El analista político Franco Occhipinti describe la atomización del PRO tras casi 18 años de gobierno para afrontar su elección más difícil el próximo 18 de mayo. La Libertad Avanza también tiene serios problemas para instalar un candidato “puro” y al mismo tiempo disimular el “agujero” electoral que dejó la decisión de echar a Ramiro Marra (el libertario que más media) y el surgimiento de una lista “liberal pura” que encabezará el sindicalista Peretta.
Y para completar el rompecabezas, Leandro Santoro, el radical-peronista, que encabeza todas las encuestas hace malabares para arreglar antes del sábado con Abal Medina y el coreano Kim de Moreno.

Con Rodríguez Larreta abriéndose su propio camino en la Ciudad, la incertidumbre en el PRO no hace más que profundizarse. Empieza la pelea por las banderas de diecisiete años de gestión amarilla, ocho de los cuales son de su nuevo adversario. Para combatir el relato de gestión larretista, el PRO recurrió a sus cuadros históricos: Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Sin embargo, sigue sin existir una estrategia definida.
Esta semana, el expresidente y exgobernadora, se mostraron en Recoleta y Mataderos respectivamente. Caras que pueden competir con Rodríguez Larreta de igual a igual. El problema es que estas no estarían en las listas del PRO. Aunque en los equipos de campaña de Uspallata se llegó a barajar la posibilidad de un Macri legislador, esto no parecería viable por el momento. A pesar de ello, Mauricio salió a jugar fuerte en la calle y en redes, a redefinir el PRO; a asociarlo con su apellido, como en los viejos tiempos. María Eugenia Vidal, por su parte, ya estaría atrincherada en el puesto de jefa de campaña, negando la posibilidad a una candidatura. Varios factores serían la causa de esta baja. Por un lado, una larga amistad con Rodríguez Larreta que no quiere traicionar. Por otro lado siente que, personalmente, todavía no es su tiempo para candidaturas. Comentarios más ácidos hablan también de malas mediciones en la opinión pública. Asumir la ya probable derrota, independientemente de los nombres, terminaría de poner fin a su hipotética candidatura. Lo cierto es que este año termina su mandato en Diputados, por lo que no sorprendería si en octubre sí ocupa un lugar en la lista de candidatos a diputados o senadores.
Waldo Wolff era un buen perfil para encabezar una lista de legisladores, hasta los inconvenientes con reiteradas fugas de presos que llevaron a su salida de Seguridad. Laura Alonso, que inauguró el puesto de vocera en la Ciudad, no estaría tan dispuesta (¿quién lo está en este escenario?) a tomar el bastón de mariscal en esta elección. Pero lo cierto es que en sus redes se intensificaron las comunicaciones de hitos de gestión. ¿Es solo parte de su rol como vocera o hay segundas intenciones? Fernán Quirós también está recorriendo la ciudad, pero podría evocar demasiados recuerdos de la pandemia, a pesar de tener una gestión bien valorada. Otros hablan de una posible candidatura de Hernán Lombardi; Lombardi que en marzo renunció a su banca en Diputados (¡por la Provincia de Buenos Aires!) para pasar al Ministerio de Desarrollo Económico de CABA. Es un acercamiento a una candidatura, si se quiere. En su última entrevista en Radio Rivadavia con Ignacio Ortelli declaró: “Acá el candidato es el partido que transformó la Ciudad y lo va a seguir haciendo”. Una vez más, está claro que el PRO quiere priorizar su imagen partidaria porque carece de figuras fuertes y Larreta disputa ambos aspectos.
Desde el equipo de campaña de Jorge Macri una posibilidad podría ser impulsar una especie de candidaturas testimoniales, al estilo tan de moda cuando no existían las PASO. Las elecciones de mayo en la Ciudad servirían de “PASO” para las candidaturas nacionales de octubre. Así, los candidatos del PRO por la Legislatura porteña, de medir bien, luego irían a completar las listas nacionales. Una jugada legal, pero quizás difícil de explicar para su electorado más duro. El partido por sobre los nombres, como postula Lombardi, podría ser la única explicación. Pero ¿por qué, si el partido predomina sobre los nombres, se necesitan las mismas figuras importantes en ambas elecciones para acarrear más votos?
¿Es casualidad que suspendidas las PASO vuelvan a ser sugeridas las prácticas pre-PASO en los equipos de campaña, o es una tendencia a instalarse? La Libertad Avanza también tiene que definir sus candidaturas. ¿Puede adoptar una estrategia parecida? Su electorado más cercano y doctrinario podría ser más permeable a eso. Los seguidores duros de la Libertad Avanza son verticalistas y aceptarían sin dudas una jugada del estilo. El inconveniente podría estar en convencer al voto blando. ¿No sería visto esto como una práctica de la casta?
El problema es que La Libertad Avanza también tiene muchos lugares que ocupar entre elecciones locales y nacionales. Pilar Ramírez, jefa del bloque porteño de La Libertad Avanza, aunque íntima de Karina Milei e importante en el armado político, tiene un pasado asociado con el kirchnerismo por delante. Los carpetazos podrían estar a la orden del día en uno de los distritos más antikirchneristas del país. Karina misma podría ser una jugada muy arriesgada. Cruzar el Rubicón, no solo para La Libertad Avanza en la Ciudad, sino para toda su imagen nacional. La tercera posibilidad, visto en muchos actos en la Ciudad con Ramírez y “el Jefe”, es Manuel Adorni. Parece que la intención es prepararlo para la batalla, quiera este o no ser parte. En Vocería se encuentra cómodo. ¿es una candidatura testimonial una posibilidad para luego volver a la Vocería? El paso de los días dirá.
Lombardi, en la entrevista antes mencionada, también acusó a La Libertad Avanza de dividir los votos de lo que podría haber sido una fructífera alianza con el PRO. Por eso al PRO no le queda más que fogonear terceros espacios “liberales” que puedan, a su vez, dividir los votos libertarios. La fragmentación de la fragmentación. Algo tendrán que ver los rumores de acercamiento entre el PRO y el armado de Casielles-Marra las últimas semanas. O la candidatura de Yamil Santoro por Unión Porteña Libertaria. Su excéntrico logo, que combina elementos libertarios, de Juntos por el Cambio y del kirchnerismo ya fue denunciado en la Justicia por este último.
Si hablamos de fragmentación, Santoro, que sigue siendo para muchas encuestadoras el ganador del 18 de mayo, también tiene sus problemas. Su apelación al centro moderado y republicano, construida por meses, fue puesta en jaque por la postulación de Rodríguez Larreta. Desde el espectro peronista, Abal Medina todavía no descarta unirse a las filas de Santoro. Pero tiene para negociar una posible candidatura independiente por Seamos Libres, ligado al Movimiento Evita. El “coreano peronista”, Alejandro Kim, despuntó en las últimas encuestas y parece acaparar puntos que serían cruciales para la jugada final de Santoro. Por eso el ex radical está tratando de forjar una alianza estratégica con estas vertientes peronistas en las próximas horas.
Al fin y al cabo, el tiempo corre más rápido de lo que querrían los principales candidatos, mientras Jorge Macri debe estar lamentándose haber impulsado la eliminación de las PASO. Un candidato no se construye en diez días.