Las promesas de campaña de Javier Milei tuvieron que esperar frente al cataclismo que encontró al asumir. Ahora, con más calma y los pies en la tierra, comienza a dar las respuestas esperadas. El análisis de Hernán Skrypka para entender los objetivos y hacia donde se dirige la industria láctea y agropecuaria del país.
La campaña de Javier Milei, antes de llegar a la presidencia, estuvo basada en la quita de impuestos que prohíbe al sector productivo crecer en todos sus niveles: producción, tecnología y capital humano. Quitar la omnipresencia del Estado en la vida de los argentinos fue una de sus principales prédicas. El campo fue una víctima preferida de los gobiernos populistas. Como consecuencia, las promesas del actual Presidente generó una enorme expectativa.
Sin embargo, cuando el libertario arribó al máximo nivel del Poder Ejecutivo se encontró con desbarajustes fiscales que le prohibieron ejecutar su plan principal. El primer paso fue reordenar los gastos, hacerlos más eficientes. Para conseguir el equilibrio y superávit fiscal, Javier Milei junto a Luis “Toto” Caputo se enfocaron en ponerle un límite a la emisión y al gasto público.
Luego de ocho meses de gestión, el jefe de Estado junto al ministro de Economía alcanzaron los objetivos principales: no gastar más de lo que ingresa. Con el aumento de reservas en el Banco Central y el déficit en el olvido, se animaron a dar el primer paso en la eliminación de impuestos.
El Presidente ya había dado un adelanto en su discurso en la Expo Rural 2024. En su discurso, Javier Milei anunció: “Nadie tiene tantas ganas como yo de salir de este esquema que entre retenciones y cepo le expropia al campo el 70% de la producción”. Sus palabras provocaron ilusión en los productores que mantienen su descontento de gestiones anteriores, donde sus divisas eran malgastadas por el Estado.
Los primeros en volver a respirar fueron los productores del sector lácteo.
Por medio del Boletín Oficial, el Gobierno publicó el decreto 697/2024 que elimina los DEX que afectan a las exportaciones de lácteos, y se dispuso una reducción del 25% en las alícuotas para productos derivados de bovinos, porcinos, ovinos y aves de corral. Desde la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, explicaron que estas medidas buscan “dar mayor competitividad y previsibilidad a un sector productivo estratégico para la economía argentina”.
Con el fin de “quitarle la bota” de encima a los trabajadores y empresas rurales, Javier Milei comenzó a transitar el camino que había predicado en su campaña presidencial.
¿El objetivo? Darle la posibilidad a los productores de tener una previsibilidad mejor que los ayude a crecer tecnológica y productivamente.
La competencia decantará en el crecimiento del empleo, otro de los puntos más importantes en la actual administración.