Agustín Etchebarne es el director de Libertad y Progreso, el think tank más valorado del ecosistema liberal. Tiene más de 200 mil seguidores en su cuenta de X, y está embarcado en una cruzada -con ayuda de la tecnología- para terminar con las listas sábanas y acabar con toda intermediación entre la gente y la política. Es más, quiere hablar con Karina Milei para que “use” su idea a la hora de armar un partido. Asegura que el Presidente está haciendo un trabajo “descomunal” y explica que sólo se metería al Gobierno si es con un equipo de veinte personas que toquen la misma música. Cree que la dolarización se impondrá por su propio peso y que sueña con ver el día en que el Estado venda por lo menos un tercio de las 60 mil propiedades que tiene en su poder.
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Visión Liberal: – ¿Alguna vez imaginaste que llegaría el momento de ver al liberalismo en el gobierno y a un presidente liberal montando un show en el Luna Park?
Agustín Etchebarne: – Si, pero lo imaginé diferente. Pensé que sería posible unir a los candidatos liberales en una gran lista y competir. Con buena onda. Imaginaba a los candidatos salir a hacer una gira conjunta por toda la Provincia de Buenos Aires. Les decía a los chicos: “compremos el Menemóvil y lo reabastecemos, lo reacondicionamos y damos la vuelta con eso y terminamos haciendo un recital”. Teníamos a varios que tocaban música: a Fausto (Spotorno) que toca el piano; yo también, Miguel Boggiano que canta muy bien, Gustavo Segré también canta muy bien, tanto que cantó con la Filarmónica en Sao Paulo o Rio, una de las dos, Duclos con la guitarra, Bertie con la batería… Y respecto del liberalismo, sí yo veía una mejora en la penetración de las ideas de la libertad que venían creciendo desde antes de Javier Milei. Y cuando él llegó, les dio un impulso muy grande.
VL: – ¿Fue Javier Milei o la pandemia?
AE: – Javier Milei. En la pandemia armamos el partido y se sumaron veinte mil afiliados en todo el país. Con este concepto de dirigir de abajo hacia arriba y demás. Pero eso no terminó de cerrar y empezamos a armar una confederación de partidos liberales que se llamó: “Vamos”, Roque Fernández fue uno de los impulsores y quien nos ayudó mucho. Y teníamos veinte partidos federales pero también se cayó ese experimento.
VL: – ¿Por qué no cuajaron esos experimentos? Si tenían dirigentes liberales, tenían las ideas…
AE: – Problemas de ego, lamentablemente, que siempre interfieren en estos proyectos. Muchos creían que tenían que ponerse debajo de él, se creían más iluminados. Y muchos estaban en ese perfil. Y había varios que eran muy buenos: López Murphy, José Luis Espert, el mismo Milei que estaba surgiendo; después Milei y José Luis (Espert) estuvieron juntos, después se separaron, uno iba a ir por Capital y otro por Provincia de Buenos Aires, después “Lacha” Lázzari por Provincia de Buenos Aires. Y muchos que pidieron armar el partido en cada provincia. Y tal vez fue un error hacer eso; armar el partido en todos lados al mismo tiempo. Eso aumentó la complejidad exponencialmente y se empezaron a pelear. Y cuando dos personas que te parecen buenas se pelean y que están en el Chaco y viste dos veces en tu vida, no sabes quién tiene razón. Y escuchas versiones y nos pasábamos dirimiendo situaciones.
Así fue como hicimos cinco intentos de crear un partido a nivel nacional y fracasó cuando hicimos una elección por el nombre del partido. Ahí aprendí que no siempre hay que hacer elecciones.
VL: – Eso suena mal. ¿Las elecciones no son el método natural de la democracia?
AE: – Digo que hay que buscar dialogar más y llegar a buen puerto. Porque hubo dos versiones: uno que se llamaba Partido Federal Republicano y otro que se llamaba Partido Liberal Libertario. Ganamos los que habíamos propuesto el primero, que era una visión más amplia para incluir a algún conservador, que pudiéramos llegar al 55%, pensando que no íbamos a ser liberalismo puro. Y los otros decían que tenía que ser liberalismo purísimo. En el Partido Liberal hubiéramos estado todos de acuerdo pero no se podía usar (lo tenía “Pocho” Romero Feris) y sumarle Libertario, el problema que tenía en mi visión, es que dejaba afuera a muchos liberales. Uno va estrictamente a lo que significa: es un extremo liberalismo pero deja afuera a los liberales clásicos, a los minarquistas. Hoy, ya libertarios se sienten todos pero en la práctica es liberal, el propio Milei no es un libertario en la forma que está ejerciendo el poder, es mucho mas cercano a un liberal clásico.
VL: Pero el Presidente se autodefine como un “libertario”.
AE: Milei intenta eso, porque no hemos llegado a eso. Un liberal clásico, recordemos, es con un Estado mucho mas pequeño que el actual. Milei está gobernando con un Estado elefantiásico inmenso, con el objetivo de ir reduciendo pero todavía no lo hizo o lo hizo muy poquito. Está el tema de lo que es fácil escribir en un papel o en una planilla Excel, a lo complejo que se hace la implementación de las teorías cuando estás hablando de 47 millones de personas que cada una tiene una forma de pensar diferente y cada uno tiene un interés distinto. Y además, plagado de mafias y corporaciones.
La realidad es mucho mas compleja de cambiar que una hoja de papel.
VL: – ¿En eso sentís que eran demasiado románticos?
AE: – Algunos tal vez lo fueran. Otros no. Yo era idealista. De hecho, fracasé en el armado de un partido auténticamente democrático que se elija de abajo hacia arriba. Nunca lo logré. Lo intenté durante veinte años y tal vez lo siga intentando a través de los que arman partidos nuevos, pedirles que alguna vez sean democráticos; que permita que los afiliados elijan las listas. Ya que no se pueden eliminar las Listas Sábanas, que es lo que habría que eliminar -también fracasé en eso- lograr que sean los afiliados los que elijan las listas. Es clave porque esa es la destrucción del sistema de representación, que es un componente básico de nuestro gobierno que es representativo y republicano federal. Pero no lo tenés, porque vos en la calle preguntás: ¿Quién es tu diputado? y nadie lo conoce. Nadie sabe a quién votó.
VL: – Y algo peor: Milei tiene diputados que puso Massa
AE: – Exactamente. Porque justamente nadie conoce y elige por listas. Y la lista Sábana tiene una tracción vertical y otra horizontal. La vertical es que tenés una persona arriba y todos los demás no los conoce nadie. A lo sumo, al primero. Y la horizontal es que vos votás al presidente y a él le adosas toda la lista siguiente: diputados, senadores, consejeros. La lista tiene 300 nombres y la lista conoce a uno o dos. Y entran cien personas y sólo uno es conocido. Este sistema destruye la representatividad. Y las personas electas no son elegidas por el pueblo sino por el jefe de la lista. La lealtad de los diputados no está con el pueblo sino con el caudillo.
“Tengo la idea de hacer un partido a través de un celular y que esté todo puesto en una aplicación y que esa app sea una verdadera forma de hackear la casta”
Agustín Etchebarne
Director de Fundación Libertad y Progreso
Como no logré eliminar la lista sábana, busqué que esas listas fueran elegidas democráticamente por los afiliados de abajo para arriba e individualmente usando el sistema VUT (Voto Único Transferible o “single transferable vote” en inglés). Implementamos ese sistema en nuestro partido, Republicanos Unidos. En el papel funciona fantástico pero en la práctica lo prostituyeron, eligieron de arriba hacia abajo y nunca lo usaron para cargos de diputados. Así aparecieron personas que no estaban en el partido puestas desde afuera como Roberto García Moritán (N de R: más conocido como “el marido de Pampita”). O López Murphy que tampoco fue elegido pues no compitió, se autoimpuso de arriba hacia abajo. Eso lo tendríamos que mejorar.
VL: – Parecés frustrado por esa experiencia. Pero ¿cómo lo mejorarías?
AE: – Tengo la idea de hacer un partido a través de un celular y que esté todo puesto en una aplicación y que esa app sea una verdadera forma de hackear la casta. Una app como Uber o Amazon, que hackea a las tiendas tradicionales y permite que las personas se comuniquen directamente. Lo mismo hacer con el partido político. Si vos querés ser candidato del partido te anotás y sos precandidato. Porque vos lo decidiste, no tenes que pedir permiso a nadie ni firmar cantidad de avales. Y puede haber todos los candidatos que quieran. Y podes ir votando durante todo el año, hasta el día que se terminen los plazos. Y vas viendo cuántos votos tiene cada uno, y eso arma una especie de carrera (carrera presidencial) a ver quién consigue más afiliados. Y todos salen a buscar adhesiones. Entonces permite una competencia transparente y los lideres universitarios, por ejemplo, que tienen acceso a mucha gente van a crecer muy rápido, permite oxigenar el partido y que les pueda ganar a los que salen en televisión: El Partido Republicano, hasta antes de Trump, funcionaba así. Ponía 12 candidatos arriba de un estrado e iban circulando por todo EE.UU. Y los veías en Iowa, típicamente primero y uno sólo era el candidato favorito, pero “le prestaba” cámara a los demás. Filmaban a todos, aunque sólo uno era conocido. Lo mismo para el Partido Demócrata. La conocida era Hillary Clinton, el desconocido era Obama, un profesor desconocido de Chicago. Pero cuando en la TV vieron a Hillary con Obama la gente dijo no: el candidato es Obama. Con nuestro sistema es imposible que Obama le hubiera podido ganar a Hillary Clinton, en un sistema tradicional nuestro. Pero en el sistema americano -salvo ahora, que ya no funciona, por Trump que no quiso ir a los debates- se conocían todos. Iban Estado por Estado y todos podían ver quién era el mejor candidato. Ese era mi sueño.
VL: – ¿Te lo permitiría la casta?
AE: – Bueno, no me lo permitieron los liberales. nadie quiso. Los que están más metidos en la política son los que menos quisieron. Los que estaban de acuerdo eran “Lacha” Lazzari, Fausto (Spotorno), Iván Carrino, los que quieren mayor transparencia pero no quieren ser candidatos; quieren que esto exista pero trabajan en sus empresas. Los mas profesionales de la política también son los que después te prostituyen las ideas tan idealistas que queríamos imponer.
VL: – ¿Cómo lo vas a imponer si ya sabes donde te van a frenar?
AE: – Hay dos alternativas: la primera, convencer a los que ya están haciendo el partido. Si yo lograra convencer a Karina Milei que se dé cuenta que esto es espectacular, que soluciona muchísimos problemas, ya que nadie puede conocer a cien mil personas, es imposible, no hay forma. Entonces te apoyas en algunas pocas personas que conocés y esas personas te traicionan, inevitablemente. Me ha pasado y me han traicionado las personas más queridas. Es una escuela de traiciones y deslealtades, una cosa espantosa.
En este sistema que propongo no hay traiciones porque no hay que decidir nada desde arriba. Las decisiones no se toman de forma centralizada. Las personas elegidas tienen legitimidad no porque sean las mejores sino porque la gente que las conoce lo cree. En cada pueblo, deciden su mejor representante. El sistema hace que los de Rio Cuarto o Chilecito, por decir dos ciudades al azar, elijan a los que creen que son los mejores.
VL: – ¿Hablaste esto con Karina?
AE: – Todavía no, pero ojalá pueda hacerlo próximamente.
VL: – ¿Con Milei lo hablaste?
AE: – Con Javier si, lo hablé y me derivó con Kikuchi (Carlos). Hablo del 2020, cuando esto recién empezaba.
VL: – Kikuchi ya voló. Ahora hay que hablar con Pareja o con Espert.
AE: – Con José Luis lo hablé en 2018, antes que con Milei. En el año 2018 Espert me invitó a almorzar en San Isidro, super bien, pero me explicó que no quería hacer un partido sino ir con un sello. Y yo le dije que esos sellos nunca se compran, se alquilan y se los pueden sacar 48 horas antes y eso ocurre. Cosa que así fue. Él tomó la precaución de tener tres sellos y no uno y por eso se pudo presentar como candidato en 2019. Hay teorías que dicen que los partidos son cosas del pasado, que no son necesarios y que lo que necesitas son movimientos hechos por candidatos de manera no tradicionales y sacando provecho a las redes llegas a la presidencia como efectivamente ocurrió con Javier Milei, por ejemplo. Desde ese punto de vista tienen razón los politólogos.
VL: – Pero eso no es nuevo, el peronismo es un movimiento…
AE: – El movimientismo no es nuevo pero si sus métodos, las redes sociales que te permiten colocar una idea mucho más rápido y con menor costo que tradicionalmente. Tal vez, digo, haya una posibilidad de hacer una renovación de los partidos políticos usando las nuevas tecnologías, para darle a la gente la verdadera posibilidad de tener injerencia de las decisiones partidarias sin necesidad de salir de su casa o mientras viaja en el colectivo. Entre que va del trabajo a su casa vota proyectos, se presenta como precandidato, empieza a hacer campaña sin salir de su casa. Hackeemos al sistema. Hagamos un sistema que permita el acceso directo.
VL: – ¿Cómo se llamaría esa app?
AE: – El nombre de un amigo podría ser. De hecho, un amigo tiene una app que se llama Patria y no está todavía online y una parte de la aplicación estaba espectacular. Le faltaba la partidaria. Es como una especie de Twitter donde a la gente le podes poner pulgar arriba o abajo y eso genera un color alrededor de la foto. Si tenes muchos que te votan para arriba se pone verde, para abajo rojo e intermedio es amarillo. Entonces, visualmente, ya sabes si una persona tiene buena o mala imagen. Muy visual. Es espectacular. Y el que tiene muchos “verdes” se puede lanzar como candidato. La discusión es exclusivamente política. Difundís y tratas de que se difundan conceptos políticos. Es usar la tecnología para hacer lo que proponen los griegos, Platón y demás, que es “no ser idiota”, que era el que no podía participar de la cosa pública. Acá podés participar con una app que te permite hacerlo en un partido.
VL: – Hoy estamos en un nivel de idiotez altísimo
AE: – Hay un despertar en los jóvenes y sobre todo en los jóvenes hombres.
VL: – ¿Por qué?
AE: –Buena pregunta y tiene que ver con la psicología evolutiva. En todos nuestros eventos y seguidores de Youtube y demás el 80% son hombres y el 20% mujeres. Y no es… a ver, Javier tiene un lenguaje muy agresivo y las mujeres rechazan ese lenguaje, vos me dirás, ese puede ser un factor. Pero sin embargo, no ocurre con la ideología de género donde hay mucha agresividad y sin embargo, tuvo gran éxito entre las mujeres. Entonces, hay un tema ahí. Debe tener que ver con la psicología evolutiva que viene desde siempre, que es el hombre el que sale a pelear. Y eso venía originalmente, hace ciento de miles de años, en la Prehistoria, si tenés dos pueblos y en uno luchaban las mujeres y en otro no, el pueblo donde no luchaban las mujeres era el que prevalecía porque ellas no morían en la guerra. Y las mujeres definen la cantidad de nacimientos, no los hombres. Es un tema biológico. Hay que preservarlas desde ese punto de vista, el biológico. Un hombre puede tener hijos con varias mujeres, pero no viceversa. Lo que le pasó a Paraguay. Perdió un montón de hombres pero se recuperó más rápido porque preservó a las mujeres. Y eso fue conformando habilidades y psicologías diferentes. Ahora nos vamos igualando y todo cambia culturalmente.
VL: – ¿No te van a acusar de misógino?
AE: – No, soy re feminista. Digo que el cerebro de la mujer está mucho mejor adaptado para el mundo del futuro que el del hombre. Es más fácil replicar el hombre por las computadoras, es mas simple.
VL: – ¿Es más adaptable a la IA que el cerebro de la mujer?
AE: – Digamos que la IA puede imitar al cerebro masculino pero no al femenino. El femenino es más complejo, más holístico, más interesante. Sí está claro que el cerebro de la mujer funciona de manera más holística. El hipotálamo que conecta los dos hemisferios tiene mucho más trabajo en la mujer que en el hombre. El hombre es más compartimentado. Por eso siempre la discusión entre el hombre y la mujer, siempre la gana la mujer.
VL: – Tu manera de ver la política, ¿te trae problemas o ventajas? ¿Te quieren cerca o más lejos?
AE: – Claramente, mi objetivo no fue tener cargos políticos y esta forma de ver las cosas es más atractiva para los jóvenes que les divierte, quieren aprender. Los que están en política lo ven como muy idealista lo que digo. Por eso resultó tener seguidores a los jóvenes. Cuando hicimos Republicanos Unidos la mayor parte de los afiliados los conseguí yo. Obvio que me ayudaron Fausto Spotorno, “Lacha” Lazzari, unos cuantos. Pero López Murphy no. Y él se quedó con el partido. Es el que tenía la voluntad de poder. Esa voluntad es importante y tal vez los demás no la teníamos tanto, solo queríamos que funcione bien, colaborar como equipo. Lo que no logré y quizás los jóvenes puedan hacerlo, es que la política funcione como un equipo de rugby. Habíamos logrado trabajar así, pero los que tenían voluntad política lo destruyeron. Porque en el rugby no importa quién apoya la pelota en el try scrum. No sabes quién apoyó la pelota pero la metiste. Los All Black van tocando la pelota, todos la tocan y van acercándose y el último mete el try, pero el try lo metieron entre todos.
Jugar en equipo es muy importante. El rugby tiene algo lindísimo también y es que las distintas habilidades son importantes. El rápido, los pilares, la fuerza. Necesitas todo.
“La parte que hace Milei de achicar ministerios y secretarías está buenísima, pero falta meterse hacia abajo”
.VL: – La Selección de Scaloni demostró eso también
AE: – Es correcto. El fútbol empezó a hacer así. En rugby es más obvio porque hasta las características físicas son así. Hay algo de eso en el fútbol, aunque menos evidente.
VL: – ¿Vos podrías ser funcionario del Estado e implementar estos cambios?
AE: – Me ofrecieron ser funcionario un par de veces y hasta ahora siempre he declinado. Si entro al Estado me gustaría que fuera con un equipo. Porque creo que el Estado es super complejo, que necesitás equipo. Porque las buenas ideas requieren un equipo que esté previamente trabajando en la misma concepción de lo que querés hacer. Por ejemplo, querés reducir el tamaño del Estado. La parte que hace Javier de achicar ministerios y secretarías está buenísima, pero falta meterse hacia abajo. Incluso hay una parte que está mal, que se replica el gabinete en la secretaría general, tenes como dos gabinetes; el del Presidente y el de ministros. Tenés dos gobiernos en uno. Lo que es un problema enorme, ya pasó con el gobierno de Macri y lo mostrábamos: los mismos temas requieren dos o tres niveles de decisión diferente en distintos lugares. Vos crees que lo definiste con el ministro pero faltó que tenías que definirlo con ese equipo de asesores en Secretaría General. Mucho “reunionismo” y poca eficiencia en la toma de decisiones. Después, cuando tenes que definir el nivel de direcciones, la complejidad se hace mayúscula. Lo que hicieron ahora es reducir la cantidad de ministerios pero no el total de la complejidad. Hace falta una tarea enorme y para eso, necesitas un equipo. Si me piden que lo haga, solamente lo haría así.
VL: – ¿Es la “pata flaca” de éste gobierno?
AE: – Todos los gobiernos lo padecen. Porque la estructura se ha ido acrecentando y complejizando. Incluso, hablaba con un chico que me parece extraordinario, Jerónimo Frigerio, que tiene un libro que se llama “Simple”. Quiere reducir el Estado a algo más pequeño de lo que tenemos en Libertad y Progreso; tenemos 8 ministerios y él quiere 5. Y que esos 5 se repliquen en las provincias también.
Vamos a sacar un informe de la Provincia de Buenos Aires. El gabinete es más complejo que el nacional. Una locura, demencial, kafkiano. Para mostrar a Kicillof y los anteriores, un desastre total. Queremos mostrar que se puede hacer una súper simplificación del sistema burocrático y nuevamente, usando el celular. Todo el Estado tiene que estar metido en el celular.
VL: – ¿Frigerio de donde viene?
AE: – Es primo de Rogelio, trabajó en el exterior, para el Banco Mundial y con él podríamos armar un lindo equipo. Solo entraría si hay una visión de cambiar el sistema, 15 o 20 personas atrás de ese objetivo. Pasa que la función pública es una lucha por el poder.
VL: – Pero en política el poder es lo que importa…
AE: – Bernardo Neustadt, que siempre buscaba quién era el próximo que podría salvar a la Argentina, empezó a hablar conmigo justo antes de morirse. Trabajó hasta el último día, fue un tipo fascinante. Y me decía: pensá en el modelo de Salazar (N de R: dictador portugués alineado con el fascismo, que ejerció como primer ministro entre 1932 y 1968 y fue la cabeza y figura principal del llamado Estado Novo que abarcó desde 1926 a 1974). Salazar, en Portugal, era un economista y lo invitaron a entrar al gobierno y dijo: “bueno, pero yo quiero estos 20 puestos”. No pueden poner ellos la gente porque hay que empezar a explicar, a debatir, tienen intereses, respaldos de los “empresaurios”, y no se hace nada. Con un equipo propio no negocia nadie, ya todos saben lo que tienen que hacer.
VL: – ¿Milei no está haciendo eso?
AE: – No. Creo que Javier es excelente en todas sus ideas pero nunca ha trabajado en la implementación de esas ideas. Y está pidiendo ayuda a los que tienen experiencia en la vieja política.
VL: – ¿Eso está bien o está mal?
AE: – Creo que para hacer los cambios que necesitas hacer, difícilmente vengan si no tenes un equipo compenetrado en esos cambios.
VL: – ¿Sturzenegger tiene equipo?
AE: – Tiene un pequeño equipo, es una pieza fundamental, tiene claro lo que hay que hacer, cuáles son las reformas estructurales y tiene que completar su equipo. Pero también tiene que dar el espacio para completar, no sólo su ministerio sino otros que estén en sintonía con lo que tiene que hacer.
VL: – ¿No lo están desgastando al proponerlo día por medio?
AE: – Yo lo apoyo a Federico, creo que ha hecho un trabajo extraordinario. El trabajo que hizo en su momento para Patricia Bullrich y para cualquiera que quiera cambiar la Argentina. Él se dedicó tres años a analizar todas las leyes argentinas y encontrar las trampas que terminan siendo prebendas para distintos empresarios. Desregular todo eso para permitir la competencia y liberar las posibilidades de crecimiento de todas las Pymes y están sometidos a grandes empresas que son las que terminan escribiendo las leyes o cambiando las comas de lugar y cambiándole el sentido de la ley.
Por ejemplo, en la Constitución vos pones “derecho a la jubilación” que es muy distinto a “derecho a la jubilación obligatoria”. Que sea obligatoria significa que tenés el derecho a que te saquen, te roben, el 30 de los ingresos de tu vida y lo ponen como un derecho. Si elimino la palabra “obligatorio” y pongo “optativo” con una sola palabra cambia el sistema. Ese es el poder de una sola palabra. El trabajo de Sturzenegger es encomiable, un trabajo que no hizo nadie. Hay que tenerlo cerca, adentro, tener un equipo con él.
VL: – ¿Dónde esta parado hoy (N de R: la entrevista fue realizada el jueves 30 de mayo) el gobierno de Milei?
AE: – Soy optimista. La gente ha madurado muchísimo y Milei está demostrando que tiene algunas ideas muy claras, clarísimas y las está ejecutando. Va a eliminar la inflación, es una idea clarísima. Y va a eliminar el déficit fiscal y lo bajó de manera dramática.
VL: – ¡Pero no paga! Tiene superávit pero se endeuda.
AE: – Termina arreglando cosas. El tema de la energía lo arregló con las empresas con deuda futura. El déficit cero de caja es importante porque dejás de emitir. Y si lo mantenés siempre en cero, si la licuación es eterna se transforma en motosierra. Esa es la complejidad de la implementación de estas ideas. Pero como él lo tiene muy claro, cuando la Argentina comience a recuperar su recaudación, él va a tener controlado el gasto y va a seguir podando el gasto permanentemente.
Nosotros (en Libertad y Progreso) no queremos podar el gasto, lo queremos cortar de raíz. Y eso implicaba cortar la función del Estado y que la gente se vaya a su casa el primer día. Le seguís pagando un sueldo pero se fue a su casa. Y lo tenes que ver en la venta de edificios públicos. Cuando se empiece a reducir muy fuerte, cosa que esperemos pase en los próximos meses o años, la cantidad de empleados públicos federales se debiera ver que se ponen a la venta un montón de edificios. El Estado tiene 60 mil propiedades, hay que vender 20 mil. Que además, van a servir para bajar la deuda, junto con vender YPF, vender todo para bajar la deuda. Activos improductivos que le cuestan al Estado.
VL: – ¿Y cuándo se va a hacer eso?
AE: – Necesita la Ley Bases, que permite profundizar, privatizar 11 empresas. No aceptaron privatizar mas. Recordemos que Javier Milei tiene el Ejecutivo, pero solo 7 senadores y 38 diputados. Y eso ha metido muchos palos en la rueda. La Ley Bases original de 600 artículos se bajó a la tercera parte y aun no la aprueban y faltan las modificaciones del Senado. Tal vez esta semana salga dictamen (N de R: eso sucedió) y la que viene se apruebe con cambios, vuelva a Diputados, y de ahí va a salir y va a generar un shock de optimismo y va a permitir mejorar las inversiones y que la economía se recupere más rápido, cosa que ya empezó a hacer. Pero va a tener que seguir trabajando muchísimo en lo que es reforma del Estado y reformas estructurales y él lo sabe. Sabe (Milei) que tiene 4000 reformas por delante. Y está aprendiendo a gobernar. Una cosa es ser profesor universitario y polemista televisivo y otra cosa es gobernar.
Ha demostrado una convicción y un coraje impresionante. Y le está demostrando al mundo que está haciendo las cosas totalmente distintas: bajar la inflación como lo viene haciendo.
VL: – Primero la subió…
AE: – Lo puedo disputar a eso. Porque lo que él hizo fue liberar los precios congelados. Eso no es inflación. Para mi, inflación es inflar la cantidad de moneda. La segunda definición es el aumento generalizado de precios. Y es erróneo. Porque no todos los precios suben generalizadamente, algunos suben mas que otros y los salarios suben últimos. Porque si todos subieran de manera equivalente, no sería tan problemático. Pero si queda rezagado el salario es un impuesto al salario. Eso está matando, las causas de la inflación-. Después tenes dos formas de seguir emitiendo: una que es espuria y una que no lo es. La primera, es pagar al Tesoro. La segunda es pagar la deuda del Banco Central, las Leliqs y todo eso, esas tasas de 282% anual, lo redujo un 80%. Y parte de esa deuda se la sacó al Tesoro y queda una forma de emisión que sería emitir contra compra de dólares. Eso no es espurio. Eso sería equivalente a lo que pasaba en la Convertibilidad.
Ahora, él dice que va a hacer algo más dramático que es cortar a cero la compra de reservas. Si hace eso, el peso se va a empezar a apreciar contra el dólar, fuertemente. Lo que va a dejar la economía cara en dólares y va a necesitar la deflación en pesos. Eso podría tener éxito pero sería muy duro, y tal vez más duro de lo necesario. Prefiero la dolarización.
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VL: – ¿Por qué se habla tan poco de la dolarización?
AE: – Porque se eligió otro camino con Caputo. La dolarización era con Emilio Ocampo ,y el camino de Caputo es solucionar el problema del Banco Central administrando la quiebra. Un Banco Central quebrando que se va corrigiendo. Recompró 16 mil millones de dólares de reservas, redujo los pasivos monetarios, capitalizó el Banco Central emitiendo deuda del Tesoro. Cuando termine todo ese proceso viene la competencia en monedas y eso va a generar una dolarización de hecho. En algún punto, se van a dar cuenta que hay que hacer la dolarización completa de facto porque eso permite que todos los vencimientos en pesos sean en dólares y no te hace este ajuste. Incluso la Convertibilidad era mejor que este sistema de competencia de monedas con tipo de cambio flexible. El problema será la presión del peso, al contrario de lo que es hoy, que es la devaluación del peso. La apreciación del peso es duro.
Sí creo que van a matar la inflación y la competencia será entre monedas relativamente sanas. El dólar perdió la mitad de su valor en los últimos 20 años, tampoco es una moneda realmente sana. Pasa que es mejor que la nuestra que perdemos la mitad del valor cada 8 meses. Ahora, empezamos a hacer una cosa más razonable. Ojo que los argentinos tenemos bajo el colchón entre 115 mil y 130 mil millones de dólares perdiendo plata. Que si los metiéramos al sistema financiero, nada más que a tasa de interés de corto plazo, tendríamos a un 5% de tasa anual, 6500 millones más.
“El Estado tiene 60 mil propiedades, hay que vender 20 mil”
VL: – ¿Y por que no lo hacemos? ¿Somos tontos los argentinos?
AE: – Porque no tenemos confianza en nuestro sistema, por eso, devolver la confianza es esencial. Y un sistema impositiva que mata al que trabaja y al que ahorra y subsidia al vago. Hacemos pelota al que produce riqueza, a ese lo matamos con impuestos y lo obligamos a trabajar después de jubilado para que vuelva a pagar su casa. Es aberrante nuestro sistema y Javier Milei sabe que tiene que simplificarlo y bajarlo aunque todavía no lo ha hecho. Decidió empezar por la inflación, que probablemente sea el peor impuesto que se le cobra al asalariado.