Entrevistado por el diario La Tercera de Chile, el escritor y activista liberal chileno, Axel Káiser, es brutalmente sincero en su definición de la sociedad argentina: “Es completamente buscadora de renta corrupta”, asegura. Tampoco duda al definir los problemas (elevadísima inflación y pobreza, entre una amplia variedad de desafíos) que heredó Javier Milei. Dice que el Presidente tiene mucho de “genio” y poco de “loco” más allá de su temperamento volcánico y excéntrico. Elogia la decisión de nombrar como viceministro a su compatriota José Luis Daza y destaca la figura extraordinaria de Alberto Benegas Lynch (h) en su batalla cultural. Káiser analiza cómo procesan en Estados Unidos y Europa el fenómeno Milei.
LT: Vienes llegando de México, pero me estabas contando que también pasas mucho tiempo en Estados Unidos… Axel Kaiser, ¿Cómo estas?
AK: Contento de estar aquí. Sí, sobre todo antes pasaba mucho en Miami. También un tiempo lo pasé en California. Tuve el visiting scholar invitado en la Hoover Institution por Neil Ferguson en Stanford. Pero claro, vino la pandemia y me arruinó los planes. Pero después seguí yendo a Miami.
Tengo grandes relaciones ahí, mucho que hacer.
LT: Miami uno se lo imagina como playa, sol y compras. Pero hay una actividad cultural muy fuerte, como la financiera y otras cosas.
AK: Es que ha habido una migración muy fuerte de Nueva York, especialmente durante la pandemia. Porque Florida no cerró. Ron DeSantis se dejó asesorar por los redactores de la Great Barrington Declaration, que fue muy polémica. Pero eran estos profesores de Harvard, Oxford y Stanford que decían que las cuarentenas eran absurdas, que fue la posición que yo representé en Chile como única voz durante el gobierno de Piñera.
De hecho, Ron DeSantis emitió un decreto que prohibía el cierre de negocios en todas las localidades de Florida. Tenían que seguir funcionando. Y Florida, el segundo estado con más gente longeva en Estados Unidos, ves que la tasa de mortalidad por el COVID ni siquiera en la medianía de la tabla de cantidad de muertos, comparado con otros estados que hicieron mucho más cuarentenas y cosas así. Ese es un tema.
Pero el otro, los impuestos. O sea, Florida no tiene impuesto estatal. En Nueva York te matan con impuestos. California te mata con impuestos. Entonces estás teniendo una migración muy fuerte. En el caso de California, sobre todo, es a Texas, Montana. O sea, se van los demócratas de los estados que les cobran altos impuestos a los estados republicanos.
LT: ¿Deberían votar más a los republicanos?
AK: De hecho, hay carteles en algunos de estos estados que dicen a los demócratas, por ejemplo, “bienvenido a Florida, no vote por aquello que te fuiste”. Ahora lo llaman los ‘purple states‘, porque el rojo es el color del partido republicano, el azul el color del partido demócrata. Entonces, cuando tú lo mezclas, te queda una cosa media morada. Están en una discusión interesante. Esta migración que hay de estados demócratas hacia estados republicanos va a ir cambiando la fisionomía electoral de su estado. Porque la gente, no porque se va de Nueva York, deja de votar demócrata. Lo que no quieren es que con su ideología, que ya arruinó sus estados, así lo ven, vengan ahora y arruinen estos estados.
He pasado mucho en Florida también por esa razón.
LT: Lo último que supimos de ti es que te entrevistó nada menos que Jordan Peterson en su podcast que tiene, escuchen bien, ocho millones de seguidores. Peterson estuvo acá (en Chile) también, ¿no?
AK: Sí, estuvo hace como dos meses.
LT: Yo estuve mirando la entrevista, me encantó. Un tipo fascinante, me imagino.
AK: Es un tipo muy interesante. Fue calificado por el Wall Street Journal como la intelectual más influyente de occidente. Yo creo que eso es verdad, por lo que dices tú, la cantidad de seguidores, ocho millones de suscriptores en YouTube.
LT: Tiene este libro de las doce reglas de la vida…
AK: Sí, un best-seller en muchos idiomas. Ahora, él se hizo famoso porque en Canadá, cuando la izquierda, el gobierno de Trudeau, propone una ley que te censura y te sanciona si tú no te refieres a las personas que se identifican con un cierto pronombre por ese pronombre, él se opuso a eso. Entonces, lo invitaron a testificar al Congreso y él se opuso. Y ahí saltó a la fama. Él era un profesor de psicología clínica de la Universidad de Toronto. Se hizo famoso porque él dijo, “no, la libertad de expresión es sagrada, a mí no me pueden llevar preso, porque yo me niego a reconocer que un hombre que sea mujer es mujer”. Independiente que uno esté de acuerdo o no con esa posición, el principio de libertad de expresión me parece correcto a mí. Él se catapultó como la figura anti-Woke, anti toda esta corriente progresista, identitaria.
LT: Y es bastante grande, parece, porque mira los seguidores que tiene, llena espectáculos, etcétera.
AK: Sí, bueno, y después hace una entrevista con Cathy Newman en Inglaterra. Esa tiene como 20 millones de vistas en YouTube, creo yo. Que esa fue donde ya él se consolidó, porque la mujer fue tan sesgada, este típico periodismo activista izquierda duro, y él contestó de manera tan magistral y tan tranquila que se viralizó. Y a la gente que no la ha visto, se la recomiendo verla en YouTube.
LT: Yo tenía un especial interés en tu conocimiento de Argentina. Vimos hace unos días que tenemos un chileno, José Luis Daza, que yo encuentro que hay dos cosas interesantes en el nombramiento de José Luis. La primera, no había escuchado que esta idea de tener a los mejores incluyera extranjeros. Ya me imagino la polémica que se abriría en Chile si uno pone un argentino en algo. Y lo segundo es que Daza dice, en su agradecimiento, que es un placer participar de una de las revoluciones de la libertad más importantes que se están haciendo en el mundo. ¿Tú estás de acuerdo con eso?
AK: Estoy absolutamente de acuerdo. Yo creo que no hay un caso de un Estado que haya estado más atrofiado por el parasitismo colectivista, keynesiano, todas las cosas que habla Milei todo el tiempo. Porque en realidad, Argentina es lo que en inglés se llama la rent-seeking society. Es una sociedad completamente buscadora de renta corrupta, está en el índice de libertad económica entre los últimos 10, 15 países del mundo, o 20 países del mundo. Todos lo sabemos. Y el problema de Argentina no solo son las reformas económicas, que por sí son complicadas, y la situación al borde de la hiperinflación, etcétera, y con un 50% pobreza, sino que es el tema político. Recuerdo haber conversado con mucha gente, muchos amigos míos acá en Chile, economistas de primera línea, decían “esto es imposible, no se va a poder hacer”. Primero no creían que Milei iba a ganar, pero después cuando ganó, le daban 90 días
“Milei es un intelectual, que no es ningún otro, yo diría, presidente de occidente que sepa hoy en día“
LT: Seis meses, ¿no?
AK: Sí. Lo que parece un milagro en realidad es esta terapia de shock, que efectivamente ha sido shock, porque tenía una inflación de 25% cuando asumió Milei, y en un par de meses ya está en 4% mensual. Sigue siendo alto, pero la diferencia es enorme. Hubo superávit fiscal desde el primer mes, logró pasar el DNU, el decreto nacional de necesidad y urgencia, que sigue vigente, no lo volteó el Senado, no pudo, y después le pasaron la Ley Bases, no como él quería, pero le pasaron una parte. Además de no tener él mayoría en la Cámara. Pero, ¿qué es lo que pasa? Tiene una popularidad cercana a 60%.
LT: Que es la misma que con la que entró. No ha perdido pese a todo esto.
AK: Yo creo que es importante, y he dado algunas charlas para bancos de inversión extranjeros explicando esto, porque, de alguna manera, yo he estado involucrado en el proceso que ha existido.
LT: Tú eres relativamente amigo de Milei…
AK: Sí. Tengo una relación de amistad muy cercana. Desde antes de que fuera presidente. Desde mucho antes, incluso, que fuera una figura tan conocida, porque, y yo recuerdo, nos juntamos, no sé si 6, 7 años atrás, por ahí en Buenos Aires, a tomar un café, él andaba con uno de mis libros, La Fatal Ignorancia, un amigo en común organizó esta reunión, yo se lo firmé, le había influido mucho, de hecho, después lo mostró en televisión, y decía, mira, esto es lo que pasó en Chile.
LT: ¿Podemos decir que tú eres el mentor de Milei?
AK: Bueno, no, nunca tanto. Pero yo tuve alguna influencia en su forma de ver la batalla cultural, que para él es muy importante. Y eso tiene que ver. Yo esa batalla la estaba dando, tú sabes, acá en Chile hace mucho tiempo, pero también en Argentina y otras partes de América Latina. Tengo muchos seguidores en Argentina. Y para Milei la clave era transformar primero el conjunto de creencias, sobre todo entre la gente joven. Si miras el resultado de la elección, Milei saca casi un 70% entre 16 y 24 años.
LT: Su base de apoyo es esa…
AK: Exacto. Entonces, lo que él hace es llevar a un nivel, yo diría, galáctico, toda esta revolución liberal que estábamos haciendo otras personas, entre las que estaba Alberto Benegas Lynch, que llevaba hace mucho tiempo, y otros más en Argentina, con su temperamento, su carisma tan especial, su irreverencia e insolencia, incluso, digámoslo, y su claridad analítica. Porque si hay una persona brillante, es Milei. De hecho, cuando yo discutía con amigos míos acá en Chile, de centro-derecha, economistas liberales, que no les gustaba el estilo, decían, “no, pero es que, ¿cómo puedes apoyar una cosa así?” Primero, yo decía, es Argentina, no es lo mismo que acá. El estilo es necesario para hacer los cambios. En segundo lugar, me decían, “no va a poder armar equipo”. Yo respondía, pero si este es un tipo brillante, yo lo conozco, obvio que va a poder armar equipo. ¿Y qué pasó para la segunda vuelta? De lo más que se abuenó con Macri, con Patricia Bullrich.
LT: Tú dices, es un tipo brillante, o sea, porque es cierto que Milei tiene una forma, que al menos en Chile sorprende. O desagrada a algunos, incluso. Es como desordenado, es de la pinta que tiene, ¿no es cierto? Canta en los estadios, es duro para hablar. Pero tú cuando lo conoces te das cuenta de que hay algo en él, que es un tipo bastante brillante.
AK: No, es un tipo, yo te diría, medio genio. A veces uno dice un medio genio loco, digamos, porque es muy, yo diría excéntrico, pero de loco no tiene nada. Pero es excéntrico, es un economista de tomo y lomo. O sea, cuando tú ves el análisis hacia atrás, haciéndose conocido antes de entrar en política, todo lo que él predijo, y que se reían en su cara, era una cosa impresionante. Todo lo predijo y pasó tal cual. Y eso le dio mucha credibilidad. Pero aparte Milei es un intelectual, que no es ningún otro, yo diría, presidente de occidente que yo sepa hoy en día. Milei escribió libros, hace estudios, conoce la literatura económica al revés y al derecho. No solo la neoclásica tradicional, sino que también la escuela austríaca de economía, que es la que más lo ha influido a él. Von Mises, Hayek, Rothbard.
LT: ¿Como a ti?
AK: Sí, como a mí. Pero él conoce, obviamente, el detalle de, al menos la economía neoclásica y todas las ecuaciones, porque él, además, es matemático. Él presentó mi libro El Economista Callejero en Argentina. Lo presentamos juntos antes que él fuera presidente. Y me dijo “hice todo lo que tú dijiste”.
LT: ¿Y él es matemático?
AK: Sí. Él entiende, él sabe economía matemática, de esa línea.
LT: Yo no sabía que tenía esta fase tan académica Milei.
AK: Sí. Lo que pasa es que él hacía clases de economía, partió como un economista tradicional, mainstream, y después se fue volviendo cada vez más libertario. Y también trabajaba en el sector privado, no se dedicó 100% a la escritura de papers y todas esas cosas. Pero sí ha escrito varios libros. Y eso ha sido muy importante para generar también un corpus de ideas para la gente joven y el resto que le permita como plataforma a él posicionarse y posicionar su proyecto filosófico, político. Porque no es un proyecto económico en primera instancia, es uno filosófico. Y él ha sido bien enfático en esto.
LT: ¿En qué sentido?
AK: En el sentido de que él ha hecho el argumento de la moralidad del capitalismo mucho antes que el tema de la eficiencia. Por ejemplo, Milei es una persona que cree que los impuestos son inmorales y que, por lo tanto, tiene que reducirlos a la mínima expresión posible. Yo pienso lo mismo. Pero cuando tú hablas con economistas neoclásicos, no piensan eso. Hablan de eficiencia nada más. Dicen, “no, mira, lo podemos subir un poquito más el impuesto a la renta y qué sé yo, para el gasto, el equilibrio fiscal, todo lo demás”. No. Él dice, “tiene que ser lo más pequeño el tamaño del Estado”. Y él habla de la superioridad moral del capitalismo.
“Si esto termina saliendo bien [el modelo Milei en Argentina] y todo indica que va en un buen camino, va a cambiar el paradigma de la discusión en todo occidente“
Tiene una charla sobre eso famosa en YouTube y lo dice en todas partes. Y dice que lo otro es un sistema inmoral, indecente, que es un sistema parasítico.
LT: Y usa esas palabras…
AK: Sí, usa esas palabras. Entonces, él entendió esta cuestión, que yo la veo también, diciendo en Chile hace mucho tiempo que no importa tanto que sí es relevante el argumento técnico, sí, muy relevante, sino que convencer a la gente que un sistema es más justo, más ético, más moral y, por lo tanto, más deseable, cuando es más libre. Y eso conecta también con las emociones de la gente. Porque te da una épica revolucionario el argumento moral a favor de algo. Acá lo vimos del lado izquierda con el tema de la desigualdad y “el sistema tan injusto”. Lo hicieron parecido del otro lado. Lo que logró Milei y lo que logramos los que estuvimos con él es una transformación de mentalidad muy profunda, cultural.
En Argentina hay muchos que decían, “no, es que la gente se cabreó con la corrupción y el desastre de Fernández y Kirchner”. No, no, no. Ese es una parte del tema. Pero el gran apoyo viene de gente que ya no va a ser peronista. Se cambió esa mentalidad. Ahora son libertarios. Y lo cool y lo sexy y lo entretenido es el libertario. Y todo ese rock de Milei que sale cantando y su obra de teatro, sus perros, que el sexo tántrico, todas esas cuestiones son parte de una filosofía que estaba demasiado anquilosada en figuras más viejas, que la presentaban de manera muy conservadora.
LT: Sí, porque si uno mira a Macri comparado con Milei…
AK: Pero es que además Macri no entiende la filosofía liberal en profundidad. No es que no lo sea, pero no la entiende.
LT: Dada tu relación con él antes y después, ¿tú sigues colaborando de alguna manera?
AK: Yo estoy en contacto con él, ayudo en todo lo que puedo. Sobre todo en la batalla de las ideas, el frente cultural. Obviamente, como amigo.
LT: ¿Vas a Buenos Aires?
AK: De repente conversamos. Sí, yo voy a Buenos Aires. Tampoco es un misterio que él ha compartido cosas mías en sus redes sociales. Lo hace públicamente.
LT: ¿Tú no irías a trabajar con Milei?
AK: Si me lo pidieran y yo fuera un aporte imprescindible para que a Argentina le vaya bien, que para mí es lo más importante que está pasando en el mundo occidental hoy día, lo de Argentina.
LT: ¿Así de importante?
AK: Sí, yo estoy de acuerdo con José Luis Daza. En una conversación me lo dijo Neil Ferguson también. Me dijo, “lo que está enfrentando Milei es incluso más difícil que lo que le tocó a Margaret Thatcher en Inglaterra“. Por la realidad política argentina y el simbolismo de un país como Argentina, que es el ejemplo de texto de lo que no hay que hacer nunca, ¿no?
Si a ellos les va bien con libertad, imagínate lo que significa.
LT: Ahora, dos cosas. Estuve en Nueva York y me decían que el relato argentino está llamando la atención en todas partes, que es lo mismo que tú estás diciendo. Tú dijiste, es interesante, la mayor parte de los economistas más clásicos creían que no les iba a resultar. Y esos economistas se han ido trasladando sus palabras a poco. Otros pensaban que incluso iban a matar a Milei. Pero lo único claro es que no daban ningún escenario, salvo personas como tú decían.
Le está resultando más de lo que todos pensaban, ¿no?
AK: Le está resultando más de lo que todos pensaban. Para serte franco, a mí no me sorprende tanto, porque yo di charlas con él en Argentina antes de que él fuera candidato presidencial. Yo veía eso que los analistas políticos ven las encuestas no más y dicen, no, Trump no va a ganar. ¿Te acuerdas con Hillary que no había ni un analista político que decía Trump iba a ganar? Casi ninguno. Bueno, con Milei pasaba lo mismo. Y él, la efervescencia que generaba, yo estuve ahí y yo la vi. Yo vi cómo movía miles, decenas de miles de personas. Era un fenómeno. De esos que el análisis económico no te puede dar cuenta. Y a mí lo que me pasa con muchos de mis amigos economistas es que no manejan dimensiones más allá de los cálculos de la economía. Como decía Hayek, el que es un economista solamente no puede ser ni siquiera buen economista. Entonces, ¿qué pasa? Que hoy día en las escuelas de economía te entrenan solamente en cosas muy reduccionistas técnicas.
LT: O como decía Adam Smith también.
AK: Sí, bueno, Adam Smith era un filósofo moral, un teórico social, era todo. Entonces, la economía política, que es la escuela de Hayek y de toda esta gente que integra dimensiones históricas, culturales, sociológicas y todo, se escapa de muchos de los economistas y analistas de ciencia política igual.
LT: Ahora, no te voy a preguntar porque nadie sabe lo que va a pasar con Argentina. Pero dos cosas. Uno, es, como dice probablemente, la transformación más importante que está pasando para el mundo liberal hoy día en el mundo. Y en segundo lugar, ¿qué sería bueno que les resultara?
AK: Sería fantástico. Soy de la tesis, a ver si se confirma en un par de años más, podemos volver a hablar, de que si esto termina saliendo bien y todo indica que va en un buen camino, va a cambiar el paradigma de la discusión en todo occidente. No va a ser solo en América Latina, sino que en todo occidente. Porque tú tienes problemas similares, tal vez no del mismo grado, en muchos países. Estados Unidos tiene un nivel de deuda inmanejable. Está acumulando deuda de un trillón cada tres meses.
LT: Tiene la capacidad financiera, ¿no?
AK: Sí, porque pueden emitir su propia moneda. Pero ya eso tiene un límite y ya están muchos hablando, tanto demócratas como republicanos, que esto no puede seguir. Entonces, si Argentina, con lo podrido que estaba, logra salir del fango y le funciona además esta ortodoxia monetaria, el liberalismo y todo lo demás, yo creo que se va a utilizar de ejemplo de casos de texto en todas partes.
LT: Claro, porque Argentina es un país curioso. Hay un libro que se llama El atroz del encanto de ser argentino, que es una cosa rara, ¿no es cierto? Porque es un país muy vistoso. Es distinto a Chile.
Chile, cuando tuvo su milagro económico, era Chile, un país chico, nadie lo conoce, a nadie le importó demasiado, ¿no es cierto? Argentina es un país muy conocido. O sea, es el campeón del mundo. Donde vas tú, hay argentinos. Por lo tanto, lo que hace Argentina es como importante, tiene un status mundial.
AK: Sí, claro. Tiene un estatus y tiene una envergadura además mayor que la nuestra en términos de producto, geográfico, etcétera, ¿no? Y, bueno, tiene más habitantes y tiene representantes en todos lados. Los argentinos destacan en todo tipo de cosas, donde otros latinos no destacamos, por lo menos no en el mismo nivel. No solo en deporte, que el polo, que el fútbol. La cultura, el tango, esto, lo otro. Entonces, es un país muy interesante para extranjeros. Y además fue, no nos olvidemos, en el siglo XIX, y esta historia se está empezando a entender afuera, tuvo el ingreso per cápita más alto del mundo, 1895, 1896. Y no era solamente el tema de que exportaban granos.
Hay un economista argentino, Ezequiel Gallo, que ha hecho la investigación y te muestra que también era producción industrial, que estaba creciendo a niveles del de Japón, de Alemania. O sea, era un país potente y después, bueno, se arruinó. Entonces, también hay mucho interés de que si esto le va bien, puedes ganar un montón de plata.
LT: Y yo creo, bueno, estaba pensando que tú te vas a ir a vivir a Argentina en un momento dado. Yo me iría, con o sin Milei, pero con Milei más todavía. Estaba pensando que a quién mejor le puede hacer esta Argentina es Chile, ¿no?
AK: Yo creo que va a tener un impacto enorme, sobre todo, porque va a ser difícil acá, políticamente, defender un modelo como el que estamos teniendo cada vez más estatista, donde la regulación es insoportable. Todo el mundo lo dice, los impuestos son altísimos, etcétera. Y donde se taló el diagnóstico, el problema era el neoliberalismo, entre comillas. Si Argentina, aplicando una política ultra libertaria que viene a la mano de un presidente que es lo más radical en materia de libre mercado que haya conocido, probablemente en la historia de la humanidad, porque ni Reagan era así de radical.
LT: ¿No?
AK: No. Milei es un anarcocapitalista, él se define como alguien que odia al Estado. Y ahí te lo dice, no es que yo lo estoy diciendo, lo ves en televisión. “Yo odio al Estado, por mí que el Estado no exista”, dice. Entonces, claro, él va a hacer todo lo que pueda por reducir lo máximo posible el tamaño del Estado. Yo creo que si tiene mayoría en el Parlamento el próximo año, que es lo más probable, así como van las cosas, va a volar. Y van a llegar inversiones de miles de millones de dólares. Imagínate las reservas que tienen en Vaca Muerta, gas natural, petróleo, litio.
LT: Bueno, acá van a aprobar un proyecto minero en el norte, BHP, en Tropo. Ya se están metiendo en todo. Interesante de Milei también su gira al exterior, me parece. Vino a Chile y no se juntó con casi con ningún presidente, él se junta con empresarios.
AK: Sí. Creo que trascendió que había querido juntarse con Boric y no lo recibió porque dijo que tenía problemas de agenda, lo que era mentira.
“Es algo curioso lo que está provocando Milei. Porque si otras personas venían con discursos de agresión a favor del mercado de mundo desarrollado, tal vez no lo tomarían igual“
LT: Probablemente Boric se fue a la Casa Blanca… pero ha hecho muchas visitas no oficiales. A España ha ido cinco veces y ahí está peleado. No ha hecho muchas giras. Él tiene una visión muy privada de la política exterior también. O sea, se junta con Elon Musk, va a este campamento de millonarios que se hizo no sé dónde. Anda vendiendo a la Argentina con todo, ¿no?
AK: Sí, él entiende la importancia de que llegue capital a Argentina. Porque si no entran dólares, obviamente se va a frustrar el proyecto que él tiene, no solo de estabilización macroeconómica, sino de crecimiento económico. Y esa retórica tan, yo diría, intensa en favor de la libertad y del libre mercado, ha sido música para los oídos de un montón de empresarios en el mundo. Yo te diría de la clase empresarial casi completa. ¿Te acuerdas cuando él va a Davos y da este discurso? Después el Financial Times saca un artículo que dice, “la élite económica está enamorada de Javier Milei”. Es algo curioso lo que está provocando, porque si otras personas venían con discursos de agresión a favor del mercado de mundo desarrollado, tal vez no lo tomarían igual. Pero a él lo aplauden en todas partes. Hasta el Fondo Monetario ha aplaudido las políticas de ajuste y toda la cuestión. Y él sabe que necesita esas relaciones.
Se ha hecho, yo creo que, amigo de Elon Musk y de un montón de gente que es muy relevante para que Argentina salga adelante. Y ellos entienden, además, Andrés, esto es importante, que el éxito de Argentina sí puede ser un role model, un ejemplo, para las reformas que necesitan hacer en países como Estados Unidos, en muchos sentidos. En Estados Unidos, obviamente, también en Europa, que están anquilosados, con impuestos muy altos, con un gasto fiscal insostenible, etcétera. Entonces, no solo es un tema de, bueno, si pongo ficha en Argentina, puedo ganar mucha plata. Imagínate que Argentina creciendo 7%, ¿cómo te puede ir en los negocios? Sino que, además, hay un tema de filosófica y políticamente que es muy relevante para esta élite promercado.
LT: Y también para nosotros en otro sentido. Estamos acostumbrados a ir al lado de una Argentina pobre que no sirve para nada. En realidad, digamos, yo siempre digo, mientras mejor le vaya a nuestros vecinos, mejor. Si tú trasladas Chile a Europa, te queda perfecto. A nosotros nos convendría que Argentina, Perú, Brasil, todos fueran ricos. Y nosotros también, a lo mejor, seríamos ricos, ¿no es cierto? Si no hacemos cosas que no debemos hacer. Es un win-win para todo esto.
La prensa norteamericana fue muy crítica de Milei al principio, y se ha ido rindiendo un poco a esto, producto de los resultados, creo.
AK: Los resultados lo avalan categóricamente, es decir, un presidente que baja la inflación de 25 a 4% en un par de meses, que tiene superávit fiscal desde el primer mes, que cierra ministerios, que echa miles de empleos públicos, etcétera. Y que, además, mantiene esa popularidad, porque eso es lo otro. O sea, los argentinos entienden, tú hablas con los taxistas en Buenos Aires, donde sea, y te dicen, “es que esto es lo que tenemos que aguantar para después salir adelante”. Milei fue súper honesto. Toda su carrera, antes de ser candidato a diputado, incluso, tuvo el mismo discurso. Desde el día uno hasta que fue presidente. La gente sabía a lo que iba. Cuestión que no pasó con Macri. Hizo pedagogía.
LT: Claro, quizás tiene relación con lo que decías al principio. Milei, más que un economista, se dedicó a captar los sentimientos, las frustraciones, a difundir las ideas.
AK: Ahí estoy contento, porque creo que mi libro fue influyente en esa área.
LT: Claro, pero además, lo que tú has hecho durante mucho tiempo, ¿no es cierto? El resultado revela que, políticamente, es muy cierto. Hay una generación joven argentina que está lo más frustrada que hay Y llega un tipo y les dice, “esto es malo, esto es bueno”. Porque antes que nada, lo que les prometió fue dolor. Y ahí está el apoyo, que lo cual es una suerte milagro.
AK: Sí, es una suerte milagro, pero en última instancia, cuando tú defiendes con coraje ideas que, además, son las que funcionan, yo creo que la gente, especialmente en tiempos malos, que en Argentina era así, está dispuesta a oír. ¿Qué más iba a hacer los argentinos? Ya habían probado Macri la cosa edulcorada, no funcionó. Ni hablar con Cristina, con Alberto. Entonces, Milei al final planteó una fórmula que no se había visto en Argentina desde el siglo XIX. Tal vez, Menem hasta cierto punto, pero no tuvo esa retórica, no tuvo ese carisma, no tuvo ese mismo activismo que tuvo Milei.
Y lo otro que Milei, como es aplaudido internacionalmente, se junta con Elon Musk y se junta con Zuckerberg y hace todo esto, a los argentinos les da mucho orgullo. Si Alberto Fernández era un hazme reír.
LT: Ya sabemos a lo que estaba dedicado Alberto Fernández…
AK: Claro. Desde maltratar a su mujer a una serie de orgías en la Quinta de Olivos.
LT: Aparentemente, ¿no?
AK: No, no, no, no, no. Fue así. Muy malo.
LT: En cambio Milei, que todos encontraban que era un loco, se portó lo más bien hasta ahora.
AK: Súper ordenado
LT: Tú debes estar más contento que nadie. Has participado de cierta manera de esto y, bueno, te vamos a invitar otra vez, cuando pase un tiempo, para analizar lo que podría ser el gran milagro económico.
“Cuando tú defiendes con coraje ideas que, además, son las que funcionan, yo creo que la gente, especialmente en tiempos malos, que en Argentina era así, está dispuesta a oír“
AK: Esperemos que así sea por el bien de América Latina.
LT: Y de Argentina, y de Chile, yo creo, ¿no?
AK: Y de Chile, el nuestro, sí. Nos va a influir mucho, si le va bien a Argentina. Si seguimos con el camino que vamos, vamos a tener que emigrar todos a alguna parte. Y Argentina nos queda cerca. Entonces, si les va bien, en último caso, va a ser un buen asilo.