19/10/2025

El gorila gorilón: el nuevo relato de la selva con moraleja peronista

“El gorila Gorilón”, de Matias Finucci Curi, es un cuento para niños. Adaptado a formato video, y acompañado de ilustraciones y “textos para la reflexión”, el relato fue incorporado como material educativo para nivel inicial y como tal compartido y difundido desde el portal “Aprender”, dependiente del Consejo de Educación de la provincia de Entre Rios, bajo la jefatura de Celeste Ramírez como jefa de la División Producción y Gestión de Contenidos Educativos y Desarrollo Multimedia.

Perdón. Nos equivocamos. Dijimos que era un cuento para niños.

No lo es. En realidad, es una magnífica pieza de adoctrinamiento.

Tal vez poco sutil, pero genialmente diseñada para cumplir ese objetivo.

La elección de los personajes, los términos utilizados, la apelación emocional, la repetición machacona, la moraleja barata, son todos elementos cuya sumatoria no es ni remotamente “casual”.

No debería sorprendernos. Al fin de cuentas, el portal ya publicó otro cuento del mismo autor en el mes de marzo, “Revolución en la Aldea Arominas”, donde los tres malvados tiranos protagonistas, pertenecientes “naturalmente” a las fuerzas armadas, ostentaban los nombres de “Capitán Flatulencia, “Ir de cuerpo” y “Gaseoso”, con representaciones
pictóricas francamente escatológicas. “Ir de cuerpo”, de hecho, está
representado con un dibujito liso y llano de materia fecal en formato
“vertical”. (Resulta embarazoso hasta describirlo)

Pero volvamos al Gorila Gorilón. Por cierto, no escapa a nadie que habite nuestro suelo que tal es el apelativo asignado a quienes desde hace ya muchos años se oponen al populismo peronista que hoy reina en la Argentina. La elección del personaje no es inocente. Pero más allá de ese dato tan obvio, nos parece relevante señalar otros aspectos.

Por qué? Porque sacar a la superficie esos elementos, escudriñarlos, diseccionarlos, es un ejercicio que nos prepara para desenmascarar estrategias análogas en otros ámbitos.

  1. 🦍 La elección de los animales del cuento. Al imaginar la historia, el contraste entre el cuerpo macizo de un gorila y la pequeñez y liviandad de abejas, hormigas o pajaritos apunta a generar una asociación entre poder y “vulnerabilidad”. Nada hubiera impedido que los “necesitados” fuesen un elefante, una leona o todo un rebaño. Pero el énfasis, contundente, tiende a impactar psicológicamente ya desde esa primera diferencia.
  2. 🍌🍍🥝🍏 El empleo de términos “absolutos”, sin matices, para referirse al gorila, su entorno y su vida. El gorila tiene mucho de “todo”, “nada” le faltó “nunca” ni le faltará (Interesante contradicción esto último
    con el melodramático final de “moraleja” del propio cuento, pero no vamos a ir ahora por este minúsculo problema de lógica interna) y por supuesto “nadie” lo entendía. Esto de “nadie entendía” convoca también a la audiencia a “asociarse en el interrogante”.
  3. 🐝A la hora de seleccionar las palabras, aumentativos y diminutivos se usan también en forma maniquea. El
    aumentativo se asigna al gorila (Gorilón) quien además solo se expresa “gruñendo”, y los tiernos diminutivos quedan reservados para los demás, a quienes la “abeja reina” socorre presurosamente.
  4. 🌴🌴 En tren de desarticular algunas de las preguntas para la reflexión que formula el video, en perspectiva liberal, podríamos plantear: ¿Pero cómo fue que el gorila se hizo tan rico en palmeras y bananas que ahora solo se dedicaba a “descansar”? ¿Era un funcionario corrupto? ¿Un empresario prebendario? ¿Un sindicalista mafioso? ¿Un abogado exitoso? ¿O bien era Messi? ¿O Lady Gaga? ¿O un gorila creativo y emprendedor que había brindado a la humanidad computadoras, teléfonos inteligentes o plataformas web que todos los otros animalitos habían comprado entusiastas y disfrutaban cotidianamente? ¿Era el gorila rico por “expolio” de sus semejantes? ¿o lo era porque así lo había determinado la sumatoria de las decisiones de todos los animalitos que le compraban sus productos o servicios?

Buena pregunta, que el cuento no contesta, claro, ni tampoco obviamente se propone como tema o línea de “reflexión”.Los protagonistas pequeños y desamparados nos ponen ante historias definitivamente lacrimógenas: una hormiga sin pata que no puede comprarle remedios a su hijita enferma, o una madre pájaro a la que la tormenta le ha volado el nido con lo que sus pichones se han quedado sin hogar.

Omite el relato que todos (aquí sí vale el absoluto) estamos expuestos a las vicisitudes de la vida: el desempleo, un accidente, una enfermedad. Y que por eso es importante aprender finanzas personales, aprender a ahorrar e invertir, y que también existen cosas como los seguros, que las personas prudentes contratan para cubrir tales contingencias.

Y que, en casos extremos, también existe la caridad privada. Basta entrar a alguno de los numerosos grupos que bajo el nombre de “Gratiferia” funcionan en redes sociales para percibir con brutal realismo esa maravilla que es la generosidad humana libre de la intermediación gubernamental.

Dicha caridad, de hecho, aparece en el relato cuando un grupo de aves decide ayudar a su congénere “desnidada”. Pero el foco no estaba evidentemente en eso. ¡Y menos que menos si al gorila se le hubiera ocurrido contribuir! ¡Se arruinaba el cuento!

¿Y la “abeja reina”? Podríamos imaginar algún niñito sagaz preguntando: “¿Y la abeja reina de donde sacaba esos
alimentos y remedios?” Y podemos imaginar también una maestra jardinera desconcertada, acorralada por la lógica de este interrogante que, desafortunadamente, suele soslayarse.

https://visionliberal.com.ar/la-fabula-que-demuestra-que-para-ser-ladron-basta-un-boton-o-un-huevo/

En nuestra versión del cuento, veríamos al ejército de obreras apuntando sus aguijones contra el Gorila para despojarlo por la fuerza de sus legítimamente obtenidas bananas bajo el slogan de “la necesidad crea derechos”. Porque cuando el gorila protesta y exclama “que se lo ganen”, lo que no se manifiesta es “¿cuál es la
alternativa?: ¿robarme?”

El cuento, cuya lógica a esta altura se cae irremediablemente a pedazos, termina con una moraleja barata en la que el gorila termina siendo el que necesita a los demás, y “agradecido” comprende que el bienestar lo construyen “todos y todas”. El final “inclusivo” que no podía faltar.

A estas horas Celeste Ramírez ha sido desvinculada. No dudamos encontrará pronto trabajo, seguramente en otra dependencia estatal. Y de lo que también estamos seguros es de que este episodio, que no ha sido el primero, no habrá de ser el último. Y también estamos seguros de que si aquí se equivocaron por exceso de resentimiento en trazo grueso, probablemente la próxima vez los mensajes sean más sutiles pero no por
ello menos perniciosos. Estemos atentos.

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