09/02/25

La reconciliación Espert-Milei y “Maléfica” Villarruel: un final de novela turca

Los guionistas de toda novela turca que se precie de tal, sostienen que siempre deben coexistir dos elementos constitutivos básicos: un malo, muy malo al que se le echará la culpa de todos los desaguisados y conflictos. Y un final feliz, con notas épicas y románticas aderezadas con sal y pimienta (o sea con una mezcla de tintes épicos y románticos casi al mismo tiempo) que garanticen una escena final edulcorada que movilice los sentimientos de la platea.

Pero como somos argentinos, vamos a contradecir el orden de los factores. 

Casi un mes después de San Valentín y el mismo día que el IPC golpeó duro marcando 276% de inflación anual y 13.2% en febrero, José Luis Espert y el presidente Milei sellaron su reconciliación en público (Desde hace un par de meses ya venían avanzando en esa línea con visitas, desayunos y almuerzos reservados). Y lo armaron como lo hace una pareja comprometida y empática el uno con el otro.

Lo gestual importó y mucho en esa puesta en escena. Tanto para “el gran público”, el de la tele, como para el universo omnipresente de las redes sociales. Para el primero se gestó una entrevista con el periodista Chiche Gelblung que fue emitida por Crónica TV, y que le apuntó al votante que Milei  captó con audacia en el ballotage del 19 de noviembre pasado. Ese votante de clase media baja y baja (si es que a esta altura esa categorías socioeconómicas siguen vigentes), que navega entre la esperanza y la desilusión. Que ve como los precios suben por el ascensor, mientras los sueldos o changas se pulverizan por la inflación.

Ni más atrás, ni más lejos.

A su lado estuvo Espert. Un liberal puro y duro. de los de armas tomar, que pide cárcel o bala cada vez que puede. Espert, el mismo que abrió la ventana para el liberalismo en 2019, cuando Milei sólo era una figura excéntrica pero atractiva en los medios.

La consistencia de la dupla Milei-Espert traspasó la pantalla de Crónica y marcó la agenda de medios por el resto de un día particularmente complicado para el gobierno. Explicar por qué la inflación azota al país cuando el dólar blue baja y los despidos son pan del día, no es “moco ´e pavo”. Pero en tándem la tarea resultó menos fatigosa. Espert pudo recurrir al siempre a mano recurso de culpar a Cristina Kirchner y de paso demonizar “al zurdito” de Kicillof. El presidente pidió paciencia para apechugar el sacrificio. 

Más sencilla y habitual resultó la segunda parte de la vuelta al primer amor. Las redes sociales son el territorio propio, donde ambos se sienten fuertes y protegidos. La foto en el despacho presidencial que después Milei posteó, salió “con fritas”. Y tuvo un impacto aún medido en el resto del ecosistema político. La “casta” tomó nota del mensaje y por ahora lo está procesando.

El ingreso formal de Espert al bloque de Diputados de La Libertad Avanza es un aporte cualitativo, no cuantitativo. De fondo, no de forma.

Registra un camino de confluencia política, que con el tiempo podría tener su correlato electoral. Y, tal vez lo más importante, no amenaza la estructura (básica) de LLA en Diputados. Espert no pretende ni le interesa ser el jefe del bloque oficialista. La figura, siempre en jaque, de Oscar Zago no corre peligro de ser desestabilizada.

Para el Presidente, tener a su lado a Espert (y algunas veces como vocero informal) lo relaja. Se conocen tan de memoria como Messi y Lucho Suárez. Hoy, pasadas varias tempestades en la relación, se sienten en confianza mutua. Milei lo volvió a tratar de “Profe” y el clima de buena onda mutua prevaleció en este camino de reconciliación que se decidieron a recorrer. Casi como volver al 2019/2022, cuando los nubarrones enturbiaron el vínculo.

Hasta aquí el final feliz. Pero ¿qué pasa con el malo de la historia?

En principio hay que hacer una aclaración de género. Se trata de una “mala”.

Horas después del amor explícito entre Milei y Espert, las granjas de trolls de Juan Doe (Director de Comunicación Digital del gobierno) por un lado y los de la llamada “Comunidad del Bosque” (tienen su búnker en el ex Salón de las Mujeres de la Rosada) que reportan al todopoderoso Santi Caputo, lanzaron una ofensiva conjunta brutal contra la figura de Victoria Villarruel.

La tacharon de traidora, y hasta uno planteó que la deberían “colgar en la Plaza”. Todo porque Villarruel había habilitado el tratamiento del DNU en el Senado que ella comanda, sin tener los votos suficientes para aprobarlo. Pero la presión fue tan grande que terminó por bajarla, horas después.

El silencio, siempre sospechoso, de Mauricio Macri no hace más que abonar las teorías conspiranoicas en la mesa mínima del Presidente. El triángulo del poder, Milei-Santi Caputo y Karina, nunca terminó de masticar el brulote envenenado que desde hace dos meses operadores del macrismo hacen circular en pasillos tan variopintos como la Amcham, la UIA o lobbies de lo que alguna vez dio en llamarse el Círculo Rojo: Villaruel será el caballo de troya que Macri usará para desestabilizar al Presidente.

¿De verdad la vice será Maléfica o todo quedará en un fuego de artificio menor?

Los guionistas de la novela turca tienen el final abierto. 

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