Titulo original: Bitcoin es un faro
Bitcoin es un faro. No literalmente, claro. Es una metáfora, y hay que ser cuidadoso con ellas. Un tuit del jurista y bitcoiner Stephan Kinsella me llamó la atención sobre el uso de las metáforas en la ciencia económica y las confusiones que ello genera. Pero como este no es un artículo científico, y las metáforas son didácticas, voy a insistr: Bitcoin es un faro, en muchos aspectos.
the developing Kinsella, in law school, on the cusp of anarchism but still holding onto Randroid minarchism https://t.co/7krgpJFzTH Written in my Randian minarchist phase. Now I would take Fig. 2 not Fig. 1
— Stephan Kinsella (@NSKinsella) August 6, 2022
Empecemos por la primera palabra que usa Satoshi en el white paper después del abstract: el comercio. Los faros, antes del GPS y otros sistemas electrónicos de asistencia para la navegación, eran fundamentales para el comercio marítimo. Alertaban sobre peligros en la costa e indicaban el acceso a los puertos. En 1890, un Arnold Burges Johnson escribió en una oscura publicación estatal sobre faros:
“El comercio ha sido robusto y ha encontrado luz en las esquinas oscuras del planeta, pero más se mantiene cuando es bien recibido y mejor atendido. Donde haya faros van los barcos: algunos irán donde no hay luces, pero los rayos de bienvenida atraen una mayor cantidad y con más carga”
Bitcoin facilita el comercio como un faro. La ausencia de intermediarios remueve las fricciones que existen a la hora de pagar en internet y permiten todo tipo de intercambios voluntarios, incluso aquellos que los gobiernos no aprueban. No es sorprendente que uno de los primeros casos de uso de Bitcoin fue para comerciar en Silk Road, el primer marketplace moderno de la dark web, donde abundaban productos prohibidos por el gobierno, en especial ciertas sustancias químicas.

En Silk Road, gracias a la existencia de una red incensurable como Bitcoin, fue posible llevar adelante transacciones comerciales pacíficas que de otra manera hubiesen expuesto a sus participantes a potenciales situaciones violentas, resultado de las consecuencias de la persecución estatal. El comercio fluido es uno de los mejores garantes la paz.
“Cuando las personas y los productos no cruzan las fronteras, tarde o temprano las cruzarán los ejércitos”, apuntó el economista y escritor Frédéric Bastiat en el siglo 18.
Los faros facilitan el comercio en tanto y en cuanto estén ubicados en la posición correcta, de lo contrario lo podrían entorpecer. Un faro ubicado donde no hay un peligro, o que indique de forma incorrecta el acceso a un puerto, más que una ayuda sería un obstáculo para el comercio. Si toda la costa estuviese poblada de faros, no cumplirían su objetivo de transmitir la señal que advierte a los navegantes.
De la misma manera, uno de los requisitos fundamentales para que funcione la red Bitcoin, y tenga sentido montar semejante es infraestructura descentralizada, es que sea escaso. No es la escasez lo que le da valor a Bitcoin, pero si es una propiedad indispensable para que un objeto/commodity pueda convertirse. Por ese motivo, las hojas de un árbol, los granos de arena, o el dinero fiat, emitido discrecionalmente por los bancos centrales e impuesto por decreto de la autoridad (de hecho, este es el significado literal de fiat) no hacen un buen dinero, de lo contrario no sería necesario el uso de la fuerza para su adopción.
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Los faros debían ser diseñados para resistir las condiciones extremas a las que eran expuestos por su cercanía con el mar. Satoshi diseñó Bitcoin pensando que debía resistir los embates de los actores más poderosos de nuestra era: los estados. Después de la presentación en sociedad del documento fundacional de Bitcoin en la lista de correos sobre criptografía de Metzdowd.com, Satoshi presentó su descubrimiento en el foro de la P2P Foundation. Allí, contestando un comentario en el que comparaba Bitcoin con una versión anterior de dinero electrónico (ecash de David Chaum), explicó:
Un montón de gente automáticamente descarta las monedas electrónicas como una causa perdida por todas las compañías que fracasaron desde los años 90. Espero que sea obvio que era la naturaleza de esos sistemas con control centralizado lo que los llevó al fracaso. Pienso que es la primera vez lo estamos intentando de una forma descentralizada, en un sistema que no está sostenido en la confianza.
Si Bitcoin no puede soportar un ataque de las organizaciones más violentas del planeta, entonces no puede funcionar como dinero. Si un faro no puede soportar las condiciones extremas que presenta la costa, tampoco les sirve a los marineros. Bitcoin, sin embargo, es más robusto que un faro. Satoshi encontró los incentivos adecuados para blindar la red ante los distintos vectores de ataque, en una demostración de cómo funciona el pensamiento adversarial, o “pensar como el atacante”. El Faro de Alejandría —una de las siete maravillas del mundo antiguo—, en cambio, como muchos otros faros, quedó en ruinas después de un terremoto.
Por último, los navegantes pueden ignorar las luces de los faros, pero no pueden evitar las consecuencias de ignorarlas. Las leyes de la física se encargarán de probárselo al negador. Algo parecido ocurre con Bitcoin. Las personas pueden ignorar Bitcoin, pero no las consecuencias de no adoptarlo. Entender esto último no es tan evidente como las consecuencias de ignorar un faro. Requiere pensamiento crítico y detenerse a pensar acerca de cuestiones poco habituales. Por ejemplo, ¿qué es el dinero? ¿cómo ha cambiado en los últimos 500 años? ¿qué implica la revolución que significó internet, la world wide web y la llamada “autopista de la información” para la privacidad y la propiedad? Todas estas preguntas, y otras, vamos a explorarlas en Faro Bitcoin.
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Bitcoin no es literalmente un faro, pero simbólicamente lo es. Un faro de esperanza en un mundo donde los espacios de libertad son cada vez menos, donde la tecnología, así como ha beneficiado a la humanidad, también le ha dado una herramienta de vigilancia y control a los gobiernos. Bitcoin nos ofrece una alternativa en la cual tu tiempo, el esfuerzo de tu trabajo y tu libertad está bajo resguardo de la mejor tecnología monetaria que jamás existió.
Acompañame a seguir descubriendo Bitcoin porque “no tienes nada que perder excepto tus vallas de alambres de púas“.
Bienvenido.
Artículo publicado en Faro Bitcoin