14/01/25

‘Bertie’ Benegas Lynch: “soy hijo de un millonario, pero de un millonario en valores”

Es nieto e hijo de la dinastía liberal de los Benegas Lynch. Su abuelo introdujo en la Argentina las ideas de la Escuela Austríaca y en 1959 propició la visita al país de Von Mises. Su padre – y su mentor ideológico-político-, creó la ESEADE -a cuyas colaciones de grado asistieron tres Nobel de Economía) y es hoy la figura archi referencial para el Presidente Milei.
Él nunca se imaginó participando en política (es más, casi siempre votó en blanco), pero Milei lo convocó para ser cabeza de la lista de Diputados por la Provincia de Buenos Aires y aceptó para ver a la Argentina honesta crecer. confiesa que no se pueden revertir “cien años de decadencia” y “cuarenta años de corrosión democrática” de la mañana a la noche.
Sostiene que el gobierno de Milei terminará cerrando el Banco Central, aunque no puede decir cuándo sucederá. Explica su filosófico – y polémico – planteo de “privatizar” los mares y sostiene que el Presidente es un gran demoledor de paradigmas. Y que la clave para luchar contra el socialismo y el estatismo es preguntar y preguntarse: “¿para qué querés gobierno?”.
‘Bertie’ Benegas Lynch. (FILO)

Visión Liberal: ¿Alguna vez te imaginaste ser diputado nacional y con un presidente liberal?

“Bertie” Benegas Lynch: No, nunca imaginé meterme en la política, ni a palos. Mucho menos en un gobierno liberal de la magnitud del mensaje y el contenido que tiene el gobierno de Javier Milei. Todos debemos tener en claro que revertir cien años de decadencia y cuarenta años de corrosión democrática (sobre todo los últimos veinte, con una aceleración fenomenal), no se revierten de la mañana a la noche.

Siempre pienso que todo se inició con el esfuerzo de mi abuelo (Alberto Benegas Lynch), quien desde 1942 trabajó muchísimo para rescatar las ideas liberales de Alberdi y al mismo tiempo introducir en la Argentina las ideas de la Escuela Austríaca, con esfuerzos que parecen de ciencia ficción: por ejemplo, trajo a Ludwig von Mises al país en 1959, todo lo que hizo con el Centro de Estudios Sobre la Libertad desde su creación en 1957 en adelante. Y después todo el testimonio y el trabajo de papá (Alberto Benegas Lynch (h)) con el ESEADE y sus profesores distinguidos, entre los que estuvieron tres Nobel de Economía (Von Hayek, James Buchanan y Vernon Smith), Vargas Llosa, Borges, Elrichnc Lepage; sus más de treinta libros y sus conferencias y tanta generosidad de parte de los dos. Un legado tan prolífico y sólido que formará esta y futuras generaciones.

Todas esa linea de tiempo ahora tiene sus frutos cuando me subo a un taxi, y cuando me reconocen, lo primero que me preguntan es: ¿Cuándo van a cerrar el Banco Central?

VL: ¿Y qué contestas?

BBL: Que sí, que se va a cerrar. Para Milei eso es innegociable. Con lo cual, eso es lo importante.

Por supuesto, eso va a llevar tiempo. Pero el foco es, justamente, como dice papá, esta “vaca sagrada” del siglo XX y XXI, que es el Banco Central, tiene que terminar. La moneda es una creación del mercado. Y por lo que significa para la economía, los megalómanos en distintas partes del mundo y en distintos tiempos manotearon eso y nacionalizaron la moneda.

El cambio de paradigma hace que ahora se diga: ¿Qué vamos a hacer si el Estado no se involucra en la moneda? Es como cuando uno va a un banco 24 horas y hay cuatro cajeros pero la gente hace fila para tres. Supones que el cuarto cajero no tiene dinero. Pero puede ser que ese cajero haya sido cargado hace muchas horas hasta que alguien se anima a probarlo. Ese es el paradigma. Lo mismo pasa con la moneda y con tantos aspectos del involucramiento del Estado donde no le corresponde. Queremos cambiar eso.

VL: La paradoja es que fue un gobierno conservador, en la década del ´30 del siglo pasado, el que creó el Banco Central de la República Argentina…

BBL: El otro día presentaba un libro que hacía una alegoría de Marty McFly (personaje de Michael Fox en Volver al Futuro) y preguntaba ¿Qué fecha pondría en el Delorean para volver atrás? Si pones 1916, que es donde empezó la decadencia con el gobierno de Hipólito Yrigoyen, y después, como decía vos, los conservadores y demás, estaríamos errando. Que se haya plasmado en la política, todas esas cosas, implica que ya hubo un germen en la opinión pública y en el cambio de paradigma de la gente en la dirección equivocada. Con lo cual la fecha habría que ponerla unos 20 años atrás, cuando la Argentina comenzó a perder esa tradición que nos hizo ser uno de los mejores países del mundo a fines de 1800 y principios de 1900, gracias a la Constitución de Alberdi.

VL: O sea, vos lo pondrías en 1905.

BBL: Claro, donde estaba el auge, donde la batalla cultural en las academias ya empezaba a germinar en la dirección contraria. Los Castros, los Chávez, los Maduros, no vienen de casualidad.

VL: Vos decís que la corriente contraria al liberalismo no surgió de “la nada”.

BBL: Exactamente. Hubo un proceso de cáncer que no se ve y la batalla cultural siempre es silenciosa.

Hay alumnos que a menudo le dicen a papá, esto de: “gracias profesor, usted me cambió la vida, porque yo era socialista hasta sus clases“. Esa batalla silenciosa de cambiar el chip de la gente. La política no cambia nada, tocas botones, para bien o para mal, pero al final reacciona a la opinión pública. El político tradicional reacciona a la opinión pública que empuja. Ya se ve. Ahora el político no habla del “Estado presente” ni de que “hay que pagar los impuestos con alegría”.

Ya se sabe que esa estupidez te hace perder votos.

VL: Tu padre dijo que a él, su padre – o sea tu abuelo- lo salvó de ser socialista. Hasta finales de la Segunda Guerra Mundial el mundo, hasta Inglaterra, de alguna manera, fue “socialista”.

BBL: Exacto. Él dice que cuando estudiaba, en sus cátedras nunca había escuchado nada sobre el liberalismo ni autores vinculados a esa posición. Reinaba la economía neoclásica y el keynesianismo.

VL: ¿Y a vos también te salvó tu padre de “la fiebre socialista”?

BBL: No. Yo tuve la ventaja que nací entre bibliotecas de Adam Smith, de Hayek y Mises. Lo que puedo reconocerle a papá, y es algo muy positivo, es que mi educación se basó en esta frase del filósofo Jiddu Krishnamurti que dice “la verdadera educación es enseñar a pensar, no enseñar qué pensar”. Papá educó a mí y a todos sus hijos con pensamiento crítico. Tuve la posibilidad de ver otros autores pero al estar tan cerca de toda la línea más vinculada a la libertad, que es intrínseca del hombre, no me moví de ahí.

Admiro los procesos de, por ejemplo, Antonio Escohotado, Vargas Llosa o Eudocio Ravines (N de R: político, escritor y periodista peruano que fue dirigente del PC de Perú y luego, desengañado, se convirtió al liberalismo) que hicieron un tránsito desde una tradición casi marxista “pone bombas” al liberalismo. Un proceso parecido, o que tiene puntos de contacto, con los jóvenes libertarios que tienen padres kirchneristas. Ese juicio crítico me parece muy constructivo y lo admiro.

‘Bertie’ Benegas Lynch junto al Presidente Javier Milei. (IG)

VL: Naciste en 1967 y te tocó ingresar a la vida política efectiva, votando, a mediados de la década del ´80 y con una fuerte impronta estatista. ¿Cómo viviste esa experiencia?

BBL: Votando en blanco, como casi toda mi vida. Pero lo vivía muy activamente. No me preparé para la política. De hecho, papá me preparó para la batalla cultural. Ahora, sin saberlo, también me estaba dando las bases para este proceso que estoy viviendo ahora. Él no desmerecía la política pero lo importante para nosotros era enfocarnos en la batalla cultural. Me enseñó que independientemente a los que nos dediquemos, tenemos la responsabilidad moral de influir en nuestro entorno para defender nuestra libertad y nuestra propiedad, porque nadie lo va a hacer por nosotros.

Uno de los problemas de la Argentina es haber abandonado eso y ser “espectadores de la realidad” cuando tenés que ser protagonista. Esa batalla cultural mía comenzó cuando tenía unos 15 años y me acerqué a la biblioteca de papá y había temas de política internacional que a mí me interesaban y no la política partidaria, que nunca participé salvo ahora. Era algo vinculado con Reagan (N de R: en 1984 el entonces presidente radical, Raúl Alfonsín, viajó a los Estados Unidos y mantuvo un áspero cruce público con Ronald Reagan) y él me dijo ¿por qué no escribís una carta de lectores? Muchas veces el adolescente dice que no por ser un esfuerzo o una exposición, pero yo me fui a mi cuarto y comencé a redactar ese texto.

VL: ¿Fue para la carta de lectores de La Nación?

BBL: No, era para La Prensa. Fue mi primera carta de lectores. Tenía la sensación de que había escrito una obra magnífica de la literatura universal, y fui a mostrársela a papá, y con mucho cariño él tachaba y me corregía. Obviamente, me hirió en el orgullo literario, pero ahí empezó la cuestión mía de escribir.

El ejercicio del debate también me resultó y se empezó a hacer hábito, al punto tal de que hoy, no te digo que me guste escandalizar, porque no es la palabra, pero me gusta, con argumentos por supuesto, romper paradigmas y estar a contracorriente.

Papá también me ayudó muchísimo con el tema de contar historias y dar discursos. Ese ejercicio del debate, la escritura ‘laboratoria’ y demás ha sido gracias a papá. Lo que no quiere decir que el producto final o lo que yo puedo dar sea óptimo.

VL: Mucho más preparado que la gran mayoría de tus colegas, hoy diputados…

BBL: Lo cual no es mucho decir (risas). De hecho la gente que a veces está desilusionada por la política y por la cosa de fondo y filosófica, yo les sugiero “olvidarse de la política” y “centrarse en los fundamentos”.

Se me viene a la cabeza una chica de Tigre que se llama Abigail Mercado que quiere participar en política y veo que tiene estas desilusiones. Le digo que lo mejor que puedes hacer es, con todo el grupo de gente que tenga y la siga, armar grupos y talleres de debates, ir construyendo argumentos. Creo que es la mejor forma de empezar. Así se van a transformar en los mejores políticos, porque van a tener los argumentos.

VL: ¿Cómo se entiende que tengas una colega diputada que asegura no saber quién fue Astiz?

BBL: Creo que lo mejor es entrevistar a las personas que estuvieron ahí para que den la devolución que tienen para decir al respecto, pero sé que para muchos fue una convocatoria, no diría engañada, pero “poco clara”. Era una cuestión supuestamente por un tema humanitario y terminaron en una recorrida insólita. Ahora, que diga que le pasó por no ser contemporánea con Astiz, es un error. Porque sino pasaría lo mismo con Perón, con Rosas o con San Martín. Creo que como diputado tenés que tener los elementos históricos y el buen costado de la biblioteca para tener la capacidad de análisis con estos temas y otros.

Aparte es una historia bastante reciente y dolorosa, que conociéndola te da los elementos también para no entrar en la variante de este fraude que se ha tomado de “Memoria, Verdad y Justicia”. Tres palabras importantísimas, pero totalmente sesgadas respecto al tema de los militares.

Por supuesto, no suscribo el horror de los desaparecidos, que eso de ninguna manera se puede justificar. Pero creo que la gente se hubiera adherido de forma mucho más abierta a la causa de los desaparecidos si no hubiera estado detrás el mensaje marxista, la financiación de los 30.000 desaparecidos y tener terroristas que están tomando sol en Barcelona con becas y fraudes reparatorios. La verdad es que un desaparecido es un desaparecido, no importa que sean 30.000 u otro número. Lo que pasa es que justamente los 30.000 o exceder esa cifra servía para el financiamiento de algo espantoso que comenzó con la AAA, ERP y Montoneros. Ahí no se está reconociendo ni se ve históricamente el horror del terrorismo. Las nuevas generaciones tendrían que tener la posibilidad de escuchar esa campana.

‘Bertie’ Benegas Lynch, diputado por la Provincia de Buenos Aires. (NA)

VL: ¿De quién te sentís más cerca, de Milei o de Villaruel?

BBL: De Javier.

VL: ¿Por qué?

BBL: Milei es alguien increíble. Cuando empezó a salir en la televisión yo lo llamaba a papá y le decía: “¿estás escuchando a este tipo? Sus mensajes están rompiendo paradigmas”. Él es cero políticamente correcto y me siento más cerca por ahí, desde el lado liberal. Ahora, haciendo la aclaración, mismo con esta cuestión de Villarruel o Trump o Bolsonaro o Vox, hay que decir que estamos en el quinto subsuelo del infierno de la masacre estatal. Hay gente que me decía “¿como puede ser que Milei elija a Villaruel si es conservadora?”. Estamos en el fondo del mar, no es momento de hacer sintonía fina. Lo mismo sucede con Vox y su nacionalismo. Son cosas que yo no comparto, pero tenés que aliarte a la gente que está en contra del socialismo, sin ninguna duda.

VL: ¿Quien crees que “inventó” la agenda 2030?

BBL: El socialismo, que ha perdido el debate franco desde el punto de vista de la economía, y en la parte empírica ha tenido el fracaso del muro de Berlín y las hambrunas fenomenales y los 150 millones de personas que ha pulverizado. Entonces se disfraza de otros ropajes, el tema posmoderno, el feminismo, el medio ambiente.

VL: Pero hay muchos empresarios mega millonarios (como George Soros) detrás de esa agenda…

BBL: Por supuesto, hay muchos empresarios porque el mainstream está financiado. Voceros científicos como Michael Shellenberger, que es un premiado activista que se dio cuenta del fraude fenomenal y sacó un best seller en 2020 que se llama ‘Apocalypse Never’, que es muy recomendable. O Patrick Moore, que es el fundador de Greenpeace en Canadá y también se dio vuelta y tiene toda la data. Creo que el pico máximo de lo que es el mainstream, y como marca agenda, es que le hayan dado el premio Nobel de la Paz a Al Gore con su fraude ‘An Inconvenient Truth’, una película con todos dato falsos.

VL: ¿Te sentís demasiado disruptivo en un ambiente como el de la política donde las conductas públicas que imperan son de una “corrección” impostada?

BBL: Y claro, en un statu quo, como digo, está en el quinto subsuelo del infierno, alguien que pretende algo un poco mejor es disruptivo. No me molesta ni me siento incómodo con esa cuestión, estoy acostumbrado.

VL: ¿Y cuando te tratan de extravagante, como lo hizo la periodista Julia Mengolini?

BBL: Ella se quedó disgustada, pero fue un debate honesto. Le reconozco eso. Las mejores entrevistas son con un “izquierdista” que hace el contrapunto y te lleva a lugares distintos de lo que puede ser con un periodista que puede estar más o menos de acuerdo. No como otros periodistas que te sacan de contexto, eso me parece una cosa canallesca para la academia y el periodismo.

VL: Vos planteaste lo de la “privatización” del mar, y ese pareció un dislate mayúsculo. ¿seguís convencido de que hay que ir por ese lado?

BBL: Viste que en el socialismo, generalmente, cuando hablas o criticas temas vinculados a la educación, o a la ciencia con el CONICET o al arte con el INCAA, lo primero que dicen es “estás en contra de la educación”, “estás en contra del arte”. Lo mismo pasa con el medioambiente. Cuando planteás una cosa distinta te corren con que “queres destruirlo” y es todo lo contrario. Es justamente pensar algo distinto que sea a través del mercado. Creo que es Walter Block (N de R: junto a Peter Lothian Nelson) en su libro ‘Acuapitalismo’, que habla justamente sobre la privatización de los recursos marítimos, que obviamente es un tema filosófico.

Pero la verdad que te abre la cabeza y me encanta el autor, que como Rothbard, tiene una sustancia en el contenido y una coherencia fenomenal. Después Patrick Friedman, que es nieto de Milton, hijo de David, que es mucho más liberal, tiene un libro que se llama “La colonización del mar”. Es súper interesante. La pregunta es: ¿cómo hacemos para generar un procedimiento de delimitación de la propiedad privada, más o menos parecido al que se hizo en el siglo XIX con los alambrados que parcelaron los campos?.

VL: ¿Y como hacemos?

BBL: Es un proceso tecnológico que se podría encarar después de haberlo visualizado a través de una idea filosófica. Necesitamos conocer ese 75% del planeta que son los mares, y los recursos que pueden haber ahí pueden ser fenomenales. Es casi de la misma forma que Elon Musk, está viendo temas en el espacio. ¿Por qué no algo más cercano que tenemos? Es un ejercicio más filosófico y de romper paradigmas. No está en las prioridades, obviamente. No resolvemos las asignaciones de derecho de propiedad en tierra firme, imaginate si vamos a plantear un tema como el del mar; que más allá de las barreras tecnológicas que pudiera haber -conocemos apenas el 10% del mar- tenemos otras urgencias.

VL: Si lo tuvieras a Elon Musk delante tuyo, ¿le dirías que se meta a conquistar el mar?

BBL: Sí. Es un tipo brillante. Está haciendo cosas fenomenales, y es un enorme benefactor social de la humanidad, no solamente por sus ideas, sino por lo que ofrece. Como siempre decimos los liberales, y decía Adam Smith, “tenemos pan, carne y verduras, no por la benevolencia del verdulero, el carnicero y el panadero, sino por su interés personal, que hace que mejore nuestra calidad de vida”. Entonces, Elon Musk, si bien no lo conozco, mejora el nivel de vida de la gente que está cerca, a través de los salarios y a través de la oferta que hace productos y servicios de mejor calidad a un mejor precio. Y además está arriesgando su capital.

VL: Dame tres ‘why not’, para la Argentina hoy, en 2024, de los cuales no tengamos que escaparnos.

BBL: La verdad que lo que me gusta es que dentro de la política también estoy rompiendo paradigmas a través de Javier. Tenemos que dejar que la gente procese y digiera todos los paradigmas que hemos roto en tan poco tiempo teniendo como punta de lanza a Javier. Temas como el Banco Central, el tema del Estado, los impuestos. Hay que darle un tiempo a no “atragantar” a la gente porque son conceptos inéditos y centrales en la vida de las personas. Sobre eso hay un tránsito enorme para hacer, pero básicamente es bajo el concepto de “¿para qué queremos gobierno?” Ahí te puedo decir uno que engloba todo. Lo peor es el Estado contra el individuo, es la cosa más violenta que se me ocurre.

Por eso es tan importante la pregunta: “¿para qué querés vos el gobierno?” Entonces ahí sabés donde está parada la contraparte. Si me dice “quiero gobierno para que nos haga feliz, para que haga plazas” perfecto, ahora me doy cuenta dónde estás parado, porque vos te das cuenta que le estás pidiendo tanto al Estado que el costo de eso es perder libertades, derechos y que trabajes para el Estado, porque los recursos no los pone el político de su bolsillo. Creo que este es el paradigma de todos, que el Estado es para proteger los derechos individuales e impartir justicia. Si comprendemos eso se nos abre un horizonte aplicado a un montón de cosas donde hoy tenemos montado al Estado.

VL: ¿Llevas la cuenta de cuánto gastaste de dinero público como diputado?

BBL: Por lo pronto la dieta, que reconozco que me pesa bastante. Había considerado renunciar a la dieta, pero la verdad que es tanta la actividad legislativa que no podes tener un trabajo de 9 a 17. Tendría que tener aunque sea algo part-time y poder hacer como en 1900, que cada uno tenía su consultorio, su estudio, y tenían gasto de representación y nada más, ojalá vayamos por ese lado. No tengo asesores, por ejemplo, que creo que contribuyen en ese aspecto.

VL: ¿No tenés ninguno?

BBL: No. Y ojo, que respeto también el plan que tengan otros diputados que tienen asesores. Pueden tener hasta cuatro en Diputados. Lo respeto y no lo objeto, cada uno hace lo que puede de su lugar y lo que le parece, pero yo me lo tomo como si fuera un micro emprendimiento. En ese caso no decís “necesito un asesor contable, un abogado, una secretaria, alguien que me haga banco”, porque no existe ningún negocio, y te fundís y tenés que cerrar a los dos meses. En principio lo manejo bien. Hoy estamos en actitud en Diputados más pasiva, recibiendo todo un bagaje de cosas del Poder Ejecutivo, con la Ley Bases. Es más un estudio, no es generación nuestra, porque ya viene dado todo un trabajo pre electoral que hizo Milei, aún no siendo gobierno.

VL: En realidad lo hizo Federico Sturzenegger.

BBL: Yo participe sobre el tema de la reforma monetaria y eso pasó un año y medio antes que Javier ganara la elección. Algo que nunca se había visto antes. El común denominador del político es meterse en una cápsula electoralista, y empezar a hacer el proselitismo, a prometer cloacas y todas las huevadas, y si gana, después ve con quién trabaja, y para ese momento se perdieron dos años. Milei llegó y ya tenía el DNU, la Ley Bases… Ese trabajo creo que la gente lo reconoce eso y por eso le tiene paciencia.

VL: ¿Le tiene paciencia?

BBL: La gente le está teniendo muchísima paciencia. Mucha gente me para en la calle para agradecer y yo les agradezco a ellos porque la transición que hacemos es para sincerar donde estamos parados.

VL: ¿Cuándo crees que se termina la transición?

BBL: Eso no te lo puedo decir, y el gobierno tampoco, porque depende también de este sinceramiento a través del mercado, de lo que la gente vaya queriendo. Lo que sí, tenemos que hacer autocrítica el Poder Legislativo. En la medida que nosotros los legisladores demos más reformas estructurales, la salida será más rápida, y todo será más atractivo para las inversiones, para el mercado laboral. La Ley Bases por más que salió algo más “podada” de lo que fue originalmente, es un buen mensaje para el mercado laboral. El hecho de haberla aprobado es un guiño a la institucionalidad y al mensaje de las inversiones.

VL: ¿Vos de verdad crees que las inversiones van a llegar rápido?

BBL: Rápido no, en el tiempo necesario. La foto es una casa incendiada, que hemos dejado que los kirchneristas entraran sin decir mucho. Pero ahora, la foto también es un albañil que está poniendo algunos ladrillos para empezar a levantar paredes, que ese es Milei con su equipo. No podemos decirle “¿qué pasa con el aire acondicionado?” No, esperá…

La gente dice “yo en el kirchnerismo la pasé bien” y obvio, si estabas consumiéndote capital y la pasaste bárbaro. Tenemos que reconocer dónde estamos y volver al trinomio de trabajo, ahorro e inversión como si estuviéramos en una isla como náufragos. Esa es la realidad. Va a llevar un tiempo esa construcción.

VL: ¿Dónde pones el presupuesto hiper millonario para la SIDE?

BBL: Me parece que el tema de inteligencia es algo importante sobre todo siendo un país que es blanco del terrorismo, ya tenemos dos experiencias espantosas, de manera que me parece algo como para atender. Lo que también se objeta es que sean fondos reservados, no se me ocurre otra cosa en la inteligencia que no sea a través de fondos reservados, no se me ocurra un Excel público y decir dónde estás gastando el tema de inteligencia. Es un tema sensible que muchas veces se ha usado mal para perseguir opositores, para perseguir periodistas. No es obviamente la idea sino justamente usarlo para lo que tiene que ser usado.

VL: Pero todos en estos últimos 40 años vimos como la SIDE, lo que hacía es llevar sobres, desde jueces federales hasta…

BBL: Por eso hice la aclaración de que ha sido históricamente mal usado.

VL: El organismo de control, ¿tiene que ser de la oposición en este caso?

BBL: No sé, no sé. Por ahí puede ser una cosa que se choca con la naturaleza misma de la SIDE, eso no te lo puedo contestar. Pero me suena razonable.

VL: ¿Estás de acuerdo con imponer a artistas o productos culturales limitaciones o censuras?

BBL: No. Creo en la libertad de expresión al cian por ciento. Ahora, la libertad de expresión primero tiene dos vías. En el plano que está muy en el tapete hoy de las críticas que hace al periodismo Javier Milei o alguien del gobierno, donde se dice que hay una asimetría. Y yo creo que precisamente esa asimetría ha sido históricamente en la censura y la persecución, con la AFIP, con el NODIO, el INADI, la policía del pensamiento, las herramientas que tiene un gobierno para caerte encima.

Javier habla como un ciudadano más, obviamente no es un ciudadano más, es el Presidente, pero tiene derecho a defenderse. Y como cualquier otra persona, la libertad de expresión no quiere decir que no tenga sus consecuencias, como Javier hizo con periodistas que le dijeron nazi y terminaron en Tribunales.

Jamás creo que tenga que limitarse porque es ponerse en el mismo extremo que se ponen los socialistas cuando te están cerrando las puertas para hablar del liberalismo. Entonces me parece que tanto la propaganda marxista como la liberal tienen que estar abiertos a que la gente pueda sacar sus conclusiones.

VL: El año que viene, Bertie, ¿puede ser candidato a algo?

BBL: Mirá, yo me pongo donde Javier le sirva. Hasta incluso si Javier me dice “ya no me servís más en la política”, cumplo 60 años en 2027 y me voy. Solamente vetaría una propuesta de Milei de algo que no me siento capaz de hacer. Por decirte algo, ser intendente o un cargo de gestión directa.

VL: ¿O sea, no serías candidato a Jefe de Gobierno?

BBL: No. La cosa de estar cortando cabezas o a los machetazos con los gremios, no sé si soy bueno en eso, Me parece que la parte del Congreso que tiene mucho que ver con el cambio cultural me animo más.

Cuando Javier me llamó un sábado para decir “¿te ves como primero en la lista de la Provincia de Buenos Aires?” Y yo le respondí, sí, por supuesto, me siento capaz y muchísimas gracias. Después me di cuenta que todo el mundo se saca los ojos por ese puesto.

VL: Y a vos te lo estaban ofreciendo… ¿Te dijeron que ese puesto se compra en democracia?, ¿que ese puesto vale dinero?

BBL: No generalizaría, pero convengamos que la política está totalmente llena de pus de ese tipo. Lo que me propuso Javier lo recibo con enorme orgullo y lo hago con muchísima pasión y entrega porque siento que es la última oportunidad que tengo personalmente para ver una Argentina decente y próspera. Desde que tengo uso de razón estamos en crisis y en inflaciones espantosas y que sacan tres ceros a la moneda, reventamos signos monetarios, que la deuda es estatal, y que nos matan con los impuestos. Esa es nuestra vida. Es un horror. Por eso lo tomo con esta pasión y esta entrega.

VL: ¿Cómo te cuidás de la pus de la política?

BBL: Es fácil, es fácil. Es tomar los valores personales, los valores familiares, que por suerte también me siento identificado con Javier.

VL: ¿Te ofrecieron coimas? ¿Retorno? ¿Soborno?

BBL: No, porque también saben donde estoy parado. No se les ocurre. Tengo siete, ocho meses en la política, de manera que no me sorprendería tampoco estos disparates que son corrientes en este ambiente, pero creo que también uno transmite algo que dice que “por ahí no es el asunto”.

VL: ¿Qué le dirías a tu padre ahora? Un mensaje para él.

BBL: Gracias por todo lo que hace, por su increíble batalla cultural que ha dejado la vida. Siempre digo que papá tiene unas competencias personales y que es un toro en lo que haga, que si se hubiera dedicado a la empresa o algo más redituable que las ideas, sería presidente de una compañía fenomenal y tendría unas casas brutales y unos autos brutales. Pero él se dedicó al tema de las ideas.

Papá es un gran batallador, un gran estudioso y maestro de muchos y maestro de vida. Soy hijo de un millonario, pero un millonario de valores. Creo que es la mejor herencia que te pueden dar. Es un maestro de la vida, que me ha dado herramientas morales y herramientas y competencias que me sirvieron incluso para mi vida profesional. Ese don de gente que tiene papá que me lo ha inculcado y mamá también, es la mejor herencia.

Mismo también con mi abuelo, que lo extraño muchísimo y fue un tipo extraordinario en el plano de todo su trabajo de las ideas, pero principalmente como cabeza de la familia en los valores personales.

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