Borges nos invita a volvernos libres cada día un poco más
El 24 de agosto se conmemora 121 años del nacimiento de Jorge Luis Borges, conocido por sus libros más célebres como “Inquisiciones”, “Historia de una eternidad”, “Ficciones”, “El aleph”, “El libro de los seres imaginados”, entre otros.

Borges es uno de los autores mas reconocidos del siglo XX. Y ha sido disruptivo con sus cuentos cortos ante la comunidad literaria. Pero cierto es que supo dar una dimensión atemporal, una fusión entre la ficción y la no ficción que lleva al lector a una aventura que rompe con esa estructura preconcebida.
Uno de sus cuentos, “El Aleph”, habla sobre un hombre triste, afligido, melancólico tras la muerte de su amada no correspondida, que tras diversos acontecimientos descubre
en el sótano de su casa, un lugar donde puede ver todo el universo simultáneamente, ante él se presenta la eternidad, la grandeza del todo en un minúsculo sector de su casa. Y es que a veces, el verlo todo, es sobre dimensional, asusta pero cual
emocionante se convierte esa aventura del conocimiento, de la vida en sí.
Pero mas allá de ello, ¿Quién era Borges? ¿Era ese hombre de canas que reflejaba cuanto camino había recorrido? ¿O quizás su lado más polémico, opinando sobre cuestiones políticas? ¿Era aquellos ojos, tan bellos ojos, que denotaban un mundo de
pasiones, miedos, amores, incertidumbre y misterio? ¿ O era mas que ello?
Dicen que uno es lo que lee, y no hay nada más asertivo con uno mismo, ni forma de conectarse con su “yo“ interior que escribiendo. Las palabras son la llave al alma de una persona y si se me permite creo que Borges aún sigue vivo. Es lo fabuloso de los libros, una parte de él vive en cada uno de nosotros al recitar sus palabras, sus
modismos, sus narraciones; ya que de eso se tratan los libros, la eternidad.
Las personas mueren, son efímeras, fugaces, como el tiempo mismo, pero dejan algo más eterno, si viven la vida con pasión y convicción, y esas son sus ideas, su historia. Lo lindo de ellas es que así como le pertenecen a su creador se vuelven patrimonio de la humanidad. Quien desee saber de ellas bastará soltar riendas a su imaginación y leer.
«De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.» – Jorge Luis Borges.
Puesto que estamos aquí para reflexionar sobre ello, permítanme pedirles que este día no sea uno más; no por la adoración a una persona en particular. Puesto que cada persona es un mundo, conozcamos más personas como nos sea posible, abramos nuestra cosmovisión a la inmensidad que nos rodea. Es cierto que, más mundos conocidos nos darán más problemas, más dilemas, incógnitas y a veces tristeza. Porque la vida es así, tan compleja como sencilla a la vez. Tan grande como chica. Pero en ella radica la gran responsabilidad que conlleva la acción de volverte libre cada día un poco más.