06/11/2025

El reto: unir el camino del empleo privado y productivo con el auge económico

En el marco del prestigioso foro Smart City en Santiago del Estero, la UISdE, junto a representantes del gobierno provincial, universidades, y las cámaras de tecnología y construcción, participó en un panel bajo el lema “Formación para el empleo en comunidades que innovan”. Este encuentro sirvió como plataforma para abordar un desafío crucial: alinear el crecimiento económico con la generación de empleo privado, productivo y registrado, en un contexto de transformación tecnológica y globalización. Castor López, en el siguiente artículo, visualiza una nueva “ventana de oportunidad” para un segundo impulso económico, centrado en agregar valor a la producción de proteínas vegetales y animales, fortaleciendo la logística, la infraestructura y las comunicaciones.

Bajo la consigna “Formación para el empleo en comunidades que innovan” la UISdE fue invitada a un panel, junto al gobierno provincial, las universidades UNSE y UCSE y las cámaras de la tecnología y de la construcción, en el reciente y valioso foro Smart City, efectuado en su 4a edición consecutiva en nuestra ciudad capital.

UISdE, asociada a la UIA, propone el programa nacional llamado “Formacion situada”, adecuado al mundo empresarial privado local, mediante pasantías de estudiantes y próximamente a través del método de casos; articulando así a sus empresas asociadas con ambas universidades y con otras cámaras, para intentar enfrentar el desafío del título.

El desafío es real, que el imprescindible crecimiento económico resulte acompañado de una evolución simultánea del empleo privado, productivo y registrado. Involucrando a las nuevas generaciones de empresarios, como la denominada “UISdE joven” en el caso industrial, para su necesario sostén en el largo plazo.

Desde hace varias décadas que transitamos los tiempos de la llamada “singularidad tecnológica” o de “la 4ta o aún la 5ta revolución tecnologica” de innovación y cambio continuo. Incluso con la adición de la última globalización, que encontró algunos límites, pero continúa presente en los transportes y las comunicaciones.

Ello, más la incorporación de la inteligencia artificial (IA) en los procesos productivos, obliga a construir el concepto llamado “empleabilidad”, desde una moderna y renovada demanda de trabajo del heterogéneo ecosistema productivo local, al que se incorporan continuamente nuevos emprendimientos, de fuerte base tecnológica. El empresariado privado industrial ha identificado a 5 principales características en sus demandas de las “habilidades productivas modernas”, necesarias para conectar e integrar a sus procesos productivos con la educación profesional técnica. Ellos son los siguientes:

1- Sostener y preservar la ortodoxia del rigor académico tecnológico de base de las ciencias llamadas “duras” y del conocimiento científico; esto es el continuo fortalecimiento de la denominada “excelencia académica”.

2- Continuar desarrollando la capacidad de trabajo en equipos de Inter disciplinas, para construir criterios comunes, aun cuando estos resulten mínimos. Un consenso básico inicial es fundamental para la innovación sostenible.

3- El pragmatismo por encima de los dogmas. La gestión de los objetivos, siempre sujetos a la ética profesional, de resultados cuantificables en plazos estimados, con calidades y costos pautados con antelación. El riesgo empresarial si, pero siempre acotado técnicamente.

4- Comprender cabalmente al nuevo entramado productivo, con una visión más integral de la organización de la responsabilidad empresarial; hoy mucho más radial que vertical. La rentabilidad empresarial es ineludible, el debate valido es si esta resulta de una táctica de corto plazo o de una estrategia de largo plazo. Buscar las soluciones de compromiso entre ambas surge como lo más adecuado con frecuencia.

5- Desarrollar más capacidad para salir del “zoom focal” cotidiano y también “ver la imagen completa”; esto es la interpretación y la comprensión de los contextos y de las circunstancias; de las restricciones reales y de los grados de libertad disponibles para la negociación empresarial y las tomas de decisiones en marcos cambiantes, en términos de competitividad y transparencia.

En una visión global de muy largo plazo, se observa una dinámica de atraso relativo de nuestro país. El dato más duro y relevante es nuestra pérdida de participación en el PIB de Sudamérica durante los últimos 65 años. Pasamos desde casi el 40% a menos del 15%. Crecimos si, pero a una tasa relativa baja frente a los países de la propia región que integramos.

El análisis atraviesa una histórica cadencia de periódica volatilidad de muy disímiles proyectos de país. El también llamado “péndulo argentino” que nunca encuentra una posición de equilibrio sostenible. Esta evidencia empírica de la tendencia de atraso relativo de largo plazo nos interpela sin distinciones.

El análisis local de mediano plazo permite la mirada de una nueva “ventana de oportunidad” de crecimiento económico provincial. En las últimas 2 décadas aproximadamente, la contribución de nuestra provincia al PIB de Argentina paso desde menos del 1% a más del 1,7%, según varias estimaciones.

Su base de sustentación es claramente bio agropecuaria. Lo explica un importante desplazamiento de la expansión del área cultivada y cosechada. En los últimos 20 años, el área sembrada de la provincia paso de significar el 1,5% al 5% de la total del país. Más que se triplicó. Y la producción agrícola agregada creció, en ese mismo periodo, desde unas 2 a alrededor de 12 millones de toneladas anuales. También se duplicó la productividad. O sea que se creció por las 2 vías posibles simultáneamente: por la expansión del área y también por el incremento la producción por hectárea, la productividad.

El PBG actual de nuestra provincia puede ser estimado en unos 9.000 millones de dólares por año. Ya muy cercano, en términos cuantitativos, a las performances económicas de las provincias líderes de la región Norte de nuestro país. Desde este “up grade” alcanzado de base bio agropecuaria, que debe ser sostenido por la logística y la infraestructura física de transporte, de agua, de energía y de comunicaciones; desde el sector industrial, siempre con mesura y prudencia, visualizamos un desafío a acordar, para un segundo “catch up” de crecimiento.

El sustento esta en la producción de proteínas vegetales y animales (alimentos), que añada aún más valor económico en nuestro mediterráneo territorio provincial y disminuya la actual incidencia de transportar la producción a los grandes centros de consumo interno y a los puertos de exportación.

Por último, y a modo de una auto imposición, la dirigencia privada empresarial local productiva de UISdE asume la responsabilidad de enfrentar cotidianamente a las naturales resistencias y aversiones a los cambios y las innovaciones que probadamente conduzcan a un progreso sostenido y compartido.

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