La polémica traducción de “faraón”, la SUBE sin fondos de Bullrich y la chicana de Adorni por el Audi A5: así se vive el paro en X

Como siempre, la batalla cultural ya no se pelea solo en las calles. Puede no haber colectivo, subte o trenes -como sucede en la vida “analógica hoy- pero eso no significa que el país esté parado.

Desde su trinchera, el presidente Javier Milei es el principal francotirador de palabras que, como municiones, salen contra los “Gordos” de la CGT, buscando herir los fundamentos de este segundo paro general que vive en cinco meses.

Arrancó el día subiendo una foto suya con una leyenda “YO NO PARO” (foto que ya había retuiteado de la cuenta de otro usuario a diez horas antes).

Pero lo que más llamó la atención de la cuenta oficial del presidente es la traducción del hebreo de la palabra “Faraón”. El mismo dice que su traducción es “Paro”, “pinchando” asi a Daer, Moyano y compañía, a quien “a buen entendedor”, señala como la casta.

Una rápida revisión en la RAE de esta traducción indica que al menos es “capciosa”, ya que faraón viene del hebreo par’oh y significa “casa grande”. ¿Habrá sido que el presidente se dejó influir por las colaboraciones espontáneas de sus traductor del hebreo, el rabino Axel Wahnish, ahora embajador argentino en Israel?

Por último, el reposteo de un Instagram motivacional, donde repite, como un mantra, que la “libertad no se negocia”. Los oficialistas más alineados con su discurso fueron Patricia Bullrich y Manuel Adorni. La ministra , fiel a su estilo, les envió un mensaje a los gremialistas: “dejense de joder y vayan a laburar”. Y como nota de color, se quiso tomar un colectivo para demostrar que se podía circular y le prestaron una SUBE sin saldo.

El que la picó fue Manuel Adorni (@madorni), que además de decir con llamativa exactitud que hubo 138.466 denuncias de extorsión, dejó una pregunta en el aire: “hay un sindicalista que se mueve en un Audi A5 mientras un millón de trabajadores quedan varados por el paro de su gremio”.

En línea con el Gobierno nacional (y ante el silencio de otras figuras del PRO y la UCR), Jorge Macri salió a castigar a los sindicalistas. “Millones de argentinos laburantes hoy pierden su día de trabajo, el presentismo, las horas extras, las changas. El kioskero que abre y no va a vender, el abuelo que tiene que ir al médico pero no puede salir de su casa, la obra que se frena porque algún albañil no tiene cómo llegar, el comercio que levanta sus persianas y abre igual, a pesar de que sabe que es un día en que le va a ir mal. Y del otro lado, algunos pocos que festejan, mientras defienden sus privilegios a costa de que el país sea cada vez más pobre. La prepotencia del sindicalismo, después de 4 años de silencio que aturde, ya no representa a los que están haciendo un gran esfuerzo y la pelean a pesar de la difícil situación que vivimos…”, aseguró en X.

¿Habrá pensado en Roberto “Roby” Fernández, secretario general de UTA, que en otros tiempos supo ser un aliado casi incondicional de Mauricio Macri?

Una vez más, la grieta cruje en una Argentina que navega en los dos polos de la misma realidad: por un lado las calles vacías, escuelas cerradas y el mudo reclamo de los ciudadanos que quieren trabajar y no pueden y también de los que no pueden trabajar y quieren. Y por el otro, el país que repudia a los sindicatos, que sostienen que el paro no es una demanda sino un agravio a la política de Javier Milei.

Esos dos países están en la calle y en las redes. El segundo paro general que los gremios organizaron para este gobierno traerá otra jornada de reclamos, demostrando el enojo ante un DNU que no comparten y la furia de haber presenciado cómo los legisladores se levantan la mano para aumentarse la dieta.

Las reacciones son a la medida de la grieta: los que defienden a ultranza el paro y aquellos que defenestran a los que lo organizan y marchan.

“Casta”, “Mantenidos”, “parásitos”, delincuentes” son algunos de los epítetos que los que cuestionan el paro destilan en las redes.

Del otro lado, “carnero”, “boludos” y “basura” son algunos de los insultos a los que rechazan la medida de fuerza.

Ambos “pelean” en las redes, bajo los hastagh #Fracaso, #GraciasCGT, #PatriciaBullrich, #Constitución, etiquetas que demuestran que el tema es el tema del día y que la victoria o el fracaso terminan siempre, y en todo lugar, siendo una cuestión dialéctica

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