02/12/2025

Del “empate técnico” a las amenazas de Trump: en Honduras siguen preguntando por su Presidente

El presidente estadounidense acusó sin pruebas a los funcionarios electorales hondureños de “cambiar resultados” cuando el recuento manual —un proceso normal en el país— apenas avanzaba y los dos candidatos de derecha seguían prácticamente empatados.

Los hondureños se iban a dormir el lunes, con dos candidatos prácticamente empatados a la presidencia; los funcionarios electorales pedían calma y paciencia mientras terminaban de contar los votos a mano.

Entonces, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intervino una vez más en las elecciones del pequeño país centroamericano. “Parece que Honduras está intentando cambiar los resultados de sus elecciones presidenciales”, escribió en internet el lunes por la noche. “¡Si lo hacen, habrá serias consecuencias!”. ¿Sus pruebas? Dijo que los funcionarios electorales hondureños habían “interrumpido bruscamente el recuento” a medianoche de la víspera.

En realidad, el organismo electoral hondureño había actualizado los resultados hacia el mediodía, hora local, del lunes, unas nueve horas antes de la publicación de Trump. Y el retraso desde entonces era de esperar.

Esto se debe a que Honduras emplea un sistema electoral que comunica un primer tramo de votos —transmitidos desde los centros de votación digitalmente— como resultados preliminares. A continuación, los trabajadores verifican a mano todos los recuentos de votos, y a menudo se produce un retraso entre medias. Es difícil enviar todos los recuentos digitalmente porque las conexiones a internet pueden ser escasas e inestables en algunas partes del país.

Los resultados preliminares del lunes mostraban un empate virtual en la carrera. Con el 57 por ciento de los votos escrutados, dos candidatos de derecha, Nasry Asfura y Salvador Nasralla, tenían cada uno el 40 por ciento de los votos. Solo 515 papeletas les separaban.

Una calle concurrida con carteles electorales en un poste y una gran valla publicitaria a lo lejos. En el cartel aparece una persona con el puño en alto.
Un cartel en el que aparece Nasry “Tito” Asfura, el candidato presidencial hondureño respaldado por Donald Trump.Credit…Daniele Volpe para The New York Times

Trump respaldó a Asfura en los días previos a la votación, y advirtió a los hondureños de que Estados Unidos “no malgastará su dinero” en el país si su candidato preferido no ganaba. Calificó a Nasralla de “casi comunista”. También dijo que indultaría a un expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien había sido condenado por ayudar a introducir cocaína en Estados Unidos.

El mensaje de Trump del lunes fue otra intervención extraordinaria en las elecciones hondureñas, ya que avivó la polémica, sin pruebas, justo cuando los funcionarios electorales pedían a los ciudadanos que mantuvieran la paciencia y la paz.

Antes de la votación, analistas y funcionarios de Honduras y del extranjero habían expresado su preocupación por la posibilidad de que se impugnaran las elecciones, ya que los candidatos se habían acusado repetidamente unos a otros de planes para amañar los resultados. Muchas de esas acusaciones iban dirigidas contra el partido gobernante de izquierda, cuya candidata quedó muy por detrás en los resultados preliminares del lunes.

Salvador Nasralla, con una chaqueta roja y blanca, camina entre la multitud con un paquete de vasos rojos de plástico. La gente le rodea, algunos con celulares para grabar.
Salvador Nasralla en un mitin el mes pasado en Comayagüela, Honduras. Credit..Daniele Volpe para The New York Times

Esto alimentó la preocupación de que en Honduras se repitieran los disturbios que siguieron a las elecciones de 2017, cuando un retraso similar en el recuento de votos provocó resultados controvertidos y protestas destructivas.

Sin embargo, el lunes, los observadores electorales internacionales dijeron que las elecciones habían tenido pocos problemas y que seguirían supervisando el recuento. Incluso con el estrechísimo margen en la contienda, el país estaba tranquilo, y algunos comercios empezaron a retirar el contrachapado que habían instalado en las ventanas por si se producían protestas

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