El Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, ganó -de manera histórica- las elecciones nacionales de Austria, pero es probable que tenga dificultades para encontrar socios que le permitan formar una coalición de gobierno. El FPÖ ganó el 28,8% de los votos, superando al gobernante Partido Popular conservador (OVP) en el segundo lugar con el 26,3%, según resultados casi completos.
Esto marca un giro realmente inesperado hace apenas pocos años: es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un partido arraigado en la ideología nazi prevalece en una elección nacional.
El FPÖ, que se opone a la inmigración y es partidario de Rusia, obtuvo un récord del 29% de los votos, casi duplicando el número de votos obtenidos en las últimas elecciones, según resultados preliminares, y se sitúa unos tres puntos por delante del Partido Popular Austríaco (ÖVP), de centroderecha, que actualmente lidera el gobierno. El ÖVP sufrió una pérdida récord y acabó con el 26%.
“Los resultados no podrían haber sido más claros”, dijo Herbert Kickl, líder y principal ideólogo del FPÖ, a la televisión pública austriaca, insistiendo en que su partido debería liderar el próximo gobierno. Sin embargo, todos los demás partidos del país han rechazado formar una coalición con el FPÖ, fundado en los años 50 bajo el liderazgo de un exdiputado nazi. Su líder, Herbert Kickl, es también una figura provocadora y polarizadora, que detesta rotundamente a los líderes de otros partidos.
“Hemos escrito juntos un trozo de historia”, dijo Kickl, de 55 años, a los entusiastas seguidores en Viena. “Hemos abierto una puerta a una nueva era”, agregó. Recordemos que en Alemania, hace menos de un mes, la ultraderecha del partido AfD, heredera política del nazismo, ganó con comodidad en Turingia y Sajonia, arrojando datos preocupantes sobre el nuevo renacimiento de la ultraderecha.
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Sobre las elecciones en Austria, Thomas Hofer, analista político de AFP remarcó: “Esto es ciertamente un terremoto y envía una onda expansiva a todos los demás partidos”.
Los líderes del FPÖ, entre otras cosas, consideran al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha desmantelado sistemáticamente las libertades democráticas en su país, como un modelo y han prometido seguir su ejemplo. Si el FPÖ logra construir una coalición, la Unión Europea se enfrentaría a un bloque populista euroescéptico que incluiría a Austria, Hungría y Eslovaquia, y posiblemente a la República Checa después de una elección allí el año próximo.
El FPÖ, fundado en la década de 1950 por ex miembros de las SS y otros veteranos nazis, presentó en estas elecciones una plataforma anti-extranjera y prometió erigir una “Fortaleza Austria” para mantener alejados a los inmigrantes. Kickl prometió a los votantes que si le daban la victoria, serviría como su Volkskanzler , o “canciller del pueblo”, un apodo usado alguna vez por Adolf Hitler. Aunque el partido minimiza su pasado nazi y busca presentarse como una alternativa anti-establishment a la corriente dominante de centro-derecha e izquierda, utiliza regularmente tropos fascistas antisemitas.
Para salir lo más rápido posible del shock, algunos observadores ahora creen que es más probable que se forme una coalición tripartita entre el ÖVP, los socialdemócratas y el liberal NEOS (excluyendo así al FPÖ), aunque dicha combinación podría resultar inestable, dado que cubriría la división ideológica.
“Quiero advertir que no se debe ignorar la voluntad de millones de personas”, advirtió Kickl en un debate posterior a las elecciones con otros líderes del partido en la televisión austriaca. Aunque el resultado del FPÖ fue ampliamente anticipado en las encuestas , fue un triunfo para un partido que parecía al borde del colapso hace apenas cinco años cuando se vio envuelto en un escándalo de gran alcance.
Aunque el llamado asunto de Ibiza (desencadenado por un vídeo secreto en el que el entonces líder del FPÖ hablaba de intercambiar favores políticos por dinero) sigue ocupando los tribunales austriacos, el FPÖ logró reconstruirse rápidamente bajo el liderazgo de Kickl.
Lo cierto es que el euroescéptico Partido de la Libertad promete erigir una “Fortaleza Austria” y afirma que el resultado electoral le da derecho a liderar el próximo gobierno del país.
Con información de Político, Aljazeera y AFP.