Argentina o el síndrome Papá Noel
Papa Noel, con su barriga y su barba blanca es uno de los personajes más queribles de la historia. Desde la mirada de los niños, es una imagen absolutamente bondadosa que vive solo para reír y traerles alegría y regalos en una época del año, con una increíble capacidad para leer millones de cartas y junto con su trineo y sus renos, recorrer el mundo en un solo día con todos los obsequios a cuestas.
Desde la mirada de los adultos, es un amigo de fantasía que ayuda a la felicidad de hijos, sobrinos y nietos, siendo incluso un “apoyo” fundamental a la hora de premios y castigos mientras la edad y la mentalidad de los pequeños así lo permitan.
Cuando algunos niños piden algo que no corresponde o no se puede, o cuando tienen actitudes que no se condicen con la buena educación y convivencia, los mayores, pueden, por “intermedio” de Papa Noel enseñarles el buen camino.
Todo es una gran fantasía, que mientras se mantenga dentro de los parámetros y códigos normales, es beneficiosa para todos los que intervengan en ella, ya que trae alegría y puede servir para educar.
Lo mismo ocurre con los reyes magos. Así viajen en camello o trineo, tienen un poder ilimitado sobre los elementos y la física.
Los niños no entienden cómo, pero los adultos avalan la historia y a las primeras dudas les dicen que más adelante entenderán.
Cuando los niños crecen, se dan cuenta y entienden que es una fantasía. Pero como que tiene algún beneficio, comienzan a participar en ella, desde el lado de los adultos, manteniendo los mismos códigos.
El principio o código básico es que Papá Noel o los Reyes Magos son personajes de fantasía y por lo tanto su poder ilimitado sobre los elementos y la física no existen.
Los regalos hay que producirlos, pagarlos y tienen que ser llevados hasta el lugar que corresponda por el sector de los adultos.
Son millones las personas que hacen el trabajo y el esfuerzo que luego, en la fantasía recae sobre un piloto de trineo y/o tres jinetes de camellos.
Nadie, entre los adultos racionales, puede creer que algún ser humano pueda tener el poder de Papa Noel o el Rey Mago sobre los elementos o la física. Es simplemente una cuestión de sentido común darse cuenta que no se puede desafiar la ley de gravedad sin los instrumentos adecuados y no obtener un flor de golpe.
Teniendo en cuenta todas sus decisiones y discursos, en argentina, seguimos viendo que el Populismo-Fascismo-Socialismo representado principalmente el peronismo y su frutilla del postre, lo peor del país, el kirchnerismo, cree tener el poder de regalar sin producir, definiendo precios e índices, generando negocios imaginarios y concentrando decisiones en mentes inútiles, desafiando las leyes de la física, de la economía y de la cordura.
Sus adláteres están cumpliendo, en parte, la función de los adultos con el tema de Papá Noel o Los Reyes Magos.
Afirman que sus líderes pueden hacer lo que dicen y que si alguien no lo entiende más adelante lo entenderá.
Una buena parte de los argentinos, a pesar de ser adultos, cumplen la función de los niños. Aunque no lo entienden, creen que es cierto y esperan obtener sus regalos sin ningún esfuerzo. Una buena parte de los argentinos estamos cumpliendo la función de los niños que crecen: ¡nos hemos dado cuenta!
Pero hay una diferencia con relación a Papa Noel o los Reyes Magos, también nos dimos cuenta que los líderes Populistas-Fascistas-Socialistas creen tener el poder ilimitado sobre la física, la economía y los elementos, o sea que estamos en presencia de un conjunto de síntomas que caracterizan una enfermedad: un síndrome.
Esta fantasía de estos líderes y sus adláteres (¿El síndrome Papa Noel? ¿El síndrome Reyes Magos?) no es en absoluto beneficiosa, por lo menos para la inmensa mayoría de los habitantes de este país y por lo tanto, los argentinos que nos dimos cuenta, no vamos a participar de la misma.
La realidad es una sola y la defensa del sentido común, la ciencia, la vida, la libertad y la propiedad es fundamental para lograr los anticuerpos necesarios para que el virus populista-fascista-socialista sea derrotado y el Síndrome de Papá Noel o Reyes Magos sea una enfermedad solo excepcional en personas con “bajas defensas”.
Articulo publicado en la revista Amo la Libertad