La Justicia en el cuarto año de la guerra del gobierno (y la actitud de la oposición)
Los ataques a la Justicia y el copamiento de las instituciones de control
Pese a que la guerra contra la justicia declarada por el actual gobierno fue anticipada antes de asumir en diciembre de 2019, parece no haber respuestas condignas de la oposición.
El principal objetivo del gobierno es lograr la exculpación de CFK lo cual es lógico: si se permite acceder al gobierno a personas procesadas carentes del requisito constitucional de la idoneidad, es natural que lo hagan. Por ello el gobierno y la propia Vicepresidente tienen equipos trabajando permanentemente en el tema, formulando planes y proponiendo medidas.

Pero pese a declamar – y constatar – la importancia de la Institución, la oposición, la ciudadanía y las instituciones republicanas no han sido consecuentes y han descuidado el tema. Se ocupan en forma intermitente y concentran su atención y energías en otros temas.
Actúan por reacción, no tienen una estrategia general y , lo que es peor, subestiman la capacidad de daño del gobierno. Así ocurrió con muchos de estos ataques y así esta ocurriendo en estos días con el juicio político a la Corte Suprema.
Otro error es ir contestando cada ataque en singular, desligado de los anteriores. Como creo haber demostrado, esta es una guerra donde todo está encadenado: mostrar el panorama total asigna mayor gravedad a las acciones intentadas.
Como consigné en anteriores notas, la actual administración se inició copando todas las instituciones que podrían denunciar o controlar – la Oficina Anticorrupción, la Unidad de Información Financiera, la IGJ, la Oficina Anticorrupción, la Procuración del Tesoro – ; luego apuntó a la Procuración General de la Nación, al Ministerio de Justicia, al Consejo de la Magistratura y fue escalando hasta llegar a la Corte. En el camino no se olvidaron de atacar a los medios y los periodistas. (v. el gráfico)

Los ataques más recientes contra la Justicia y sus instituciones
Sólo en una o dos ocasiones las malas noticias tomaron por sorpresa al gobierno. La primera fue el fallo de la Corte Suprema que en diciembre 2021 declaró inconstitucional una parte de la reforma de la institución del 2006 que promovió CFK para aumentar a los políticos en la dirección de Consejo de la Magistratura.
¡Recordalo en esta nota! ¿Por qué es tan grave lo que sucedió esta semana con el Consejo de la Magistratura?

Gracias a este fallo cambió la dirección de este organismo y asumió como Presidente el titular de la Corte Dr. Horacio Rosatti. En este caso CFK maniobró para designar representantes de su confianza por la primera y por la segunda minoría en el Senado de la Nación, recurriendo a la artera maniobra de dividir su bloque (dejada sin efecto por la Corte la Vicepresidente la ignoró pues lo repitió en la siguiente designación).
Reacciones contra la Corte: aumento del número de jueces
Como respuesta al fallo del Consejo de la Magistratura, en enero de 2022 CFK reflotó en el Senado de la Nación su idea de cambiar o aumentar la cantidad de integrantes que culminó con un proyecto con media sanción aumentando a 25 sus integrantes. Pese a no tener mayoría en Diputados para sancionar la ley, el sólo hecho de que la Cámara Alta la haya aprobado es gravísimo como prueba de que en esta guerra no hay límite alguno.
Leer mas del mismo autor ➡➡➡ : El plan K lleva a la justicia a caminar por la peligrosa cornisa de la autocracia
La medida sobre la coparticipación

También descolocó al Gobierno la decisión del Alto Tribunal en la contienda sobre la coparticipación, y su orden de reintegrar a la CABA lo que le corresponde. En este caso el gobierno resolvió primero no acatarlo, y luego hacerlo pero con bonos.
El planteo en las Naciones Unidas
Recientemente, en un nuevo ataque, el gobierno se atrevió a denunciar a la Justicia actual las Naciones Unidad. Pero el bochorno que sufrió no quita la importancia del hecho: el PE – con anuencia de un sector oficialista -atacando a la Justicia del país con falsas acusaciones.
El pedido de juicio político
El más reciente intento fue promover el juicio político contra los actuales integrantes de la Corte Suprema. En este caso, una vez más, la oposición se mantuvo tranquila con la misma consigna de que “no tienen votos” suficientes para que prospere la acusación, pero lo que no calibró debidamente es el gran daño que la Comisión de Juicio Político puede producir en términos de desprestigiar, acosar, molestar, destruir y desgastar a los integrantes del Alto Tribunal
El arsenal nuclear al que recurre CFK amaga con destruir no sólo a la Corte, sino a la República
La imagen de la Justicia no ayuda
Entre tanto, hace pocos meses, en uno de los juicios penales contra la Vicepresidente y sus secuaces se culminó la etapa de pruebas y ha pasado a sentencia. En este caso, la Justicia ha dado una buena imagen, y CFK quedó devastada.

Pero en otras ocasiones la misma justicia no ayuda. El caso de ‘los huemules’, como se llamó al viaje de jueces y fiscales invitados por una empresa privada a pasar unos días en un lugar de ensueño y único en el Sur no fue acertado para quienes predicamos el respeto por la institución judicial.
Cuando hablamos del cierto desinterés que se advierte especialmente en la ciudadanía por la Justicia, pensamos en la imagen desvaída tiene ante el gran público. En ocasiones también se confunde a la Justicia con una institución que tiene que condenar drásticamente a quienes la mayoría considera culpables: la gravedad del caso ‘autoriza’ a que la justicia condene a las máximas penas sin ninguna posibilidad de defensa.
Magnicidios institucionales
A raíz del extraño atentado contra la Vicepresidente, se puso de moda hablar de magnicidios. Así imaginé oportunos calificar de ‘ magnicidios institucionales’ a sus acciones y las del gobierno contra la institucionalidad del país, pues no es otra cosa lo que se ha intentado desde reformar a la Constitución, o apoderarse del Ministerio Público Fiscal, hasta avanzar sobre la autonomía de la CABA, e intentar copar o destruir a la Corte Suprema.

Esperemos que en diciembre de este año termine para siempre este ciclo K pues es el peor de los gobiernos que tuvo la Argentina (y hubo realmente malos) con gravísimos daños para las instituciones.
Pero insisto con la necesidad de prestar atención a la Institución. Parecería que las aspiraciones por la justicia en el sector sano de la población se declaman, pero sin el compromiso que su envergadura merece. No tiene un lugar de privilegio en la agenda política argentina. Y esto es preocupante.
Nos acercamos a las elecciones donde es esperable que se cierre el ciclo K. Pero el tema de la Justicia seguirá vigente aun cuando quede desplazado del Gobierno.
Sabemos que nuestro sistema judicial está en declinación desde hace décadas. Algunos gobiernos tuvieron más responsabilidad que otros, pero la tendencia siempre fue declinante.
Por otra parte, el siglo XX ha pasado por nuestra justicia casi sin dejar cambios. Y, además, hay que mirar al futuro pues aún si se superaran las actuales intentos de implosionar el sistema judicial, no hay ninguna esperanza de que en de dos o tres décadas nuestra Justicia esté mejor, a un nivel comparable con la de los mejores países del mundo. En ese período, además, la tecnología producirá fenomenales cambios. Lamentablemente no han no hay nadie siquiera imaginando al país en dos o tres décadas en este campo de la Justicia, y, mucho menos, en los cambios que la tecnología ya está produciendo.