En 1891, el gobierno de Carlos Pellegrini sancionó la ley 2802 que permitió comprar un lote de fusiles Mauser. En la década del ’70, se donaron padrillos y yeguas pura sangre a los presidentes de Perú, Juan Velazco Alvarado y de Paraguay, Alfredo Stroessner. En la Argentina, gobernaba Alejandro Agustín Lanusse. También durante esa gestión se compró cristalería y vajilla de porcelana para la Quinta de Olivos.
En 1926, el radical Marcelo T. de Alvear autorizó la compra de tres cruceros, seis destructores y seis submarinos. En 1955, Juan Domingo Perón dictó el Decreto “S” –secreto- para cubrir gastos especiales y operaciones de inteligencia. Ese año fue derrocado. Hacia 1941 se dispusieron expropiaciones de terrenos para construir instalaciones militares. En sus dos primeras presidencias (1946-1955), Perón también dispuso la fabricación de armas para exportación.
Horas antes del desembarco argentino en las islas Malvinas, en abril de 1982, la ley 22.559 autorizó al Ejecutivo a constituir teatros de operaciones y gobernaciones militares. Un escrito de la Justicia aventura que se usaron fondos reservados para la movilización y la reconquista, que duró hasta la derrota frente a los ingleses, el 14 de junio.
¿Qué tienen en común todas esas acciones “oficiales”? Que se hicieron gracias a leyes secretas, es decir, que no fueron abiertas al conocimiento de la ciudadanía. Hay otras treintena de leyes usadas para comprar armamentos, otras para servicios de inteligencia y para manejo de fondos del Estado. Todas secretas. Todas ocultas. Todas “misteriosas”.
Justamente ese será el tema que hoy abordará Javier Romano, secretario parlamentario de Repúblicanos Unidos, para desnudar una práctica común pero anticonstitucional de los gobiernos. Prácticas que perduraron hasta 2006, año en que explícitamente fueron prohibidas
Lanusse fue el presidente que más abusó de este recurso, con 45 medidas, incluidos ascensos post mortem de militares. ¿Dónde están esos pliegos? ¿Se mantienen en el Senado, representando también la memoria histórica que, nos guste o no, tenemos? ¿Hubo alguna vez control parlamentario sobre estas leyes? ¿Qué diferencia existe entre una ley secreta y un decreto?
Todas son preguntas que se podrán realizar hoy al expositor Javier Romano, quien estará en la Legislatura porteña “Descubriendo las leyes secretas de la Argentina”. Una mirada interesante y poco explotada de la Argentina, dentro del ciclo de claras de Fundación Apolo.
¿Te interesa?