Como un corsi e recorsi eterno, el presidente Javier Milei regresó por sexta vez en su mandato a Nueva York para repetir rituales cargados de simbolismos. Lo primero que hizo fue visitar El Ohel, la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, conocido como el rebe de Lubavitch. Se reunirá por tercera vez con Elon Musk, quien ejerce una atracción particular en Milei. Y hoy repitió un rito que ya hicieron dos presidentes argentinos: tocar la campana de apertura del New York Stock Exchange. Se trata de la campana de apertura de las operaciones bursátiles de Wall Street, rito que también cumplieron Néstor Kirchner en 2006 y la entonces senadora y primera dama Cristina Kirchner.
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Simbolismos aparte, la visita de Milei a NY tiene como dato central el discurso que dará en la Asamblea General de la ONU, donde la Argentina se desmarca de la Agenda 2045, conocida como “Pacto Futuro” y para la que el gobierno argentino no es más que la extensión de la vapuleada Agenda 2030.
Una de sus primeras actividades en Nueva York fue un desayuno con el economista Alberto Ades, managing director de NWI Management, y quien antes pasó por Goldman Sachs, Citi y Bank of America.
De ese encuentro participaron la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el embajador argentino en Washington, Gerardo Werthein, y el asesor presidencial Demian Reidel. La charla recorrió la realidad política y económica de Estados Unidos y la Argentina.
Hoy al mediodía, Milei se verá con Musk y, por la tarde, dará otra presentación, cerrada, en el Council on Foreign Relations (CFR), un prestigioso think tank especializado en la política exterior de Estados Unidos y las relaciones internacionales.
Paralelamente, Luis Caputo se entrevistará con potenciales inversores en un almuerzo organizado por el banco JP Morgan.