Trump intensifica la guerra comercial con aranceles del 130% a China y restricciones al software crítico, en respuesta a las trabas de Pekín sobre tierras raras, amenazando con una mayor desaceleración del comercio global y un “desacoplamiento” económico que podría redefinir alianzas internacionales.

En un movimiento que intensifica aún más la guerra comercial, el presidente Donald Trump anunció este viernes la imposición de aranceles adicionales del 100% sobre todas las importaciones procedentes de China, sumándose a los gravámenes existentes del 30%. Esta medida elevará el total efectivo a un 130%, cubriendo el 100% de los bienes chinos entrantes a EE.UU., y entrará en vigor a partir del 1 de noviembre de 2025.
Trump justificó la decisión como una respuesta directa a las “prácticas injustas” de Pekín, destacando las recientes restricciones chinas sobre la exportación de minerales de tierras raras —insumos esenciales para la industria tecnológica, de defensa y energías renovables—. El anuncio se produjo apenas horas después de que el mandatario amenazara públicamente con “un aumento masivo de aranceles” en redes sociales, incluso planteando la cancelación de una reunión planeada con el presidente Xi Jinping para finales de octubre.
Adicionalmente, EE.UU. aplicará controles estrictos a las exportaciones de todo software crítico a partir de la misma fecha. Esta restricción podría impactar severamente a empresas estadounidenses de tecnología y ciberseguridad que dependen del mercado chino, como proveedores de chips y herramientas de desarrollo. Analistas estiman que estas medidas podrían reducir las importaciones chinas en un 20-30% adicional, exacerbando la desaceleración ya observada: en los primeros siete meses de 2025, las importaciones de China a EE.UU. cayeron de $239 mil millones en 2024 a $194 mil millones.
China podría retaliar con aranceles superiores al 32.6% actuales, afectando exportaciones agrícolas y manufactureras de EE.UU. En el contexto de la diversificación china —que ha mantenido su PIB creciendo al 5.2% en el segundo trimestre pese a las tensiones—, Pekín podría acelerar su “autosuficiencia tecnológica”, como se vio con el lanzamiento en enero de 2025 del modelo de IA DeepSeek, rival de competidores estadounidenses.
El mundo observa con preocupación: esta ronda podría prolongar la guerra comercial otros cinco años, según modelos económicos, redefiniendo alianzas y acelerando un “desacoplamiento” que ya ha debilitado la posición leverage de Washington.