Lomos de burro y sistemas de retenciones, ¿algo en común?
En un país coherentemente organizado, cuando una persona quiere manejar un vehículo debe rendir un examen, en el cual debe probar su capacidad de manejo, su comprensión de las leyes organizadoras del tránsito y de los castigos por infringirla. Debe manejar un vehículo en condiciones, circular por determinados lugares y realizar determinadas maniobras, dentro de un rango de velocidad establecido de acuerdo a pautas que responden a una combinación de libre circulación y seguridad propia y ajena.
Existe una organización que controla el tránsito, determina las infracciones y establece el castigo correspondiente. Con respecto a la velocidad, el conductor, tiene la posibilidad de superar el límite reglamentario ateniéndose al consecuente castigo que puede llegar a incluir la prohibición de manejo.
Si el sistema funciona, aquellos conductores que son educados y respetan las normas, transitan con total facilidad y tranquilidad y los demás son multados, tal vez inhibidos para manejar y registrado su accionar como antecedente, eliminando del sistema los irresponsables y contribuyendo a la educación general.
Cuando hay fallas en la organización de control y la aplicación de castigos, los malos conductores no son castigados ni inhibidos y el tráfico se transforma en peligroso para la comunidad y el conductor inconsciente y mal educado se transforma en el famoso “vivo argentino”.
¿Que hacen algunas autoridades cuando esto sucede y está relacionado con la velocidad? En lugar de tratar de controlar mejor y aplicar la ley: Construyen un “lomo de burro”.
¿Cuál es el resultado? En el lugar en que se construye el “lomo de burro”, se disminuye la velocidad del tránsito pero, se molesta a los conductores educados que cumplen con la ley, se complica a aquellos de deben ser veloces (ambulancias, bomberos, policías), no se elimina del sistema a los irresponsables y no se educa con el ejemplo de funcionamiento.
El mensaje que dan las autoridades se puede traducir de la siguiente forma: “Como no somos capaces de controlar y castigar a los irresponsables, los vamos a molestar a todos construyendo obstáculos en el camino, pero igual le vamos a cobrar impuestos para mantener el sistema de control que no funciona”
Con el sistema impositivo y las retenciones de Exportaciones, IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, incluyendo las retenciones en los sueldos y las contribuciones patronales, etc, pasa exactamente lo mismo:
Como nunca fueron capaces de controlar y recaudar (aunque se les paga para ello) inventaron los sistemas de retenciones, donde se obliga a los contribuyentes a recaudar y controlar en su lugar.
O sea que los funcionarios cobran por algo que obligan a hacer a otros en forma gratuita generando costos extra en cualquier empresa diluyendo el principio básico que cada ciudadano es responsable por sus impuestos y por lo tanto el sistema no educa.
Concluyendo; mientras más “lomos de burro” y sistemas de retenciones existan, menos coherentes y capaces son nuestros funcionarios, ya que el criterio utilizado para su aplicación es muy idéntico.