21/06/24

A Espert no le importa la rosca en Diputados, solo quiere destronar al «petit» Rosas

«Espert tiene menos rosca que el rompecabezas CodyCross».
La definición corre por cuenta de un ultraliberal rancio que no le tiene ningún aprecio. Pero lo respeta, lo que ya es mucho.
Pero más allá de cuán simpático resulte (o no) José Luis Espert, lo que importa es el concepto. El primer gran aliado que cosechó Javier Milei en sus turbulentos primeros cien días de gobierno, es un hombre de acción, no de rosca política.

Detesta la rosca casi tanto como a un populista. En ningún caso podría intentar hacerse cargo de sacar en Diputados la Ley Ómnibus recapada o evitar otro colapso del mega DNU como el que sucedió el jueves fatídico en el Senado comandado por Victoria Villarruel, pero en el que todavía sobrevuela el espectro de Cristina Kirchner.


Solo pensar en la rosca infinita a la que se expondría si quisiera desplazar a Omar Zago y Martin Menem, ya agotan la poca paciencia que suele tener Espert cuando le hablan de intrigas y conspiraciones de palacio. El no está hecho de esa madera. No es ni quiere ser «casta» política.

Además, por si hiciera falta, Espert sabe que Zago-Menem son la dupla favorita de Karina y Javier. Los hermanos del poder comprenden que Diputados es territorio comanche. Donde la LLA se exhibe casi desnudo en el teatro de la política. Y esa realidad no cambiará, y con mucha suerte, hasta dentro de 18 meses cuando la sociedad vuelva a votar. Y reacomode, o no, las cargas.
Por ahora Espert tiene entre ceja y ceja a su enemigo intimo: el gobernador Kicillof. Como John Wayne contra el cacique Toro Sentado en los viejos western de Hollywood, Espert desenfundó su pistolas cargada de magias y disparó a mansalva, tratando de desestabilizar al «core» del gobernador: su política fiscal.

Una cosa es incendiar el Twitter o otra muy diferente es incumplir con los impuestos que Kicillof se ocupó de hacer aprobar este verano en la Legislatura bonaerense cuando vio el corralito que le tenía preparado Milei.

La semana del feriado largo marcará una tregua para el Sistema. Estos cien días deben haber marcado un récord de productividad para La Casta.

Semana Santa y el 42 aniversario de la recuperación-temporal, claro- de las Islas Malvinas dejarán desiertas las oficinas y cafés donde el lobby política intenta a ciegas determinar el rumbo del gobierno libertario. Ese impasse marcará cuales son los límites para la rebelión que sueña encabezar Espert.

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