20/10/2025

Continúa la tendencia a la baja en la inflación pero advierten por la depreciación del peso

El Índice de Precios al Consumidor de Libertad y Progreso reporta una inflación mensual del 1,9%, con una caída significativa en la variación anual. La opinión de los economistas Aldo Abram, Eugenio Marí, Julián Orué y Clara Alesina.

Según el último informe de Libertad y Progreso, la inflación en Argentina presenta un marcado descenso en julio de 2025. El Índice de Precios al Consumidor (IPC LyP) registró una variación mensual del 1,9%, acumulando un 17,3% en lo que va del año y una variación anual del 36,5%. Estos datos reflejan una tendencia a la baja en comparación con los picos superiores al 200% observados entre 2022 y 2023, según los gráficos de variación anual y semanal/mensual.

Aldo Abram, Director Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, ofrece una perspectiva clave sobre este fenómeno: “Cuando se aproxima una crisis, como la que gestaba en 2023 la gestión Fernández-Massa, los argentinos empiezan a ahorrar en dólares para protegerse. Para ello, no dejan de comer o bajan consumos básicos, sino los prescindibles. Cuando ven que no va a haber crisis, dejan de ahorrar y empiezan a hacer esos consumos que abandonaron por temor. O sea, se van de vacaciones, comen afuera, compran electrodomésticos o celulares o cambian el auto o arreglan la casa. Si miran ahí, verán el aumento del consumo. En supermercados, sólo verán suba porque está cayendo fuertemente la pobreza y pueden aumentar sus consumos básicos”.

El análisis de los gráficos muestra que, tras alcanzar un pico en 2022-2023, la variación anual del IPC comenzó a descender, situándose en un 36,5% en julio de 2025, con una proyección de inflación semanal del 1,9% para ese mes. Esto sugiere una recuperación económica que alienta el consumo en sectores no esenciales, alineándose con la visión de Abram sobre el comportamiento del consumidor argentino.

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dice que “la volatilidad cambiaria de julio no se trasladó a los precios, lo que permitió que el IPC volviera a estar por debajo del 2%. No obstante, hay que ser prudentes. La suba del tipo de cambio señala que está habiendo presiones a la depreciación del peso, y que no se corrigen se pueden empezar a notar en otros precios de la economía”.

Julián Orué, Economista de la Fundación Libertad y Progreso, remarca que “la extinción de las LeFis, generó ruido en el mercado cambiario y de tasas, reflejado en un tipo de cambio promedio mensual un 4,2% superior al del mes anterior. Sin embargo, el hecho de que este movimiento no se haya trasladado directamente a los precios refuerza la idea de que las expectativas se mantienen más ancladas, desacoplando en parte la dinámica de precios de la del tipo de cambio. Esta dinámica, no obstante, no debe ser ignorada, ya que en ambos casos subyace un mismo fenómeno: la depreciación del peso frente a otros bienes, explicada en este contexto por una caída en la demanda de dinero, tanto por factores estacionales como por un renovado clima de incertidumbre y volatilidad.”

Por último, Clara Alesina, Economista de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que “la aceleración de los precios se concentró en la primera semana del mes, cuando se aplican la mayoría de los ajustes de tarifas y servicios. En ese período, la inflación se ubicó apenas 0,2 puntos por debajo de la registrada en la misma semana del mes anterior. Luego, el ritmo de aumentos se moderó durante dos semanas, pero volvió a repuntar en la última. Si bien no hubo grandes variaciones en la base monetaria, la estacionalidad en la demanda de pesos y la latente incertidumbre local jugaron en contra. Es clave que el Gobierno recupere el orden monetario y reconstruya la confianza, para que el debate vuelva a centrarse en si la inflación logra perforar el 1,5% mensual, en lugar de preguntarse si alcanzará el 2%”.

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