lo tanto, cada voto de la LLA terminó costando $14,52 por cada uno de ellos. En segundo lugar, aparece “Juntos por el Cambio” con 6.698.029 votos, lo cual implicó un costo de $15,42 por cada una de sus boletas y muy cerca, “Unión por la patria” con un costo de $16,00 por cada uno de sus 6.460.689 votos. Muy por detrás, se situó el “Hacemos por Nuestro País” y el “Frente de Izquierda y de trabajadores”, con un costo de $113,89 y $164,34 por cada uno de los votos obtenidos.
Además: Cómo cambiar un sistema electoral que tiene más de medio siglo
A partir de allí, se encontraba el corte de las fuerzas que no superaron el umbral de 1,5% por lo que el salto fue importante y las diferencias significativas. En cuanto a la fuerza más votada de este grupo, “Principios y valores”, obtuvo 183.135 votos, dando como resultado un costo de $564,35 por cada uno de ellos. Mientras que la fuerza menos votada de esas elecciones con 11.982 votos, la cifra ascendió a los $8.625,58.
Sin lugar a dudas, es sano para el sistema democrático que las agrupaciones cuenten con los recursos suficientes para garantizar su oferta electoral a los votantes. No obstante, aquel régimen presentaba enormes ineficiencias, las cuales se podían solucionar utilizando otros métodos como la boleta única de papel. Así, se reduciría significativamente los recursos destinados a la impresión de boletas partidarias y le permitiría al Estado, a partir de ahora, ahorrar gran cantidad de recursos.